Hemos comenzado ya a publicar los primeros cables diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en nuestro país que nos fueron entregados por WikiLeaks. Lo hemos hecho tras valorar el enorme interés periodístco y público de estos documentos.
Los que tenemos hasta ahora, y que llamamos el primer paquete, constan de cables enviados al Departamento de Estado entre los años 2003 y 2008. La mayoría pertenecen a las administraciones de los embajadores Barclay y Glazer, enviados por el presidente George W. Bush, y representantes ante el gobierno de Antonio Saca.
Estos cables permiten asomarse a las interioridades de uno de los principales centros de poder en El Salvador. La embajada de Estados Unidos es, y estos cables lo confirman, un lugar por el que pasan casi todos los protagonistas de la vida política, económica, social, de seguridad y justicia del país. Ahí se ventilan temas de interés público que suelen mantenerse en privado; ahí se toman decisiones que nos afectan a todos; ahí se registran hechos que afuera desconocemos. En estos cables se ponen en duda las versiones oficiales de muchos temas, y llaman a una revisión de los hechos.
Estados Unidos mantiene un enorme poder en El Salvador. Cómo se administra ese poder es por tanto de interés público. Y esto tiene diversos matices. Los cables dejan ver a una embajada preocupada por el buen desempeño del FMLN en las encuestas e inclinada a apoyar a ARENA; aunque en el área de seguridad pública revela gran preocupación por la corrupción y negligencia de algunas autoridades.
Es también de interés público saber cómo nos mira la representación estadounidense a través de la información que recibe de su embajada; una información a veces contaminada por la visión particular del funcionario que redacta algún cable pero que determina algunos puntos de la agenda bilateral.
Lo que presentamos aquí, pues, es la versión de los funcionarios estadounidenses sobre los procesos políticos, económicos y sociales de ese periodo. Reportes oficiales, por lo general de carácter confidencial, sobre El Salvador.
El Faro no ha pagado por estos cables, como no lo ha hecho ningún otro medio de comunicación en el mundo. Nos fueron entregados directamente por WikiLeaks a cambio de que los publiquemos en su totalidad, después de tratar periodísticamente aquellos que nos parecieran más importantes. Ni el personal de WikiLeaks ni nadie externo a El Faro ha determinado qué cables ameritan un tratamiento mayor que otros. Quien tenga interés en conocerlos todos podrá hacerlo en el sitio de WikiLeaks una vez que los hayamos liberado. Desde El Faro podrá encontrar a partir de la próxima semana un vínculo directo a la sección El Salvador de la página de WikiLeaks.
Creemos que con esto aportamos a una mejor comprensión de nuestra historia reciente, a través de información nueva e interpretaciones trascendentes que permiten una visión más rica de ella.