26 años después de haber pertenecido a la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, uno de los investigadores del equipo ha regresado al país. La comisión estuvo formada como un equipo multidisciplinario y de corte internacional que se sumergió en testimonios de la guerra para concluir que en El Salvador se vivió una locura. Ahí tuvo cabida un joven antropólogo, noruego, que califica el trabajo realizado en El Salavador como 'inédito'. Su nombre es Stener Ekern y un cuarto de siglo después ha regresado al país para intentar resolver una duda: si el trabajo que él y sus compañeros hicieron produjo resultados tangibles en la vida de los denunciantes... y en la sociedad.
En retrospectiva, Ekern es un convencido de que el resultado final del informe de Naciones Unidas sobre la guerra en El Salvador careció de más historias humanas que le permitieran comunicar su importante mensaje con la mayoría de los salvadoreños. 'El lenguaje del informe fue muy jurídico, legalista. No cabían las experiencias humanas que aprendimos', dijo Ekern el 28 de marzo, en la última emisión de El Faro Radio.
El trabajo de Ekern lo llevó en 1992 a conocer casos de violaciones a los derechos humanos en Corinto, Morazán o en San Rafael Cedros, Cuscatlán. Por aquella experiencia, y porque está convencido de que el diseño de la Comisión de la Verdad de El Salvador sirvió de modelo para mejorar procesos similares alrededor del mundo, él cree que los salvadoreños deben de conocer más a fondo las historias narradas por los denunciantes. Según Ekern, lo que publicó el informe, que reseña casos emblemáticos, es apenas 'la punta del iceberg' de todo el drama que se vivió en la guerra. Conocerlo, dice, es un paso previo para lograr la no repetición y para garantizar una verdadera reparación a los testimoniantes.
Según cuenta, el expresidente colombiano Belisario Betancur, uno de los comisionados, era uno de los que más insistía en incluir más historias al final del informe. 'Los mismos comisionados, en especial Betancur, hablaban de la necesidad de tener más carne para llegar a hablar con la gente común. Por eso también el título 'De la locura a la esperanza'. Pero al producirse el informe ese inicio se perdió en el mar de cifras, estadísticas y calificaciones, tipologías', dijo.
'Ahora se sabe que también que la ley y la legislación tiene una vida social y que su impacto tiene mucho que ver si se logra comunicar con el receptor o no”, añadió.
Las conclusiones del informe de la Comisión de la Verdad fueron tan temidas en El Salvador que, cinco días después de su publicación, la derecha legislativa aprobó la amnistía general de 1993 para bloquear su impacto. Esa ley estuvo vigente por 23 años. De las denuncias que recoge el informe, el 63.5 % es contra el ejército y los otros cuerpos de seguridad de la época, el 32.8 % es contra paramilitares y escuadrones de la muerte, mientras que solo un 3.66 % de las denuncias son contra la guerrilla.
Ekern considera que las discusiones sobre porcentajes de crímenes cometidos son 'estériles' ahora. 'Todos participamos y tenemos algo de responsabilidad en los eventos que siguen a una guerra. Si se trata de distribuir culpa, la culpa estaba igual según la percepción de los testimoniantes', dijo.
El profesor se dice decepcionado de que el informe no haya tenido un mayor impacto y cree que redactar más historias personales pudo haber contribuido mejor al proceso de reconciliación posguerra. 'Pierdes la oportunidad como para reflexionar sobre un evento en toda su complejidad y reconocerse en sí mismo la culpa y toda la responsabilidad', dijo Ekern. 'Esto fue hace casi 30 años y tal vez había más respeto ante esto de la ley y el lenguaje jurídico. Ahora se sabe que también que la ley y la legislación tiene una vida social y que su impacto tiene mucho que ver si se logra comunicar con el receptor o no', agregó.
El informe ha sido denostado y criticado por ambos bandos de la guerra, aunque en 2018 el general Rafael Bustillo se apoyó en una copia del informe para alegar su inocencia en la imputación por la masacre de El Mozote. El FMLN por mucho tiempo cuando fue oposición (1994-2009) ondeó la bandera de los derechos humanos para pedir que se persiguieran crímenes cometidos por el ejército. Pero esa posición fue tibia y se terminó de enfriar cuando la amnistía fue declarada inconstitucional.
Ekern recuerda que la cúpula del Frente en 1992 también compartió una reacción hostil a los hallazgos del informe, pese a que porcentualmente eran los menos señalados. “Tanto el gobierno como el Frente pusieron sus condiciones antes de empezar el trabajo de la comisión. No me considero experto en la historia de la izquierda de este país o del FMLN, pero la reacción que conocimos (en 1992) fue negativa', dijo Ekern.
El profesor Ekern también lamenta que actualmente se discuta en El Salvador una nueva ley de amnistía porque piensa que judicializar esos casos 'es una oportunidad para aprender, para hacer crecer a la cultura política y también madurarse personalmente y como ciudadanos'. Sobre la primera amnistía de 1993, Ekern dijo que fue una 'decepción' para el equipo que trabajó en la Comisión de la Verdad.
“A veces se crean lazos entre los que han matado (durante una guerra) y eso crea unos lazos que hace que se cubran unos a otros”, dijo Ekern, para explicar la persistencia de la búsqueda de impunidad. Aunque sí coincide que la cárcel no es necesariamente la mejor opción para cerrar este capítulo. “No sé si cárceles es una solución. El problema de procesos jurídicos es que el aprendizaje no consiste tanto en afirmar o confirmar, sino madurarse a tener cada vez horizontes más largos”, dijo.
El programa de este 28 de marzo también fue el último de El Faro Radio al aire en Punto 105. A partir de esta fecha, El Faro Radio se tomará un tiempo para repensar su futuro. Puede escuchar un breve repaso de los seis años del programa en el siguiente enlace: