Opinión |
Migración y Crisis Económica |
Por Mario Roger Hernández* |
Publicada el 02 de febrero de 2009 - El Faro |
Agosto de 2007 marca probablemente la fecha de inicio de una de las mayores crisis financieras de tipo global de los últimos años. Desde que en esa fecha empezaron a aparecer los primeros indicadores de crisis en el mercado hipotecario de los Estados Unidos, en un poco más de 18 meses, el mundo ha sido testigo de una convulsión económica y financiera sin precedentes en la historia económica reciente. En tan corto tiempo, desde diferentes partes del mundo se reportan pérdidas de utilidades y activos, quiebra y bancarrotas de empresas centenarias, economías en recesión y pobres augurios de crecimiento para los próximos dos o tres años. Hace pocos días, el Fondo Monetario Internacional ajustó de manera drástica sus previsiones de crecimiento de la economía mundial al 0.5% para 2009.
Este “crash” económico y financiero se ha originado en las primeras economías del mundo y sus efectos en la economía real están ya siendo evidentes y con seguridad aun no definitivos. Descenso en los niveles de consumo doméstico, falta de crédito, descenso en las exportaciones, pérdida acelerada de empleos y, en general, una sensible disminución de la actividad económica. Este fenómeno que se está repitiendo en todas las economías desarrolladas del mundo, quienes son países receptores de migrantes internacionales, documentados e indocumentados, tiene implicaciones tanto para los “nuevos” migrantes -quienes además de emprender los riesgosos viajes migratorios se encuentran con economías deprimidas-, así como aquellos grupos de mayor tiempo de migración que, como producto de esta crisis, ven reducidas sus opciones de empleo y por consecuencia una mayor precarización de sus condiciones de vida y una menor transferencia de remesas a sus familiares en los países de origen.
En este contexto, se puede acaso plantear la hipótesis de un retorno masivo de migrantes a sus países de origen. ¿Están preparados los países para un descenso en los montos de remesas familiares y para absorber esa mano de obra? ¿Cuál es el impacto de la crisis económica en la migración internacional?
Estas preguntas no tienen una fácil respuesta. La migración internacional es sumamente heterogénea y el impacto de la crisis es diferente, por ejemplo, para migrantes con mayores años de migración, según su condición de legalidad o el tipo de inserción laboral. Sin embargo, se pueden señalar algunas posibles tendencias respecto a la relación e implicaciones entre la crisis económica y los flujos migratorios a partir de la información en Estados Unidos.
En primer lugar, existe alguna información estadística que sugiere un descenso en el número de inmigrantes indocumentados desde los inicios de la crisis. De acuerdo al Pew Hispanic Center, desde 2000 a 2008 el número de migrantes indocumentados creció en los Estados Unidos en más del 40%, es decir de 8.4 millones de personas a 11.9 millones, con la única excepción en el período 2001-2002 –período post 11-S-, y en el período 2007-2008 –período de crisis-. Esta reducción en el crecimiento de los migrantes no indocumentados puede tener, no obstante, explicación en el incremento de las actividades de control de migrantes indocumentados, el aumento en el número de deportaciones o en el mayor aseguramiento por parte de las autoridades en las fronteras. Sólo El Salvador en 2008 recibió cerca de 20,000 personas deportadas provenientes de los Estados Unidos.
En segundo lugar, la crisis económica está teniendo fuerte impacto en los sectores económicos en los que regularmente se emplea la población migrante. En efecto, diferentes grupos de migrantes, especialmente centroamericanos, se encuentran mayormente ocupados en aquellas actividades que mayores empleos ha perdido la economía de los Estados Unidos durante el año 2008. Las cifras económicas muestran que la recesión económica ha tenido mayor impacto en el sector financiero, en los servicios no financieros, en la construcción, bienes raíces, sector manufacturero, industria de turismo y, en menor medida, en las actividades agrícolas y las industrias extractivas tales como el petróleo y el gas.
Evidentemente, mucha de la población migrante se ubica mayoritariamente en esos sectores. De acuerdo a la información de la encuesta socioeconómica de la Oficina del Censo de los Estados Unidos, el 70% de la población centroamericana se ubica en sectores como la construcción, la manufactura, servicios de turismo y servicios de limpieza. De las 15 industrias que perdieron más empleo en los Estados Unidos desde noviembre de 2007 a noviembre de 2008, cerca del 43% de empleados de esas industrias provienen de México y Centroamérica.
En tercer lugar, el efecto de la crisis económica es mayor para la población migrante indocumentada, ya que precisamente esta población no puede acceder a programas de seguro de desempleo, programas de formación profesional o programas de movilización laboral que permitan una nueva adaptación a las condiciones de los mercados laborales, por lo que es posible esperar una mayor precarización de las condiciones de vida de la población indocumentada y una mayor movilidad humana, especialmente geográfica dentro de los Estados Unidos. De acuerdo a las cifras, en Estados Unidos cerca del 30% de la población nacida en el exterior es indocumentada, es decir, 12 millones de personas y de las cuales cerca de 2.5 millones de personas provienen de Latinoamérica.
Ante estas condiciones adversas, sin embargo, no es previsible esperar un retorno masivo de migrantes a sus países de origen. Diferentes estudios muestran que la mayoría de migrantes, especialmente en períodos de contracción económica, responden con una mayor movilidad humana, es decir, con movimientos del migrante de una ciudad a otra en búsqueda de mejores condiciones de empleo y de ingresos. Lo que sí es previsible es un descenso de las remesas familiares en los países de destino, tanto en volumen como en ritmo de crecimiento. Para el caso salvadoreño, el descenso de las remesas es notable desde 2007 ya que se ha reducido el ritmo de crecimiento y el volumen de las remesas. En 2007, las remesas crecieron 6. 5% respecto del año anterior. En 2008 el ritmo de crecimiento bajó a 2. 5%.
La situación económica para los próximos meses es sumamente delicada e indica que todavía no hay suelo para la crisis actual. Dentro de las estrategias para superar y paliar esta crisis es importante considerar a los migrantes internacionales y ello pasa por buscar una mejora de sus condiciones migratorias en los Estados Unidos. Hay mucho que hacer.
*El autor fue director de atención a las comunidades salvadoreñas en el exterior y cónsul de El Salvador en Dallas. Actualmente trabaja con el PNUD.
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Escribo esto mientras un tren desgarra su potente pito a unos metros de aquí. Ese horrible gusano lleva a unos 50 indocumentados centroamericanos prendidos como garrapatas de su lomo. Viajarán ocho horas y lo más probable es que cuando lleguen a la siguiente estación los secuestren.
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