Más que admiración, el gobierno de Bukele puede que esté aterrorizado con Trump y por eso ha decidido someterse completamente. La diplomacia salvadoreña sabe de la naturaleza transaccional y nativista de Trump, en la que los rieles del anticomunismo republicano pasaron a segundo plano. Si Trump está dispuesto a negociar con el dictador venezolano, Nicolás Maduro -pasando encima Rubio-, no dudará en lanzar a los leones a Bukele, si eso le sirve para avanzar con sus intereses políticos.