La Dirección General de Centros Penales ordenó que uno de los cabecillas de la Mara Salvatrucha-13, que guarda prisión en la cárcel de máxima seguridad de Izalco Fase III, fuera trasladado “de emergencia” a un hospital, a pesar de que el médico encargado de esa cárcel certificó que el pandillero gozaba de un perfecto estado de salud y lo dejara escrito en un documento oficial. Aunque no hubo diagnóstico de enfermedad alguna, el marero fue trasladado al hospital de Zacatecoluca, a 128 kilómetros de donde se encuentra la prisión de la que salió, y a pesar de que a solo 12 kilómetros está el hospital nacional más cercano. En Zacatecoluca está la cárcel de máxima seguridad donde cumplen condena los principales jefes de la Mara.
El traslado anómalo del pandillero apodado Chino Milo ocurrió en octubre de 2020, un mes después de que El Faro revelara que el Gobierno del presidente Nayib Bukele sostiene una negociación con la MS-13, cuyos términos han sido discutidos entre líderes en libertad de la pandilla que ingresan al penal junto a funcionarios encapuchados y líderes de esa estructura criminal recluidos en esas cárceles de máxima seguridad.
Según el fiscal general de la República, Raúl Melara, Chino Milo es parte de la cúpula de esa estructura criminal y mano derecha del principal cabecilla de la MS-13, Diablo de Hollywood.
El día 6 de octubre de 2020, a las 11:20 de la mañana, el inspector Jairo Solís, miembro de la Subdirección de Seguridad del penal Izalco Fase III, buscó al médico a cargo de la salud de los internos de esa cárcel, el doctor Mario Arnulfo Herrera Espinoza, y le aseguró que por “indicación superior” debía remitir de urgencia al reo Danilo Antonio Colocho Hernández a un hospital, pero no a cualquier hospital, sino al de Zacatecoluca, a pesar de que por la ubicación de Izalco Fase III a los reos con enfermedades graves les corresponde ser atendidos en el hospital nacional Dr. Jorge Mazzini Villacorta, en el departamento de Sonsonate. O, en caso de alguna necesidad particular, en los hospitales de la capital, mucho más cercanos al penal de Izalco que el de Zacatecoluca.
Según consta en un documento oficial escrito por el médico, el inspector Solís informó verbalmente que la orden había sido girada por César Salinas, colaborador administrativo del director general de Centros Penales, Osiris Luna. El inspector Solís no explicó al médico por qué razones el asistente del director conocía las necesidades de salud del reo, ni qué padecimientos ameritaban trasladarlo de forma urgente fuera del penal. De modo que el doctor Herrera se apresuró a hacer su propio diagnóstico en el área clínica del recinto.
Lo primero que notó es que el marero Danilo Antonio Colocho Hernández, alias Chino Milo, estaba “alerta y atento”, que no tenía fiebre ni dificultades para caminar, que tenía un peso normal, que estaba hidratado, que no presentaba palidez, ni ningún síntoma de tuberculosis pulmonar. Así que revisó su historial médico y descubrió que había sido diagnosticado con colon espástico, o síndrome de colon irritable, que también había tenido mucho colesterol en la sangre y padecido de pterigión, que es una fina membrana que crece en el ojo y que dificulta la visión. Pero también se enteró de que todos esos padecimientos habían sido diagnosticados en 2012, hacía 8 años: lo del colon había sido diagnosticado con una colonoscopía, y había sido controlado con una dieta alta en fibra que le ayudó a normalizar sus niveles de colesterol. Para tratar el pterigión había sido operado, desde luego, en el hospital Mazzini de Sonsonate. Así que el doctor Herrera concluyó que “el paciente al momento no necesita ser referido de emergencia hacia ningún centro asistencial”.
Para agotar cualquier posibilidad, el doctor Herrera consultó a sus colegas dentistas si ellos habían detectado en Chino Milo algún padecimiento que ameritara un traslado de urgencia, pero en el departamento de odontología del penal le dijeron que no sabían de lo que estaba hablando y que ellos no tenían nada que ver con el asunto.
Luego del diagnóstico médico, que certificaba que el reo gozaba de plena salud, Chino Milo fue trasladado de todas formas, con carácter de urgencia, al hospital de Zacatecoluca, atravesando gran parte del país sin otra explicación que las “indicaciones superiores”.
Así que el doctor Herrera, quizá temiendo pagar futuras responsabilidades, escribió un oficio dirigido al director del penal de Izalco Fase III, Rafael Antonio Jiménez Ramos, en el que narra lo ocurrido y concluye diciendo: “Debo mencionar que como médico coordinador de este recinto penitenciario me veo en la dificultad de no tener un respaldo por escrito en donde solicitan salida de privado de libertad, ya que según mi evaluación médica no necesita ser referido de emergencia, poniendo en riesgo mi profesión como médico al no tener un respaldo sobre la situación anteriormente mencionada”. Luego, el doctor firmó el oficio y le puso su sello. El Faro obtuvo ese oficio y confirmó su autenticidad con informantes de Centros Penales.
El Faro se comunicó con el doctor Herrera este 12 de enero, a través del conmutador del penal de Izalco Fase III, se le comentó que el medio tenía una copia del oficio que el envió al director de la cárcel, mientras él se limitaba a asentir con onomatopeyas: 'mjjm'. Cuando se le comentó sobre el perfil criminal de Chino Milo, la llamada se cortó. Se llamó de nuevo al conmutador, pero la recepcionista aseguró que el médico ya se había retirado, a pesar de que la segunda llamada tuvo lugar un minuto después de que se cortara la primera.
El traslado del líder pandillero ocurrió un mes después de que este periódico revelara –a través de documentos oficiales de Centros Penales– que el Gobierno sostiene una negociación con la Mara Salvatrucha-13 desde el mes de junio de 2019, cuando el actual presidente asumió. También se comprobó que para llevar a cabo ese proceso algunos funcionarios públicos permitieron el ingreso de líderes pandilleros en libertad a las dos cárceles de máxima seguridad en el país: los penales de Zacatecoluca y de Izalco Fase III.
En los documentos oficiales que El Faro obtuvo se demuestra también que la MS-13 había establecido un reparto de funciones entre sus líderes: mientras que los cabecillas recluidos en Zacatecoluca tendrían el monopolio de las negociaciones con el Gobierno, los de Izalco Fase III tendrían la responsabilidad de conducir el día a día de la organización con el objetivo de que los miles de miembros en libertad conocieran los lineamientos establecidos por los líderes. Para ello, los “ranfleros” de Izalco Fase III necesitaban tener a la mano canales de comunicación que fueron facilitados por el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, y algunos otros funcionarios que trabajaban para esa dependencia del Ministerio de Gobernación.
Diagnósticos desde la dirección de penales
En los cientos de documentos analizados y publicados por este medio en septiembre de 2020 se dejaba registro de visitas de funcionarios con encapuchados para hablar con líderes de la pandilla en los dos penales de máxima seguridad: Izalco Fase III, en el departamento de Sonsonate; y Zacatecoluca, en el departamento de La Paz. Al menos uno de esos encapuchados es un líder de la pandilla que sigue en libertad (Michael Estiban Hernández Estrada, White de Iberias), otro es aún funcionario público de este Gobierno (Carlos Marroquín, director de Tejido Social) y uno más es candidato a diputado por San Salvador del partido Nuevas Ideas (Dennis Fernando Salinas Bermúdez).
La información emitida por la Dirección General de Centros Penales dejaba registro de que en esas conversaciones se discutía, entre otros temas, la reducción de homicidios y el apoyo pandillero al partido del presidente en las elecciones de febrero de 2021.
Entre los documentos había cientos de páginas del libro de novedades, el registro que por ley los custodios deben llevar de todo movimiento, ordinario o extraordinario, que ocurra en el centro penal: entradas y salidas de personas, así como la razón de su visita, horas, fechas y destinos si se trata de reos que salen de la cárcel a alguna diligencia judicial u hospitalización.
Entre aquellas hojas, escritas de puño y letra de los custodios, este medio pudo documentar el registro de cuatro salidas de reos de los penales de máxima seguridad hacia hospitales del país. Cinco reos salieron de las cárceles en esos eventos. En tres de ellos, la orden de traslado fue dada por el propio director de Centros Penales, Osiris Luna Meza, según escribieron los custodios en el libro de novedades. Los cinco presos que salieron pertenecen a la ranfla nacional de la pandilla, el máximo organismo de decisión a nivel nacional de esa estructura criminal. Dos de esos internos fueron Borromeo Enrique Henríquez, alias “Diablo”, y Tiberio Valladares, alias “Snyder”, líderes históricos de la ranfla y negociadores con el exgobierno del FMLN desde el año 2012, cuando se dio la primera tregua entre gobierno y pandillas.
Por reglamentos de Centros Penales, el criterio necesario para autorizar la salida de emergencia de un preso por razones de salud es el del jefe médico de cada cárcel, no del director del penal ni del director general de la institución. El médico debe evaluar si es posible atender al interno en el centro donde cumple su pena y solo en caso de que no lo sea puede recomendar trasladarlo al hospital más cercano.
En el libro de novedades del 1 de noviembre de 2019 hay registro de un traslado de Diablo entre hospitales. El escrito a mano de los custodios deja claro que para ese día, el marero ya estaba en el hospital de Santa Teresa, Zacatecoluca. En el margen derecho de la página, se lee: “Trasladan a pdl (privado de libertad) a consulta médica al H. N. Zaldaña del H.N.S.T. de Zacate (sic)”. La anotación hace referencia a que un motorista de Centros Penales, junto a un agente del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía, dos agentes más y un soldado, salieron a las 4:40 de la tarde desde el penal de Zacatecoluca hacia el Hospital Nacional Santa Teresa, para recoger “al pdl Borromeo Enrique Henríquez Solórzano” y trasladarlo al Hospital de Neumología y Medicina General Dr. José Antonio Saldaña, en los Planes de Renderos, San Salvador. Al final, sin especificar si con ellos iba Diablo, el custodio anotó: “regresan a las 10:05 hrs al Hospital Nacional de Zacatecoluca y al centro penal a las 10:35”. En el libro de novedades no quedó registro de quién autorizó estos movimientos.
Ese fue el único registro donde no se consignó quién dio la orden. En adelante, el nombre de Osiris Luna, el mismo funcionario que acompañó a las comitivas de encapuchados, aparecería en todas las páginas del libro de novedades que consignaron estas salidas.
En el libro de novedades de Zacatecoluca del 10 de enero de 2020, quedó escrito de puño y letra de un custodio que a las 16:40 horas salieron en un carro institucional placas N526L un motorista, dos agentes policiales y una enfermera que trasladaban a Tiberio Valladares (Snyder) al hospital Santa Teresa de Zacatecoluca. El custodio escribió quiénes autorizaron el traslado: “Por orden del director gral. de Centros Penales Osiris Luna y director del centro penal Insp. Juan José Ramírez”. El libro de novedades de ese día complementa diciendo que Snyder quedó ingresado “con el diagnóstico de ácido péptico e hipertensión arterial”.
En dos páginas más del libro de novedades de Zacatecoluca se consigna que el 27 de enero de 2020 a las 17:10, en el carro gubernamental N7877, “con destino al H.N.S.T de Zacatecoluca salen los pdl Mario Roberto Vidaurro Herrera, alias “Skyny de Stoner” y César Antonio López Larios, alias “Greñas de Stoner”, a consulta médica de emergencia”. Iban vigilados por tres agentes policiales y otro carro nacional de placas N7878 que transportaba a tres soldados. La anotación de puño y letra del custodio termina dejando registro de que a las 18:40 se supo que los presos quedaron “ingresados en hospital”. En el margen izquierdo del cuaderno de novedades se lee quién autorizó aquel movimiento de reos: “salen dos comisiones de emergencia al H.N.S.T. de Zacatecoluca por órdenes superiores director general y director de este c.p (centro penal)”.
Greñas de Stoner ha sido perfilado por la Fiscalía como miembro de la ranfla nacional de la MS-13; y Skyny de Stoner, como miembro de la cúpula del penal de Izalco Fase III.
En una página más, esta vez escrita a computadora y membretada por la Dirección General de Centros Penales y el Centro de Información Penitenciaria y fechada el 8 de agosto de 2020, se deja constancia de la salida de un reo del penal de Izalco. “A las 13:40 horas, salió a consulta médica hacia el Hospital Nacional Zacamil (San Salvador) el PDL Román Ernesto Reyes Aguilar”. En el mismo documento se consigna quiénes autorizaron esa salida: “Con la autorización del inspector Saúl Roberto Delgado Ortiz y del Director General Lic. Osiris Luna Mesa (sic)”. El párrafo no registra la hora de retorno del marero, que fue perfilado por la Policía en 2019 como miembro de la ranfla nacional y como responsable de ordenar asesinatos de policías.
Todos los pandilleros cuyas salidas a hospitales fueron ordenadas directamente por el director Osiris Luna forman parte de la élite de la Mara Salvatrucha-13. Chino Milo, cuya salida fue ordenada por el asistente de Luna, no es la excepción.
“No he autorizado esa salida”
Ana Ruth González Navarro, titular del Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria de San Salvador, encargada de dar seguimiento a las condenas del pandillero Colocho Hernández, dijo que ella no ha autorizado ninguna salida del penal. “No he autorizado ninguna salida de la prisión porque nadie me lo ha pedido. En el juzgado no consta ni existe registro de ninguna salida o certificación médica de que el privado de libertad necesita de un proceso de salud”, dijo González Navarro.
Según la juez, el artículo 92 de la Ley Penitenciaria establece que las salidas de un penal para consulta médicas pueden ser autorizadas por los juzgados de vigilancia penitenciaria, por los consejos criminológicos y por los directores de cada centro penal, con el diagnóstico correspondiente del médico de la cárcel. “Deberían de haberme informado porque este juzgado es el responsable de darle seguimiento, pero no he recibido ninguna comunicación oficial”. La juez explicó que algunos directores de penales informan sobre cada salida de un reo, pero que la actual administración de Centros Penales, a cargo de Luna, se ha caracterizado por no informar sobre traslados o salidas de los privados de libertad.
¿Quién es Chino Milo?
Según información recopilada por las unidades especializadas de la Fiscalía, coordinadas personalmente por el fiscal general de la República, en el país existen 48 programas de la MS-13 y entre estos programas destacan distintos liderazgos dentro y fuera de la prisión.
En su mapa criminal, la Fiscalía ha ubicado a Danilo Antonio Colocho Hernández, que salió a consulta médica sin estar enfermo, como un operador del núcleo tomador de decisiones de la pandilla.
Melara aseguró a El Faro que el perfil criminal de Colocho Hernández no es el de un simple peón. Más bien es considerado una especie de mano derecha de Borromeo Henríquez Henríquez, “el Diablo de Hollywood”, el líder más visible de la pandilla, y uno de los ranfleros que fue visitado en diferentes ocasiones por encapuchados durante esta administración. 'No solo tiene un amplio y diverso historial delictivo, también aparece en la élite de la pandilla más cruenta y mejor organizada del país. Es el brazo derecho y operador del líder', explicó el fiscal general.
En noviembre de 2020, El Faro consultó con un investigador de la Policía sobre el perfil de Colocho Hernández. El investigador, en presencia de un reportero de este periódico, tomó su teléfono y escribió por medio de una aplicación de mensajería a uno de sus informantes. Su fuente es un líder de la MS-13 que opera en uno de los departamentos del occidente del país, y respondió de forma escueta al policía: “Es fiel del Diablo”. El periodista de El Faro pudo ver en el momento el mensaje de respuesta.
Chino Milo tiene un prontuario criminal extenso: fue ladrón de vehículos a mano armada, sicario y estafador.
En 2009 fue condenado por el juzgado sexto de sentencia de San Salvador a 176 años de prisión por habérsele demostrado que atracó a 17 personas a punta de pistola para robarles su vehículo, que mató a una persona y que era parte de una estructura criminal. En 2013 se le agregaron otros 8 años: aunque estaba recluido en la cárcel de Mariona se las arregló para estafar al dueño de una retroexcavadora y comprársela, en contubernio con otros dos pandilleros, con un cheque falso.
Desde que El Faro publicó el reportaje de las negociaciones entre la MS-13 y el Gobierno, el presidente y muchos de sus funcionarios negaron la historia y acusaron al periódico de inventarla, a pesar de que fueron publicados varios documentos oficiales. La Fiscalía abrió una investigación que sigue en curso e incluso algunos legisladores republicanos estadounidenses enviaron una carta a Bukele mostrando su preocupación por los indicios revelados. Bukele reaccionó restando importancia a la misiva enviada desde Washington.
El Faro se comunicó este 12 de enero con César Salinas, asistente del director Osiris Luna, que transmitió la orden de sacar a Chino Milo al hospital, llamándole al mismo número que aparece en el oficio del doctor Herrera. Se le explicaron los hallazgos hechos por El Faro y se le leyó el oficio escrito por el médico. Cuando se le preguntó por qué razones se ordenó el traslado del pandillero, Salinas colgó y no volvió a contestar su teléfono. También se le llamó al propio director Luna, que contestó su teléfono: '¿Hola?'; el reportero de El Faro alcanzó a saludar: 'Hola, director Luna'. En ese momento el funcionario colgó la llamada y tampoco volvió a contestar su teléfono. Se llamó además al jefe de comunicaciones de la Dirección General de Centros Penales, Alejo Carbajal, se le comentó sobre este reportaje y pidió que se le enviara un mensaje de audio comentando los detalles de la investigación para compartirlo con las autoridades penitenciarias en busca de una reacción oficial. El Faro le advirtió que la publicación de esta pieza era inminente y él aseguró que si conseguía alguna declaración llamaría para ofrecerla. Al cierre de este artículo no había llamado.