"En el área rural redujimos al 13.6 % la extrema pobreza"
Afirmación hecha en su primer discurso ante la asamblea general de la Organización de Naciones Unidas, el 26 de septiembre de 2014.
Sergio Arauz
|
El dato que lanzó el presidente concuerda con la tasa que reflejó la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de El Salvador correspondiente a 2012. El presidente Salvador Sánchez Cerén dijo la verdad cuando afirmó, en primera persona del plural, que se había reducido la pobreza extrema en el área rural a 13.6 %. Sánchez Cerén utilizó ese dato aunque pudo haber utilizado el más actualizado, el de 2013, cuando cayó a 9.81 %, que le habría resultado más favorable.
Sin embargo, el presidente utilizó un indicador que, según el gobierno del presidente Mauricio Funes (2009-2014), del que Sánchez Cerén fue vicepresidente, no refleja bien la realidad, pues mide la pobreza en función solamente de los ingresos, cuando en realidad la pobreza es una condición de múltiples dimensiones. La administración Funes comenzó a trabajar en 2013 un proyecto de reforma de la mano con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo para echar a andar una medición de pobreza integral.
En 2008, justo antes de que iniciara la administración Funes, la Encuesta de Hogares registró un 17.47 % de hogares en pobreza extrema en el área rural. En 2009 la proporción fue la misma, mientras que en 2010 bajó a 15.12 % y en 2011 subió más de tres puntos hasta situarse en 18.43 %. En 2012 volvió a caer y llegó al 13.55 % al que hizo alusión Sánchez Cerén.
El primer paso para poner a prueba la declaración del presidente fue buscar la fuente principal, en este caso el mismo gobernante. El Faro llamó al secretario privado de la presidencia, Manuel Melgar para por su medio intentar llegar a Sánchez Cerén y preguntarle cuál era la fuente de su información. Melgar explicó que los datos del discurso del presidente ante la ONU probablemente fueron recabados por la Secretaria de Comunicaciones que dirige Franzi Hato Hasbún. El Faro llamó a Hasbún y este pidió que se enviara por escrito la consulta a la oficina de prensa de la Presidencia de la República. Dos días después, la oficina de prensa confirmó haber recibido la petición, pero hasta la fecha de esta publicación no respondió nada más.
Luego El Faro consultó cifras oficiales sobre pobreza, y esas son las que cada año recoge la Encuesta de Hogares.
El tercer paso fue consultar expertos o buscar documentación alternativa. Carlos Acevedo, economista, expresidente del Banco Central de Reserva del gobierno de Mauricio Funes -en el que Sánchez Cerén fue vicepresidente- y exinvestigador del PNUD, accedió a comentar la afirmación del presidente. Acevedo es ahora director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para Centroamérica.
Acevedo explicó a El Faro que una de las debilidades de las tasas de pobreza medidas convencionalmente como pobreza de ingresos es que dichas tasas pueden variar considerablemente de un año a otro si hay variaciones importantes en los precios de la canasta básica, aun cuando los ingresos no varíen mucho o tampoco varíen otras condiciones objetivas del bienestar de las familias. Otro punto que anotó es que dicha metodología no es eficiente para medir la pobreza porque esta se expresa en más dimensiones que la relativa a ingresos.
El cuarto paso fue analizar el contexto de la declaración, y parte relevante de las circunstancias es que El Salvador mismo ha cuestionado su manera de medir la pobreza. Así que literalmente la declaración de Sánchez Cerén es verdadera, pero ya el mismo gobierno del que él formó parte en el quinquenio pasado puso en duda de que esas cifras reflejen adecuadamente los niveles de pobreza.
A esto hay que agregar un auscultamiento más preciso sobre la frase de Sánchez Cerén. ¿A quiénes se refería cuando habló en primera persona del plural? Posiblemente al país, a los salvadoreños en general. Y en este punto Acevedo hace notar un hecho que ayuda a relativizar mucho el logro de la caída del nivel de pobreza extrema: la emigración por culpa de las malas condiciones de vida en el país puede propiciar que la proporción de pobres en El Salvador se reduzca. "Los pobres rurales (y urbanos) siguen emigrando (principalmente a Estados Unidos), y cada vez que se va un pobre del país, matemáticamente la tasa de pobreza baja. A su vez, esos pobres, una vez que llegan a Estados Unidos y empiezan a trabajar, normalmente empiezan también a enviar remesas a sus familias, con lo cual los ingresos de estas suben y es más probable que superen la línea de pobreza (con lo cual dejan también de ser pobres)", dijo.
Aparte de eso, El Faro aclara que aunque el presidente dijo ante más de un centenar de gobernantes de todo el mundo "reducimos la pobreza", en presente, este periódico asumió que el gobernante se equivocó en el tiempo verbal y que en realidad quiso decir "redujimos la pobreza", en pasado.
En conclusión, aunque la afirmación de que la pobreza extrema en el área rural bajó al 13.6 % es verdadera, si se toma en cuenta qué se entiende por pobreza, tal vez no sea una cifra sobre la cual celebrar en términos absolutos.