Reportaje |
Las muletas del Buen Pastor |
|
El Albergue del Buen Pastor, en Tapachula, Chiapas, acoge a migrantes centroamericanos y mexicanos que han resultado heridos o mutilados en su intento por viajar hacia el norte en tren. Son víctimas de la brutalidad del camino, y dividen ahora sus sueños entre la meta estadounidense y el regreso al punto de partida. |
|
Video: Keren Shayo - Fotografía: Edu Soteras |
|
Publicada el 28 de abril de 2009 - El Faro |
|
Escribo esto mientras un tren desgarra su potente pito a unos metros de aquí. Ese horrible gusano lleva a unos 50 indocumentados centroamericanos prendidos como garrapatas de su lomo. Viajarán ocho horas y lo más probable es que cuando lleguen a la siguiente estación los secuestren.
SLIDESHOW
El inquietante silencio de la muerte
Por Toni Arnau
GUARDIANES DEL CAMINO
Aquí se viola, aquí se mata
CUADERNO DE VIAJE
El día de la furia
Por Óscar Martínez
El sur de México funciona como un embudo para los miles de migrantes centroamericanos. Ahí, muchos de ellos declinan aterrorizados de su viaje a Estados Unidos. Secuestros masivos, violaciones tumultuarias, mutilaciones en las vías del tren que abordan como polizones, bandas del crimen organizado que convierten a los indocumentados en mercancía. Este es el inicio de un viaje. Esta es apenas la puerta de entrada a un país que tienen que recorrer completo.
Nadie sabe ni de cerca cuántos cadáveres de migrantes se ha llevado el río Bravo. Este caudal que cubre casi la mitad de la frontera entre México y Estados Unidos suele arrojar cada mes algunos cuerpos hinchados. Enclavado entre uno de los puntos fronterizos de más constante contrabando de drogas y armas, el río, cumple su función de ser un obstáculo natural. Uno letal.