El Salvador / Política

La derrota del 3F desata la guerra interna en Arena

Arena promete renovación pero de momento solo muestra desconcierto. Tras la derrota en las elecciones del 3 de febrero la dirigencia ha aceptado renunciar para propiciar un relevo, de momento solo ha servido para que resurjan las divisiones que quedaron expuestas en la lucha por el Coena en 2016 y las primarias de 2018. Un grupo de diputados, además, se ha alzado en rebelión y pide que se revise la relación del partido con sus grandes donantes y los viejos símbolos del partido. Aunque algunas de esas voces jóvenes insisten en que Arena debe liberarse del control de los grandes empresarios, lo cierto es que resulta difícil identificar las diferencias políticas de fondo entre los bandos que se enfrentan.


Martes, 12 de febrero de 2019
Gabriel Labrador

Los miembros del Coena durante la conferencia de prensa, el domingo 3 de febrero, luego que su candidato aceptara la derrota en las elecciones presidenciales. Hotel Marriott Courtyard, Antiguo Cuscatlán. Foto: Víctor Peña.
Los miembros del Coena durante la conferencia de prensa, el domingo 3 de febrero, luego que su candidato aceptara la derrota en las elecciones presidenciales. Hotel Marriott Courtyard, Antiguo Cuscatlán. Foto: Víctor Peña.

La tercera derrota presidencial consecutiva de Arena propinó a su dirigencia un nocaut que aún los mantiene en el piso y ha provocado que las viejas fisuras que dejaron las primarias para elegir candidato presidencial resurjan con mayor intensidad. El golpe llegó a la cabeza del partido, que no ha tenido más que anunciar su dimisión en bloque, en medio de una rebelión de mandos medios y diputados. “Vamos a entregar el mando a aquella dirigencia que, al igual que nosotros, sea electa por las bases. Hoy pediremos que se organicen las elecciones del nuevo Coena cuanto antes”, dijo Mauricio Interiano solo 36 horas después de la debacle en las urnas en una conferencia de prensa que buscaba calmar los ánimos, pero que no parece haberlo conseguido.

El tono de los que en la última semana se han alzado contra la dirección del partido evidencian un daño más profundo que el electoral. A diferencia de lo sucedido en 2009 y 2014, esta vez el Consejo Ejecutivo Nacional (Coena) no ha tenido ánimo, fuerza ni argumentos para justificarse. Ni ha habido gritos de fraude, como cuando Norman Quijano perdió contra el FMLN en 2014, ni se ha acusado a supuestos traidores de entregar la elección, como ocurrió con Rodrigo Ávila y el mentor de su candidatura, Antonio Saca, en 2009. Esta vez Arena se ha sentado frente al espejo sin excusas.

Interiano y su equipo optaron por dimitir. Era eso, o sucumbir lapidados por los líderes más contestatarios de Arena. Haber obtenido 770 mil 950 votos (competir en coalición solo dio a Carlos Calleja 96 mil votos más) supone su segundo peor resultado desde 1984, la primera vez que compitieron en una presidencial. Aquella vez el candidatura era su fundador, el mayor Roberto d'Aubuisson.

El día en que el Coena anunció su retiro y convocó a internas, la dirigencia tuvo una jornada maratónica de encerronas: reuniones a puerta cerrada y sin teléfonos celulares con la Comisión Política, luego con diputados, y después con los ocho sectores de reclutamiento y representación interna que tiene el partido. De inmediato, Interiano arrancó una gira para reunirse con las estructuras departamentales en todo el país, que aun no ha concluido. El Coena deberá escuchar ahora lo que no quiso oir en marzo de 2018, cuando a pesar de su victoria -pírrica- en las elecciones legislativas y municipales comenzaron a aparecer las señales de agotamiento. Arena había perdido votantes en seis departamentos y crecido muy poco en los dos más populosos: La Libertad y San Salvador. Pese a las celebraciones, el partido que encadenó gobiernos por 20 años enfrentaba una derrota más profunda que la electoral: tras dos desastrosos gobiernos del FMLN no había logrado seducir al gran bloque de desencantados, que prefirió votar nulo. Por primera vez, en la elección de 2018 se registró un pico de votos nulos y en blanco de alrededor de 200 mil en todo el país.

Lograr el control de la Asamblea con 37 diputados y sumar 140 alcaldías distrajo a Arena, que no vio las luces de alerta y prosiguió el camino hacia unas primarias que ganó Carlos Calleja y que también dejaron sabores agrios. La disputa entre los empresarios Calleja y Javier Simán se prolongó por más de un año, y en todo ese tiempo el Coena inclinó la balanza de forma evidente hacia el heredero de Súper Selectos. Fundadores del partido y grandes donantes reclamaron a Interiano su indulgencia con los desequilibrios y le pidieron frenar la disputa, que estaba ya enemistando a las estructuras. No tuvieron respuesta. Pese a los habituales discursos de unidad que siguieron a las internas, las estructuras de Arena quedaron divididas entre 'simanistas' y 'callejistas'. Y a la hora de la campaña no todos trabajaron igual.

'No supimos administrar ciertas diferencias y no las supimos corregir después de la elección del candidato', dice Fernando Bautista, diputado de 33 años del Parlamento Centroamericano por Arena para el período 2018-2021 y exdirector de la Juventud Republicana Nacionalista (JRN). 'Si todos estamos tranquilos con la elección del candidato es porque entendemos que el proceso ha sido limpio, y después no va a haber necesidad de quejarte. Pero si existen tantas dudas... y no solo eso, sino que la forma en la que tratás de corregir las dudas es si no estás conmigo estás en contra, y te aparto, te excluyo... ahí empiezan otro tipo de aspectos'.

Aquella inconformidad se ha transformado ahora en una inusual antorcha de rebelión de diputados contra el Coena de Mauricio Interiano. Si Calleja no supo limar las asperezas que dejó su elección como candidato presidencial, Interiano llevaba dos años sin solventar las pugnas que surgieron en 2016, cuando se hizo con la presidencia del Coena.

Heridas viejas

'Hay dos bandos en Arena, quienes apoyan a Ernesto Muyshondt y los que están con Javier Simán, yo creo que ambos deben apartarse', dijo la diputada Felissa Cristales la semana pasada en una entrevista en la radio Club 92.5FM. Esta fractura es un capítulo más de la ya larga disputa que hay entre dos dos visiones que coexisten en el partido desde su intento de refundación tras expulsar a Saca en 2009. Empresarios, diputados, líderes de estructura y alcaldes están de cada lado. En esa pugna, el Coena, con uno de sus peores resultados electorales bajo el brazo, es el chivo expiatorio contra el que ambos bandos lanzan sus ataques.

Muchas de las expresiones contra la dirigencia vienen de liderazgos que respaldaron a Simán en la lucha interna por la candidatura presidencial. Hay quienes se han expresado en público, como las diputadas Karla Hernández o Patricia Valdivieso, o como el miembro de la Comisión Política del partido Albino Román, o el excandidato a alcalde Gerardo Barón, quien en 2015 buscó el gobierno de Nuevo Cuscatlán. En redes sociales, tres horas antes de que Interiano anunciara el adelanto de elecciones internas, Barón escribió: 'el fracaso hacia Arena se debe a que no pudimos autodepurar a nuestros corruptos. El Coena debería deponer sus cargos para que un nuevo Coena pueda llegar a limpiar a Arena. Esto si nos queremos mantener relevantes'. Otros diputados areneros que hablan desde el anonimato aseguran que también están esperando un cambio profundo.

Los diputados y dirigentes que más han cuestionado el desenlace de la presidencial han estado acuerpados en el pasado por grandes empresarios como Ricardo Simán, Ricardo Poma y Roberto Murray Meza. Hace casi tres años, este grupo también tuvo en Edwin Zamora su apuesta para buscar el control del Coena, pero perdieron ante el equipo de Interiano. En 2018 apoyaron la precandidatura de Javier Simán.

Javier Simán dice estar a favor de una transición 'ordenada y pronta' y ha intentado distanciarse oficialmente del juego de tronos. 'Aclaro que no estoy en ninguna contienda por el Coena. Sugiero a alcaldes y diputados más discreción y prudencia', dijo en Twitter el 6 de febrero.

Ricardo Simán, presidente de Almacenes Simán y primo de Javier, ha sido bastante más elocuente: “Con uds no, Sres, necesitamos un cambio y transición ya, uds no tienen liderazgo, ni estrategia, ni han sido verdadera oposición, tengan dignidad. Nadie garantiza elecciones internas limpias con actual estructura del COENA y territorial”, escribió el martes 5, en respuesta a la publicación en la que Arena anunciaba que adelantaría las internas para sustituir a la cúpula. Simán también replicaba un tuit de Javier Steiner, presidente de la Cámara de Comercio, que hablaba sobre la ruptura en el partido: “Ya terminó la campaña, ya hay nuevo presidente, pero la división y el pleito sigue. Invito a todos, incluyendo los nuevos líderes, a dejar la división y buscar la unidad”, decía Steiner.

Los apoyos más visibles del lado de Calleja venían del propio Coena de Interiano: los vicepresidentes Rolando Alvarenga y Carolina Ramírez (también asesores de la fracción); los directores Selim Alabí, Alberto Romero (exjefe de bancada), René Portillo Cuadra, y Carlos Reyes.

También hubo empresarios que ayudaron a entronizar al Coena en agosto de 2016 y que dos años después dieron un espaldarazo a Calleja. Aquí se ubica el expresidente de la República Alfredo Cristiani, por ejemplo, quien gobernó entre 1989 y 1994 y tomó las riendas de Arena entre 2009 y 2013. El día de la derrota, el domingo 3 de febrero, algunos de esos empresarios estaban en el hotel Courtyard Marriot, donde Calleja había establecido su comando de campaña, entre ellos Francisco Calleja (padre del candidato, presidente del Grupo Calleja y de la cadena Súper Selectos), Alejandro Dueñas, director ejecutivo de Dueñas Hermanos Limitada y Urbánica; y Roberto Kriete, cofundador de Avianca Holdings. Otros empresarios, como Fernando Poma, vicepresidente ejecutivo de la división hotelera del Grupo Poma, aunque respaldaron a Calleja solo hicieron una breve visita al candidato cuando ya los resultados de la elección mostraban la tendencia de la derrota arenera.

Más diputados reconocen que la división persiste. “El proceso interno no me gustó. Cuando usted lleva acabo internas en un partido se corre el riesgo que puedan correr resentimientos”, decía José Andrés Hernández, diputado por San Salvador. Arturo Simeón Magaña, diputado por Ahuachapán, lo respalda: “Todos somos responsables, hubo marginación de las estructuras, ya deberíamos de dejar atrás la marginación que se está dando porque eso te genera aun más división interna”, dijo Magaña, en referencia a una queja que fue muy frecuente en la interna para elegir al candidato presidencial.

De todas las visiones políticas posibles que hay en el partido, una de las más claras es la de Interiano, que se inclinó -e inclinó la balanza- para que un grupo interés tuviera su carta presidencial, a pesar de la división que esto generaba por la falta de equidad en la elección interna. Roto el armisticio tras la derrota, ahora le toca rendir cuentas.

Del otro lado, el grupo que perdió la candidatura siempre se presentó con un discurso de renovación y en contra de continuar con las viejas maneras en las que se ha conducido el partido, aunque entre ellos había empresarios como Poma, Sagrera, Murray y Simán que arrastraban el pecado de origen de haber conducido Arena o influido en su cabeza en etapas previas.

Fundadores constituyentes de Arena cuestionan la visión de la élite que apoyó a Calleja porque, según dicen, es una mirada 'feudalista' de la política. Ellos también ligan a Interiano con los intereses del expresidente Cristiani. “Nuestro partido ha sido feudal por mucho tiempo, todo el poder se ha concentrado en un pequeño grupo liderado por [Alfredo] Cristiani”, se quejaba uno de los fundadores, Ulises Llovera, en lo más álgido de la interna para elegir candidato presidencial. En las vísperas de la elección del candidato, media decena de fundadores constituyentes -entre ellos Llovera y uno de los grandes ideólogos del partido Ricardo Valdivieso- desayunaron con Javier Simán para mostrarle su apoyo. 'Apoyo a Simán porque él representa de mejor manera los valores de un Estado de derecho donde gobierne la ley', decía Eduardo Larrave, uno de los fundadores, al salir de aquel desayuno.

Cuando Interiano quedó electo como presidente del partido en 2016 y Calleja como candidato presidencial en abril de 2018, diputados, mandos medios e incluso empresarios nombraban a Tomás Regalado padre como uno de los financistas que había influido para que tanto uno como otro ganaran en sus respectivas elecciones internas. Regalado, para estas voces, tiene un estilo extremadamente utilitario en la política. En diciembre de 2015, reclamó al presidente de Arena, Jorge Velado, que este no fuera consecuente con su visión sobre la elección del fiscal general de la República. 'Después de leer tus graves declaraciones en La Prensa este día en la pagina 32, respecto a Luis Martinez, me convenzo mas que tu estas bueno para ir a vender garnachas y chatarra a las hueseras, en lugar de estar dirigiendo un partido politico como Arena, lanzando acusaciones sin fundamento que dañan a personas honestas y al mismo partido', dijo Regalado en un correo electrónico. Martínez -ahora preso por corrupción- era candidato a la reelección y al igual que Regalado había diputados areneros dispuestos a apoyar su nominación, pero otro bloque de legisladores consideraba esa carta inviable por los indicios de corrupción que ya en ese momento pesaban sobre su gestión.

Roberto Kriete y Francisco Calleja conversan en el lobby del hotel Marriott Courtyard, en Antiguo Cuscatlán, el domingo 3 de febrero. Ambos esperaban los resultados de las elecciones presidenciales.  Foto: Víctor Peña.
Roberto Kriete y Francisco Calleja conversan en el lobby del hotel Marriott Courtyard, en Antiguo Cuscatlán, el domingo 3 de febrero. Ambos esperaban los resultados de las elecciones presidenciales.  Foto: Víctor Peña.

Ola generacional

En medio del replanteamiento del partido un tercer bloque ha comenzado a tomar protagonismo y a desafiar a las autoridades salientes del partido, pero también a algunos de los grandes empresarios que han estado detrás de Arena, al menos, desde la última década cuando Elías Antonio Saca salió expulsado y dejó de ser el amo y señor alrededor del cual giraba el partido y el gobierno que terminó funciones en 2009. Este nuevo bloque es el de diputados más jóvenes como Fernando Bautista, Felissa Cristales, Marcela Villatoro, Josué Godoy y David Reyes, entre otros. 'Debemos buscar la mejor manera de unas elecciones democráticas de un nuevo Coena sin padrones amañados, sin mesas de transición de dinosaurios, sin oportunistas', escribió la diputada Felissa Cristales en un tuit el 4 de febrero.

Las fuertes críticas vertidas por los más jóvenes en el partido probablemente también tienen a su base el fracaso en la renovación que nunca impulsó Interiano. Por el contrario, el Coena consolidó su ala más conservadora. Solo seis meses después de asumir como presidente del partido, en septiembre de 2016, el Coena le pidió la renuncia al director de la Juventud Republicana Nacionalista, Andy Failer, y eso provocó la renuncia de otros de sus miembros que habían pedido más apertura en diversos temas, especialmente los derechos sexuales. Cuatro meses más tarde, el Coena maniobró para no inscribir como candidatas a diputada a las compañeras de fórmula de dos diputados - Juan Valiente y Johnny Wright - que se habían mostrado abiertos a repensar el planteamiento de Arena en temas espinosos. Valiente y Wright optaron por no buscar la reelección. Era el segundo gol del Coena de Interiano y dirigentes como Eduardo Barrientos y Sherman Calvo que en público y en privado han expresado que el partido no puede dar cabida a posiciones reformistas. “Arena sigue siendo un partido excluyente”, reclamaba Wright en aquellos días, en alusión al bloqueo hacia Gabriella Trigueros y Aída Betancourt, que ahora están formando con él el partido Nuestro Tiempo.

Luego vino el proceso para elegir candidatos a diputados y alcaldes, la victoria sobre el FMLN en marzo y un temporal reempoderamiento de Interiano... pero nunca hubo reflexión sobre el futuro del partido y el evidente desgaste de las dos fuerzas tradicionales. Arena, como el FMLN, parecía en negación frente al nuevo ánimo que ya contagiaba a buena parte de la población, gracias a personajes como Bukele y Wright que habían puesto a madurar los frutos del árbol antipartidos tradicionales.

Por eso la derrota del 3F cayó como un meteorito –inesperado solo para ellos- en medio de las filas areneras. El mismo domingo , el diputado Norman Quijano, en sus primeras declaraciones desde el hotel desde el que los areneros siguieron la jornada, imploraba repensar al partido, pero con unidad. Sabía que, tal como sucedió en 2014 tras su derrota presidencial, Arena iba a implosionar.

Dicho y hecho. Hasta los diputados más obedientes, los del silencio de bajo perfil, fueron los primeros en lanzar piedras al Coena.

Milena Mayorga, expresentadora de televisión y diputada desde hace solo un año, lo decía claro: “Ya no les tengo miedo [al Coena], ya llegó el momento de trabajar de manera independiente en nuestra manera de pensar. Esta es una nueva generación de diputados a la que han tenido pisoteados, nos han querido manipular, nos han querido bloquear”, dijo en una conferencia de prensa menos de 48 horas después de conocerse los resultados. “Hay cansancio de la gente, hubo errores del pasado y los que están señalando siguen ahí. Hay que dar paso a una nueva generación. La gente quiere otra cosa, quiere otra generación de políticos. Esto se lo dijimos al Coena, muchos lo hicimos, pero bloquean cosas por bloquearlas”.

Otra de las figuras leales al Coena que ahora se ha levantado es la joven diputada Marcela Villatoro.

−Ya no estamos en los ochenta. Necesitamos reinventarnos −dijo en entrevista a El Faro.
−¿La campaña en el territorio a ustedes les decía otra cosa?
−Esto fue una sorpresa, definitivamente, el territorio nos decía que estábamos fuertes.
−¿Qué toca ahora?
−Tenemos que aprender que las campañas ahora entran en el terreno digital.
−¿Qué pasa con el ADN de Arena? ¿Toca modificar símbolos como la marcha?
−Sí, todo, todo eso es también lo que hay que analizar.

La diputada Felissa Cristales considera que cambiar la marcha y otros símbolos sería solo hacer cambios cosméticos. El diputado Arturo Simeón Magaña respalda esa teoría: “Más allá de la renovación de cara, es la renovación de cómo hacer las cosas”, dijo. 'Si le preguntamos a los jóvenes qué entiende cuando decimos “patria sí, comunismo no”, no sabrían qué decir. ¿Qué significa el comunismo? ¡Eso ya ni existe por Dios!', dijo en una entrevista con la radio YSKL el diputado David Reyes.

Ya en 2014, tras la derrota presidencial de Quijano, en Arena surgieron ideas de qué hacer para fortalecer al partido . Las estructuras, como ahora, estaban dolidas y propusieron el fin de las candidaturas por dedazo, pero también de la influencia desmedida de expresidentes de la República y de millonarios donantes. Jorge Velado, entonces presidente de Arena, decía que en el partido debían acabarse las 'argollas' donde el poder estaba concentrada en muy pocas manos. También se dijo que los diputados, si querían reelección, debían aprobar un examen de desempeño hecho por el mismo partido. Además hubo críticas hacia los dobles cargos, entendidos como aquellos donde un mismo personaje ostenta un cargo público y un cargo en el partido, así como en su tiempo fue el expresidente Saca, quien también fue presidente del partido entre 2004 y 2009.

Estas ideas no son nuevas. Precisamente por la derrota presidencial de 2009, Arena comenzó a revisarse y a examinar su identidad. Un documento titulado 'Un nuevo compromiso con El Salvador' fue elaborado por un grupo de políticos, empresarios y analistas formado por Roberto Murray Meza, Luis Mario Rodríguez, Claudia Cristiani, Federico Hernández Aguilar, Paolo Lüers y Salvador Samayoa. 'Arena vivirá y será un partido fuerte mientras tenga su audacia, su capacidad de renovarse', decía uno de los párrafos de aquel documento de 17 páginas. 'Arena ha perdido en los últimos años mucho de la audacia de la capacidad de renovación que la convirtieron en la primera fuerza política del país', decía el texto, en otro de sus párrafos.

Pero esos vicios continuaron. Arena no supo responder a los hallazgos revelados en agosto de 2018 por la Fiscalía General de la República (FGR) de que el partido recibió de manera irregular cerca de 7 millones de dólares sacados de la partida de gastos reservados de la presidencia de Saca, entre 2004 y 2009, y que funcionarios de Saca (y todavía políticos de Arena) recibieron pagos fuera del salario registrado por ley, libre de impuestos, en montos de entre 3 mil y 10 mil dólares, según el funcionario. Arena expulsó a Saca en 2009 por supuesta corrupción detectada en su administración pero nunca presentó las pruebas, y el partido se pasó años diciendo que algún día iba a presentarlas. Nunca lo hizo. Hasta enero de 2019 (Saca fue condenado a 10 años en septiembre de 2018), el Coena interpuso un aviso ante la FGR para que investigara el Coena del expresidente. Ahora Interiano reconoce que no afrontar los casos de corrupción les pegó duro en la campaña. 'Reconocemos que somos parte de una institución y la población nos ha pasado la factura a todos, la población esperaba que hiciéramos más todavía, en ese momento, en las denuncias, a tomar acciones más agresivas contra los corruptos de ese momento. Duele que haya tenido un costo tan alto [el caso Saca]', dijo el lunes 11 de febrero.

La revisión que ya se asoma en Arena también apunta a que podría trastocar la relación con los grandes donantes. “Es el momento de que Arena deje de ser el partido de los millonarios: el partido debe representar a la clase trabajadora”, dijo en la entrevista Debate Con Nacho la diputada Villatoro. Milena Mayorga coincide: “Debemos abandonar el mote de que somos el partido de los ricos. Si seguimos legislando para sectores se nos va a seguir corriendo la gente, y la gente tiene que ver que estamos legislando para ellos”.

Mayorga dice que por eso subió el video en el que camina por el corazón del centro de San Salvador, un lugar que ha sido emblema del presidente electo Nayib Bukele. “No todos pueden ir a un centro comercial ni viajar, por eso lo subí, porque esa fue una obra de beneficio para el pueblo”, dijo, y admitió que por esta acción ha sido malinterpretada. “En la reunión dijeron que parece que unos ya están coqueteando con el presidente electo, pero es que nadie debería estar contra ese tipo de obras porque son de beneficio para la gente”, insistió Mayorga.

Cristales también señaló el excesivo proteccionismo que desde la bancada se hace a favor de ciertos sectores económicos: 'En Arena no puedo promover en medioambiente una normativa para regulación del uso del plástico. ¿Por qué? Porque está prohibido hablar del plástico porque habrá algún empresario que se molesta si lo hablamos', dijo.

Interiano anunció el lunes 12, en una entrevista televisiva, que tendrán lista, en una semana, la evaluación general tras la derrota. 'Estaremos comunicando de manera más ordenada todos los aprendizajes que tenemos', dijo. 'Pero hubo varios factores; tenemos que modernizarnos en varias áreas', agregó. El excandidato Calleja, mientras tanto, guarda silencio y no siente postura sobre el futuro del partido. En la noche de la derrota anunció que regresaba a sus empresas y al día siguiente salió de viaje junto a su familia. 

Ernesto Muyshondt ha propuesto la creación de una comisión de transición, pero el partido la desechó tras una reunión entre la Comisión Política, el Coena y la bancada legislativa. “Es inviable la comisión de transición por no estar reconocida en los estatutos”, explicó la diputada Villatoro. En la comisión de Muyshondt figuraba, entre otros, el nombre de líderes de antaño como el expresidente Cristiani, Mario Acosta Oertel, Jorge Velado y Ana Vilma de Escobar. 

Las críticas hacia Muyshondt no están aisladas de este escenario. Muyshondt fue uno de los principales promotores de la candidatura presidencial de Calleja, y mientras el exdiputado buscaba entronizarlo en el partido, él maniobraba para convertirse también en el candidato para la alcaldía de San Salvador. Lo que parecía una relación estrecha entre Muyhondt y el Coena de Interiano ahora paraciera ser un distanciamiento.

Tras la derrota presidencial, Muyshondt critica al Coena y este contrataca. En la conferencia del martes 5, Interiano le lanzó un dardo envenenado. Interiano dijo que ninguno de los que salieron electos como dirigentes, hace tres años, podía buscar la reelección y hasta leyó los nombres de todos a los que les está prohibido reengancharse. Ese fue un acto innecesario tomando en cuenta que todos los “coenas” estaban de pie, junto a Interiano, acompañándole en la conferencia, uniformados con la misma chaqueta… todos, excepto Ernesto Muyshondt. “Haber mencionado los nombres fue una acto con declaratoria para Neto”, mencionaba un diputado del partido.

Muyshondt ya dijo que no está interesado en ningún puesto dirigencial. 'Soy parte del Coena que fue electo en 2016, pero tengo dos años de no participar. He dicho en reiteradas ocasiones, publicamente -y estoy seguro que Juan Valiente lo sabe- que no tengo interés en ser presidente del partido ni parte del próximo Coena', dijo Muyhondt a El Faro, en alusión a un cuestionamiento que le hiciera en El Faro Radio el exdiputado Juan Valiente.

El jueves 7, en una entrevista en Frente a Frente de TCS, Muyhondt dijo que buscará la reelección como alcalde en 2021. Es decir, aprovechará el cargo de alcalde para promocionarse, tal como lo hicieron dos padrinos políticos suyos: el excandidato presidencial Norman Quijano o el fallecido expresidente de la República Armando Calderón Sol.

Muyshondt también ha sido hábil para sortear las prohibiciones que establecen los reglamentos internos del partido. Por ejemplo, quedó establecido en 2016 que ningún dirigente del partido podría saltar a buscar un cargo de elección popular… a excepción de los cargos más irrelevantes en la cúpula. Muyshondt, acostumbrado a figurar, obtuvo un puesto exento de aquella prohibición: el de director de asuntos internacionales.

Carlos Calleja camina por el pasillo del hotel Marriott Courtyard, en Antiguo Cuscatlán, convertido en sede del equipo del candidato para la recepción de información electoral. El candidato de Arena salió de la conferencia de prensa donde reconoció su derrota y anunció que regresaría al trabajo en sus empresas, donde estaba antes de entrar a la contienda. Foto: Víctor Peña.
Carlos Calleja camina por el pasillo del hotel Marriott Courtyard, en Antiguo Cuscatlán, convertido en sede del equipo del candidato para la recepción de información electoral. El candidato de Arena salió de la conferencia de prensa donde reconoció su derrota y anunció que regresaría al trabajo en sus empresas, donde estaba antes de entrar a la contienda. Foto: Víctor Peña.

Renovarse también en las formas

En tiempos en que Arena intentaba vender una imagen acorde a la de su renovado candidato, se alió con los dos partidos más viejos del país, el PCN y PDC. La alianza trascendió a una apuesta electoral y los tres partidos, más Democracia Salvadoreño (DS) lanzaron a Calleja y su compañera de fórmula Carmen Aída Lazo en una apuesta que aplaudieron. Pero ahora ya hay reclamos a esas decisiones. “La coalición no fue favorable para nadie, ni para Arena ni para el PCN ni para el PDC, ni para DS”, asegura el diputado por Santa Ana, y dirigente nacional del PCN Francisco Merino. El diputado de Arena Mauricio Vargas también cree que el problema fue de esencia: “La alianza se basó en votos y no en programa de gobierno”.

Consultados para esta nota, los diputados Mauricio Vargas, Patricia Valdivieso, José Andrés Hernández (y un diputado más del interior del país que habló bajo la condición de anonimato) dijeron que el fracaso el domingo se debió a varias razones, entre ellas, el menosprecio a las encuestas, al haber perdido el tiempo en atacar a Nayib Bukele con mensajes publicitarios, al diseño de mensajes publicitarios superficiales in extremis, al uso de estrategias en desuso como la visita casa por casa...

La diputada Patricia Valdivieso, hija de fundadores constituyentes de Arena, reclama que por culpa de la coalición la marca arenera se haya diluido: “La estrategia falló, y la autoridad responsable era nuestro Coena. Ellos tenían el poder de decisión y el poder de decir: ‘esta es la campaña’, ‘esta es la institucionalidad del partido’, y ponerla de cara a la población”, dice Valdivieso. “Vimos a un candidato al que no lo dejaron usar los colores. Arena sin coalición habría representado una bandera pero en esta campaña se hizo difuso y Arena quedó invisibilizada”, dice Valdivieso.

Ahora tras la elección, el PCN ya ha anunciado que buscará la gobernabilidad del presidente electo. Un anuncio que pone en entredicho la agenda y alianza legislativa que llevó a estos partidos a repartirse la junta directiva y la presidencia de la Asamblea en este periodo. Tras la derrota en las presidenciales, Merino no se guarda críticas a su viejo aliado: “No hay duda de que la campaña tenía rasgos de un marketing comercial y no de un marketing político. Las campañas tradicionales como que ya llegaron a su fin porque no estamos vendiendo dentífricos ni cosméticos, tenemos que saber vender a la figura política”, aseguró.

Merino reclamó que la campaña pareció improvisada, tanto que el domingo de la elección –según dijo- los equipos de defensa del voto del PCN y de Arena tuvieron encontronazos. “Hacer política de manera improvisada no es fácil, creo que hay que tener más bagaje y maś pulso y más baño de pueblo para entender cómo se hace una campaña. Arena estaba con ciertos clichés que uno sabe que no pegan porque somos gente forjada en el terreno”, dijo Merino. El pecenista aseguró que la estrategia fallida fue toda responsabilidad de Arena y que apenas tuvieron incidencia. “Fue muy difícil entender quién era el que movía las líneas estratégicas de la campaña, no se veían, no se hablaba con ellos”, dijo.

El PCN también dice haber entrado en un proceso de reflexión. Merino dijo a El Faro este martes que la dirigencia, compuesta por líderes departamentales, está evaluando adelantar las internas para renovarse. “Creemos que es algo que debe hacerse”, dijo.

Con este anuncio, ya son tres los partidos políticos tradicionales que, tras resistirse por años o décadas a la apertura, a la democracia interna o a la revisión de sus postulados, admiten que deben reinventarse si quieren sobrevivir a la era del desencanto, las redes sociales y de la presidencia Bukele.

*Con reportes de Roxana Lazo

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