“¿Verdad que casi que podrías vivir adentro?”, me pregunta un colega periodista, tras echar un vistazo al vehículo. Al estar adentro, pues sí, se siente una enorme comodidad: es una amplia camioneta todoterreno, con asientos de cuero, con detalles de madera incrustados en el tablero, con dos aires acondicionados independientes que permiten crear dos atmósferas diferentes dentro de la cabina, con un plan de mantenimiento preventivo para garantizar su perfecto funcionamiento... Es uno de 10 vehículos valorados en decenas de miles de dólares, y uno de 10 vehículos que rechazaron los diputados... para comprarse unos mejores.
Los miembros de la junta directiva de la Asamblea Legislativa se cansaron de que esos fueran los vehículos que los transportaban, y en su lugar acordaron disponer de más de medio millón de dólares de los salvadoreños para regalarse una flota de 12 camionetas que, en el modelo más básico, en El Salvador tienen un precio de mercado de 59 mil dólares.
La semana pasada, los directivos recibieron esta especie de carrozas todoterreno con asientos de cuero, con detalles de madera en el tablero, con una pantalla que parece de televisión -que es un centro de navegación-, con heladera incluida y con doble aire acondicionado automático. En la parte de atrás, estas camionetas Toyota Land Cruiser Prado lucen la identificación del modelo: GX 8.
Y aunque los directivos legislativos no son los funcionarios peor pagados del país (reciben 4 mil 854.30 dólares los secretarios, 5 mil 225.15 dólares los vicepresidentes y 5 mil 781.72 el presidente) y en su sueldo se incluye una partida de 914 dólares mensuales para gastos de transporte y comunicación, los salvadoreños les regalamos el transporte. Y decidieron que los contribuyentes les compraran justo estas camionetas y no otras. Y aunque las finanzas del Estado están débiles y la política presupuestaria para este año ordena que solo se destinen los fondos para gastos indispensables en las instituciones, la Asamblea decidió tirar la casa por la ventana.
El documento política presupuestaria 2010 explica en su introducción que está basada en la visión del gobierno 2009-2014 llamada 'Cambio en El Salvador para vivir mejor'. Ese 'vivir mejor', sin embargo, no se refiere solo a los diputados, sino que en el documento es para todos los salvadoreños. Además, la política presupuestaria sentencia que las finanzas públicas -refiriéndose a todas las instituciones estatales, con excepción de las bancarias- se manejarán bajo los criterios de austeridad y racionalidad del gasto público.
Entonces, ¿por qué todoterrenos de lujo? Ninguno de los beneficiados con el estreno cortesía de los salvadoreños quiso responder a esta pregunta. Los interpelados se fueron por las ramas.
“Se necesitan porque el trabajo no es de oficina. Es trabajo de campo. La idea no es tener un vehículo que no soporte ese tipo de caminos”, responde el pecenista Francisco Merino, uno de los 12 directivos que andan estrenando camionetas modelo 2010. 'Es normal que se renueve la flota', agrega.
El Faro pidió la licitación y el acuerdo de la junta directiva a la Unidad de Adquisiciones de la Asamblea, pero no hubo respuesta. También hizo gestiones verbales con siete directivos para saber los detalles de la compra y se excusaron sin dar explicaciones. ¿Y por qué no quieren dar esa información, que es pública? “Es que los detalles los tiene Elizardo”, respondió Merino, echando la responsabilidad a su compañero de directiva y de partido, Elizardo González Lovo.
El Faro habló con Miguel Ahues y Guillermo Gallegos, de Gana; con Lorena Peña, Roberto Lorenzana y Sigfrido Reyes, del FMLN, y con los pecenistas Francisco Merino y González Lovo. Cada uno delegó a este último para que hable del tema, pues es el encargado de supervisar los asuntos de transporte en la Asamblea. Y este se negó a hacerlo:
-No, de ese tema no voy a hablar, en ese tema no tengo nada que decir.
-Pero es dinero público y usted no está siendo transparente.
-Ya sé que ese es un tema de transparencia, ese tema es de la agenda de la empresa privada, pero cuando hablemos de transparencia, cuando venga al pleno ese tema, ahí vamos a ver también cómo es que los empresarios tienen que estar obligados a pagar AFP, Seguro Social, ellos también deben ser transparentes -dijo González Lovo, para dar por terminada la entrevista.
Cada directivo justifica la compra de diferente manera. Sigfrido Reyes, por ahora vicepresidente de la Asamblea y a partir de febrero de 2011 presidente, califica como natural la sustitución de las camionetas Nissan Patrol año 2005 que desecharon.
-La mayoría de ellos tiene más de 100 mil kilómetros de recorrido, los gastos de mantenimiento aumentan, entiendo que tenían cinco años o más...
-¿Y tienen que ser de lujo?
-Lo importante es que responden a las necesidades de trabajo.
Los directivos, según Reyes, necesitan viajar en vehículos con asientos de cuero y con incrustaciones de madera en el tablero para poder hacer su trabajo. Luego reitera por qué necesitaban estas camionetas y no otras menos ostentosas.
-Los diputados en particular no restrigen su trabajo a calles asfaltadas. Nosotros vamos hasta los más remotos cantones del país, donde hay necesidad de ir atender algún pedido de la ciudadanía. Nos parece que lo lógico es ir en un carro idóneo y no en un automóvil que no presente las condiciones.
Un vendedor del grupo Didea detalló algunas de las 'condiciones' que permiten estos vehículos recién adquiridos. “¡Imagínese, 14 bolsas de aire le protegen del golpes en la cara, las rodillas...! Puede salir ileso de un accidente', comenta, entusiasmado. 'Este carro no es solo lujo en detalles, es lujo en seguridad”, acota el vendedor.
La palabra 'lujo' no parece ser un sinónimo de la palabra 'austeridad' que menciona la política presupuestaria 2010. Pero para quienes no tuvieran claridad sobre lo que austeridad significa, la política precisa algunas cosas más. 'El gasto corriente deberá programarse observando criterios de eficiencia y optimización, debiendo atenderse de forma prioritaria necesidades básicas e ineludibles...', establece el documento que rige la formulación de gastos del Estado. 'En todo caso, los recursos deberán asignarse observando siempre austeridad y racionalidad en el gasto público', añade.
La racionalidad del gasto en las camionetas -cuyo monto preciso los diputados se niegan a revelar- se basa, según los directivos, en que necesitaban sustituir los vehículos años 2005 porque ya no garantizaban buen funcionamiento. Sin embargo, tres conductores de estos vehículos, asignados a los directivos, comentan lo contrario, que las Patrol funcionan tan bien como lucen cuando uno las observa por dentro y por fuera.
¿Ya no ofrecen las condiciones los carros desechados por los directivos? Los dos motoristas y un guardaespaldas que trabaja como conductor de uno de los directivos, aseguran que prácticamente nunca han fallado esos vehículos.
-Mire, si estos carros están en revisión de agencia, tienen todito, cada tres meses o cuatro los revisan... yo no he visto que fallen -asegura uno de ellos.
-¿Pero no cree que los diputados se merecen más cómodidad?
-Ja, ja, ja... Yo creo que yo hiciera lo mismo si pudiera... si solo es de firmar y la Asamblea paga.
Pero la verdad es que las camionetas supuestamente ya desechables en realidad se mantendrán en uso en la misma Asamblea, a pesar del argumento del efemelenista Reyes de que el mantenimiento se ha vuelto demasiado caro: serán asignadas a los jefes de fracción y otros diputados.Los jefes de las bancadas legislativas también tienen un sobresueldo y ganan mensualmente lo mismo que los secretarios de la junta directiva. Y al igual que estos, su salario incluye un bono de 914 dólares en concepto de transporte y comunicaciones.
Esas camionetas, según los avisos clasificados en El Diario de Hoy y en La Prensa Gráfica, alcanzan decenas de miles de dólares en el mercado local. Una año 2001, por ejemplo, se ofrece en venta a 22 mil dólares. El Faro consultó a una agencia distribuidora de vehículos el valor en el mercado de un carro de las mismas características y explicó que ronda los 20 mil dólares.
El Estado salvadoreño tiene las finanzas apretadas. O tiene dificultades para atender un sinnúmero de sus obligaciones. Por ejemplo, faltan medicinas en los hospitales. Por ejemplo, no ha podido proveer de vivienda a las víctimas de Ida, que por ahora están recibiendo casas temporales para dejar las tiendas de campaña en que estuvieron los meses anteriores. Una casa provisional de las entregadas a una familia de Apastepeque cuesta 2 mil 300 dólares.
Con los 59 mil dólares que cuesta en el mercado el modelo más barato de las Prado 2010, el gasto en el lote de 12 camionetas pudo haber financiado la construcción de unas 220 de esas viviendas temporales. Los diputados aseguran que necesitan estos vehículos para trabajar. Dado que están matriculados como particulares y no como nacionales, será más difícil algún tipo de control ciudadano sobre el uso que les den. Gracias a una reforma a la Ley de Tránsito que los diputados hicieron hace años, aduciendo razones de seguridad, los automotores que les provee el Estado se identifican con placas P y no N.
Algunos diputados no tienen claro el destino de las camionetas despreciadas por los directivos. “Entiendo que esos pasarán a ser ocupados por otros diputados o también pueden ser subastados, no sé, no está claro”, dice Donato Vaquerano, jefe de bancada de Arena. Sin embargo, Merino, del PCN, explica que se heredarán por jerarquía entre los legisladores: “Se está viendo de apoyar a subcoordinadores de fracción, también como apoyo a los presidentes de las comisiones. Por distribución jerárquica se dan de mayor a menor.”
El disfrute de vehículos cortesía de los contribuyentes no es privativo de la Asamblea Legislativa. Los magistrados que ingresaron a la Corte Suprema de Justicia el año pasado, por ejemplo, revelaron que se encontraron con que sus colegas provenientes de elecciones anteriores disfrutaban de hasta cuatro vehículos cada uno, y que cada uno tenía derecho a una cantidad de vales de combustible excesiva. Asimismo, El Faro reveló que la Presidencia de la República está en proceso de comprar 36 nuevos vehículos, en su mayoría todoterrenos, a pesar de que el presidente Mauricio Funes subrayó en junio pasado que, a diferencia de gobiernos anteriores, él no iba a comprar carros nuevos apenas asumiendo el poder. Tardó menos de un año en hacerlo.