Beirut, LÍBANO. La localidad, estratégicamente situada en el valle del Éufrates y a menos de 200 km de la frontera iraquí, es la base del EIIL, el movimiento que lidera una ofensiva en Irak desde el 9 de junio.
Desde la llegada en 2012 de los primeros combatientes a la única capital provincial que escapa al control del presidente Bashar al Asad, el grupo ha ido imponiendo un régimen brutal y muy organizado. En lo alto de la jerarquía figuran saudíes e iraquíes, y algunos tunecinos, afirman los expertos y activistas. Y la base está formada por sirios, egipcios, europeos y chechenos.
“Cuando los yihadistas llegaron a la provincia, formaban un grupo de 10 o 15. Hoy, el EIIL controla cada aspecto de la vida en Raqa”, cuenta Omar al Huweidi, escritor y especialista en este movimiento originario de Raqa y que huyó a Turquía.
El grupo tomó el control de toda la ciudad en marzo, después de la huida de las fuerzas gubernamentales, derrotadas por los rebeldes. Posteriormente el EIIL expulsó a los insurgentes de otras facciones e impuso su ley, prohibiendo a la población fumar o escuchar música.
En Raqa el “EIIL tiene oficinas para todo lo que usted se pueda imaginar: salud, educación, seguridad, socorro islámico, gestión de las relaciones tribales e incluso una embajada del emirato de Alepo”, explica Al Huweidi.
Sin piedad y muy inteligente
El EIIL procede de Al Qaeda, pero nunca ha jurado lealtad al jefe de la red extremista Ayman al Zawahiri. Hubo un tiempo en que quiso fusionarse con la rama oficial de Al Qaeda en Siria, el Frente al Nosra, pero este último se opuso, abriendo una guerra fratricida.
“La diferencia es que el Frente Al Nosra espera la caída del régimen para imponer los 'hudus', mientras que el EIIL ya ha empezado” a aplicar este código de sanciones previstas en la sharia, como por ejemplo cortar la mano al ladrón, explica Huweidi.
El emir del EIIL en Raqa, Abu Luqman, es un sirio despiadado y muy inteligente, contó un habitante. Según Hadi Salame, seudónimo de un activista que trabaja en Raqa, los combatientes de alto rango son iraquíes, muchos de ellos exmilitares de Sadam Husein, derrocado por Estados Unidos en 2003.
“Eligen a los jefes en función de varios factores, sobre todo de si estuvieron en la cárcel en Siria o bajo otros regímenes árabes, en Estados Unidos, en Irak o en Guantánamo”, precisa.
Al parecer el jefe del EIIL, Abu Bakr al Baghdadi, pasó cuatro años en un campo de detención estadounidense. Se saben pocas cosas de él y “el misterio que lo rodea ha contribuido al culto de la personalidad”, explica Aymen Jawad al Tamimi, un profesor universitario especialista en movimientos islamistas.
Salarios en dólares
En Youtube florecen los cánticos religiosos alabando las virtudes de Baghdadi y pidiendo a los potenciales nuevos reclutas que le juren lealtad. Miles de jóvenes sirios ya se unieron al EIIL como alternativa al Ejército Sirio Libre (ASL), mal organizado y equipado.
Sobre todo porque el EIIL, que aspira a crear un Estado Islámico en la frontera entre Irak y Siria, “paga los salarios en dólares”, recalca Hadi Salame. El grupo es rico: se apoderó de armas en Irak, controla campos de gas y petróleo en Siria e instauró un sistema de recaudación de impuestos en las zonas bajo su control.
Entretanto la vida de la población es extremadamente difícil. “Los yihadistas extranjeros son prioritarios en el hospital. Los sirios, incluso los niños, son (ciudadanos) de segunda categoría”, cuenta Salame.
La gente tiene que plegarse por fuerza al EIIL. “Los miembros más importantes de todas las tribus le juraron lealtad, más por miedo que por convicción”, explica Huweidi.
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