Esto dice la versión presidencial: unos políticos coordinaron con personas para romper la cuarentena nacional y generar desórdenes para colapsar el pasado lunes 30 de marzo la oficina que atendería a los beneficiados con una ayuda económica por la emergencia del coronavirus. Ese es el plan desestabilizador que el Gobierno aseguró haber descubierto en unas conversaciones de WhatsApp, según dijo el 2 de abril pasado el presidente Nayib Bukele, a través de un tuit. Sin embargo, ningún chat que demuestre esa conspiración fue entregado a la Fiscalía General de la República, la institución que dirige las investigaciones en el país, ni fueron anexadas como prueba al proceso que el juzgado de paz inició contra los únicos dos capturados el 30 de marzo.
“Muchos de los agitadores capturados el lunes tenían conversaciones de WhatsApp con prominentes líderes políticos salvadoreños, donde recibían instrucciones sobre qué tenían que hacer e incluso los dineros que les iban a transferir por las acciones realizadas. Delito de sedición”, escribió Bukele en su cuenta de Twitter el 2 de abril. “Hay ciertos actores políticos tratando de desestabilizar al Gobierno para intentar hacer verlo mal en el manejo de la crisis del COVID 19. De ser necesario este servidor llegará hasta la casa de esta gente y los vamos a capturar. ¡No estén jugando con la salud del pueblo!”, dijo Rogelio Rivas, el ministro de Seguridad y Justicia durante una conferencia de prensa, el 2 de abril.
Pero ese plural, hasta el momento, es solo de dos: no hay ninguna otra captura por los desórdenes del lunes 30 a parte de los dos hombres que la semana pasada fueron presentados al Juzgado Tercero de Paz de San Salvador.
El dos de abril, la Fiscalía acusó de tres delitos (desórdenes públicos, apología del delito y desobediencia de particulares) a Daniel Alexis Hernández Ochoa, trabajador de una constructora, de 25 años, y a Carlos Enrique Torres Rivas, un vendedor del Centro de San Salvador, de 39 años. Ellos participaron en las protestas por el cierre de las oficinas del Centro Nacional de Atención y Administración del Subsidio (Cenade), una dependencia del Ministerio de Economía que iba recibir los reclamos de las personas que no aparecieran en la lista de beneficiados que podía consultarse por internet. El lunes 30, miles de salvadoreños llegaron a diferentes oficinas a reclamar su dinero, siguiendo las instrucciones que el presidente había dado en cadena nacional. Algunas de esas personas llegaron de madrugada para hacer fila. Cuando el presidente vio las aglomeraciones anunció en Twitter que cerraría los Cenade ese día para evitar contagio. Mucha gente, desesperada, gritaba ante las cámaras que aquello era injusto.
Daniel fue capturado después de que usuarios de redes sociales viralizaron un video donde él aparecía enviando un mensaje para Bukele. “Lo vamos hacer. No va ser el primer país que va a hacer el saqueo. O nos respondés o en tres horas empezamos a saquear. Tres horas te damos para que le respondas al pueblo”, gritaba el hombre que el 30 de marzo vestía una camisa celeste, un pantalón beige, usaba unos guantes de látex y una mascarilla le colgaba del cuello.
—¿Vos sos el que aparece en el video? –preguntó El Faro a Daniel afuera del juzgado, el jueves 2 de abril, mientras esperaba la audiencia inicial por tres delitos.
—Sí. Yo dije que le dábamos tres horas para que resolviera, pero al final fui yo el que terminó tres días en la cárcel. Mi error, creo yo, que no hablé por mi persona sino que hablé representando a todos y ese fue… Que me asumen como que soy el líder -respondió Daniel.
—¿Y por qué dijiste eso?
—Me sentía fustrado. Me quedé sin trabajo, sin dinero y mi mujer y mi hijo de tres años se tuvieron que ir con la familia de la suegra. Yo no sabía qué hacer. La misma necesidad nos llevó a la sofocación y uno exaltado ya no sabe lo que habla. Hasta que las cosas están hechas las pensamos.
'Llegamos por iniciativa de nosotros'
Daniel asegura que su oficio es el enderezado y pintura de carros, pero como estaba desempleado comenzó a trabajar como armador de estructuras para una constructora el 17 de marzo pasado. Apenas tenía cuatro días de laborar cuando la empresa le pagó $62 por ese tiempo y lo despachó hacia su casa en cumplimiento a la cuarentena ordenada por el Gobierno. Su pago fue como una gota de agua en el desierto, porque tenía una deuda de $182. Entonces, su mujer y su hijo de tres años se fueron a la casa de su suegra, porque Daniel ya no los podía mantener, y él se quedó solo en el cuarto de un mesón en Ciudad Delgado, para seguir buscando algún trabajo. No encontró nada.
Una semana después, dice, el 27 de marzo, estuvo atento a la cadena nacional de radio y televisión del presidente, en la cual Bukele anunció una página web para que los afectados por la pandemia pudieran consultar si eran beneficiarios de $300. Las personas que no tuvieran internet o que no aparecieran en la lista podían exponer su caso al Cenade más cercano, dijo el mandatario.
“Ingresé mi DUI y el de mi esposa y nada… El lunes llegué al Cenade como a las 5:30 de la mañana y la fila ya estaba larga. Cuando la Policía roció gas pimienta, la gente se dispersó y aprovechamos para meternos más adelante. '¡Ya nos ahorramos unas cuatro horas!', dije. Mi sorpresa fue que cerraron el Cenade. Yo había prestado para el pasaje, no había desayunado porque solo andaba $0.20 en la bolsa, me sentí fustrado. Yo llegué por el beneficio de los $300 porque en realidad no tenía cómo poder sustentar lo de mi hogar”, cuenta.
El 30 de marzo, Daniel llegó al Cenade junto con Carlos, su vecino de mesón en Ciudad Delgado. Carlos vende ropa en el pasaje Montalvo de San Salvador y en estos días de cuarentena se ha quedado sin ingresos. “Necesito unos $600 para vivir. Pago $90 en el mesón porque tengo refrigeradora, pago $75 del local, tengo que invertir en mercadería. Si nos dejaran trabajar yo sé que saco ese dinero, pero ya van más de dos semanas que tengo el local cerrado y no puedo mantener a mi mujer y mi hija, que por cierto el martes (cuando estaba en la cárcel) cumplió 3 años”.
Sentados al final de un pasillo de los tribunales, esposados y vestidos de blanco, los dos hombres niegan que hayan recibido dinero de algún político para ir al Cenade. “Si me hubieran pagado, agarro el dinero y no hubiera ido. Fuimos al Cenade por necesidad”, dice Carlos. “Yo llegué porque él (Bukele) dijo en televisión que podíamos llegar. Me imagino que él pensó que 100 personas iban a llegar”, responde Daniel a la misma pregunta.
Daniel y Carlos enfrentaron una audiencia al mediodía del 2 de abril, dos horas después de que Bukele denunció el contubernio entre políticos y agitadores. El juez José Campos decidió que los dos hombres continúen procesados, pero los benefició con libertad condicional. Ellos no deben cambiar de domicilio y deberán presentarse cada 15 días al juzgado una vez que termine la cuarentena. En las pruebas valoradas por el juez no hay nada sobre conversaciones de WhatsApp entre agitadores y políticos. “Ahí no se ha presentado nada de eso. Si eso existe, la Fiscalía debe aportarlas en la fase de instrucción”, dijo Ulises Marinero, el vocero del centro judicial.
Muchos de los agitadores capturados el lunes tenían conversaciones de WhatsApp con prominentes líderes políticos salvadoreños, donde recibían instrucciones sobre que tenían que hacer e incluso los dineros que les iban a transferir por las acciones realizadas.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 2, 2020
Delito de sedición.
El Faro preguntó a la Fiscalía por que esas pruebas no estaban anexadas al expediente de la única investigación que, hasta el momento, la Fiscalía ha promovido por los desórdenes del 30 de marzo. Los fiscales desconocen sobre las pruebas anunciadas por el presidente Bukele. “No hay ninguna postura porque no sabemos qué fuentes tiene él o de dónde sacó esa información. No tenemos conocimiento de la información que publicó en su tuit. Esos (los chats) no están presentados en el requerimiento porque no tenemos esa información”, respondió una vocera de la Fiscalía.
—¿Hay más personas capturadas por los desórdenes del 30 de marzo? –preguntó El Faro.
—No nos han remitido a nadie más -respondió la vocera.
Durante una conferencia de prensa el 2 de abril, el ministro Rivas dijo: “tuvimos capturas de algunas personas que habían mandado estos personajes (políticos) a tratar de alborotar”, pero en el caso contra los únicos dos capturados no hay ninguna evidencia de ese contubernio. Cuatro días después, tampoco hay nadie más presentado ante un juzgado por los desórdenes del 30 de marzo. El tiempo que la ley permite tener detenido a alguien sin presentarlo ante un juez es de solo tres días. Luego, el ministro Rivas dijo que estaban recogiendo evidencias de dos casos (el intento de ingreso de un arma hechiza al hospital Saldaña y los desórdenes alrededor de los Cenade) para enviar la información a la Fiscalía y así llegar hasta “actores políticos que están tratando de desgastar al gobierno”. Una vocera de la Policía dijo “hay más investigaciones” sobre los desórdenes, pero no más capturados.
“Llegamos por iniciativa de nosotros. No me esperaba esto y nunca me imaginé que iba estar en esa situación tan bochornosa y humillante hacia mi persona. De mi persona se han dicho demasiadas cosas que en realidad no son así. Me tildan de pandillero, que ando tatuado y todo y yo no tengo ningún tatuaje alusivo a pandilla. Soy trabajador”. Daniel se levanta la camisa blanca, muestra su pecho para demostrar que son falsas algunas imágenes que circularon en redes sociales en las que aparece con un tatuaje de la MS-13 en todo su pecho. Esa imagen se viralizó en redes sociales el mismo día que funcionarios de Gobierno reiteraban que el colapso de los Cenade obedecía en parte a maniobras políticas de la oposición.
La tarde del jueves 2 de abril, El Faro llamó al secretario de Prensa de la Presidencia, Ernesto Sanabria, y a la secretaria de Comunicaciones, Sofía Medina, para preguntar por qué las pruebas señaladas por el presidente Bukele no fueron entregadas a las autoridades, pero no atendieron la llamada telefónica, algo que ya es habitual cada vez que este medio busca a estos voceros.
Falsedades en Twitter
La trama en redes sociales contra Carlos y Daniel no es la única que incluye falsedades. El mismo 2 de abril, cuando el ministro Rivas aseguraba que había pruebas que vinculan a los detenidos con políticos, el presidente Bukele compartió con sus 1.7 millones de seguidores de Twitter una información falsa, un texto redactado en forma de noticia, pero que de noticia no tenía nada. “Video que circula de supuesto hospital es de un centro del mismo nombre en Colombia”, rezaba el titular de la publicación.
El texto de la página de internet El Blog hacía alusión a videos que fueron publicados la noche anterior por los medios digitales Gatoencerrado y Revista Factum, en los que un paciente del Hospital Dr. José Antonio Saldaña llamado John Fredy Vasco, de 41 años, era entrevistado por otro paciente. Vasco, de origen colombiano, dio positivo al Covid19 el mismo día que le tomaron el video, el 1 de abril, mientras estaba resguardado en el hotel playero Joyas del Pacífico, en la Costa del Sol. Fue enviado al hospital Saldaña y en el video pedía juntarse con su esposa y que el Gobierno hiciera algo para que en el mismo recinto no estuvieran mezclados pacientes positivos con pacientes negativos. También salían otros pacientes quejándose de que no estuvieran debidamente separados y de que no hubiera doctores pendientes.
El Blog publicó la noticia falsa y, para sustentarla, se basó únicamente en la respuesta que un usuario de Twitter dio a Factum en las redes sociales. Eso, según El Blog, fue suficiente para desmentir las acusaciones de los pacientes del Saldaña. “Señores lamento decirles que la información es verdadera. Pero eso ha pasado en Colombia. Repito verdadera y es en el Hospital San Carlos De Saldaña, Tolima, Colombia”, decía el usuario. El Blog la subió a su portal y luego la compartió con sus más más de 360,000 seguidores de Twitter. El presidente Bukele le regaló un retuit, o sea que distribuyó la mentira entre sus 1.7 millones de seguidores.
El Faro obtuvo más videos del paciente colombiano en el que él aparece mostrando ropa de cama con el logo del Gobierno de El Salvador. “No sé por qué dicen que es Colombia, yo estoy en El Salvador, en el hospital Saldaña”, dice Vasco en el video. En otro video, aparecen más personas con mascarillas cantando alabanzas religiosas mientras Vasco hace un recorrido por las instalaciones, en donde se alcanzan a ver no solo más logos del Gobierno sino también botellas plásticas con agua consumible, marca Agua Cristal.
Horas más tarde de haberlo compartido con sus seguidores, Bukele retiró el retuit y El Blog eliminó la publicación por unos instantes. Por la tarde, el sitio volvió a publicar el mismo texto, acompañado de una fotografía del supuesto hospital colombiano.
“En momentos de crisis y emergencia difundir noticias falsas, rumores sin verificar es un asunto muy delicado e incluso peligroso. Verifiquemos, por favor #NoALasNoticiasFalsas”, había pedido por Twitter esa misma mañana del 2 de abril, el secretario de Prensa de la Presidencia, Ernesto Sanabria. Lo curioso es que él mismo, en los días previos, también había ayudado a difundir información inexacta.
Por ejemplo, a las 4:47 de la tarde del 30 de marzo, Sanabria escribió un tuit en el que daba la idea de que el empresario Javier Simán había contribuido a movilizar personas hacia los puntos donde podrían tramitar el subsidio de $300 dólares prometido por el Gobierno. Las aglomeraciones en los Cenade, en la práctica, rompieron las reglas de cuarentena impuestas por el Gobierno y se convirtieron en un potencial foco de contagio. Sanabria publicó dos imágenes acompañadas de un breve texto “Juzgue usted”. En resumen, las dos imágenes daban la idea de que dos personajes de Arena estaban involucrados en las aglomeraciones que se hicieron en todo el país. Una de las imágenes era un anuncio que el alcalde arenero de Comasagua, Ricardo Reyes, había colgado en su Facebook. El alcalde ofrecía transporte para todos los pobladores de su municipio que quisieran ir a cobrar el subsidio. La otra imagen que publicó Sanabria era una fotografía del alcalde junto al empresario y exaspirante a candidato presidencial de Arena, Javier Simán. La foto, sin embargo, era de 2017, cuando Simán hacía campaña para ganar la candidatura de su partido. Ambas imágenes, antes de que fueran compartidas por Sanabria, habían sido publicadas por simpatizantes de Bukele y Nuevas Ideas, e inclusive por funcionarios, como la ministra de Vivienda, Michelle Sol, o el asesor del Tribunal Supremo Electoral, Romeo Auerbach.
El Faro llamó a la Alcaldía de Comasagua y pidió por redes sociales una entrevista con el alcalde Reyes para preguntarle por qué ofreció transporte a los habitantes y si ese servicio cumplió con las medidas sanitarias establecidas por la emergencia. El alcalde no contestó la petición.
Si bien todo apunta a que el alcalde Reyes ayudó a movilizar personas, no hay ningún indicio de que Simán tuviera nada que ver con ello.
Otra imagen descontextualizada fue compartida por Sanabria a las 4:53 de la tarde del 30 de marzo. En ella se observa al columnista de El Diario de Hoy, Paolo Lüers, en una fila de personas. En un contexto en el que miles de salvadoreños hacían filas similares para cobrar su subsidio de $300, al secretario de Prensa de la Presidencia se le ocurrió tuitear una imagen de Lüers haciendo fila. La imagen iba acompañada, nuevamente, de la frase “Juzgue usted”. Lüers ha sido un férreo crítico de Bukele en sus columnas de opinión del matutino. Lo que no dijo Sanabria es que esa foto fue tomada en abril de 2018, mientras Lüers hacía fila para llevar comida a personas recluidas en las bartolinas del Centro Judicial de San Salvador.
Estas imprecisiones se suman a otra que protagonizó el propio presidente Bukele y que tuvo un calado internacional, a mediados de marzo. Bukele emitió un tuit en el que decía que en un vuelo de Avianca procedente de México venían 12 salvadoreños contagiados con Covid19 y que debido a eso, el vuelo tenía prohibido aterrizar en suelo salvadoreño. Bukele llamó “irresponsables” a las autoridades mexicanas, pero nunca reveló en qué se basaba para decir lo que dijo. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, salió a desmentir a Bukele y lo cuestionó diciendo que era información falsa, que no había ningún indicio de que hubiera pasajeros enfermos. Bukele entonces suspendió todos los vuelos entre El Salvador y México, días antes de cerrar fronteras definitivamente.
