El Salvador / Política

Bukele explora financiar El Salvador con criptomonedas y sin el Fondo Monetario Internacional

Tras el anuncio de “Bitcoin city” hay un plan del gobierno salvadoreño de buscar una alternativa al sistema monetario tradicional para conseguir financiamiento para el país. Esa alternativa pasa por criptomonedas y una red de empresas domiciliadas fuera de Estados Unidos, en países como Islas Vírgenes Británicas, Hong Kong, Kazajistán y Gibraltar.


Jueves, 25 de noviembre de 2021
Nelson Rauda y Jimmy Alvarado

El video del presidente Nayib Bukele emergiendo de una nave espacial en un resort de playa que ha dado la vuelta al mundo fue una presentación de ventas. El performance de Bukele frente a inversionistas extranjeros del 20 de noviembre tuvo un show de luces, una pantalla gigante con su avatar animado, fuegos artificiales, una máquina de humo al ritmo de “You shook me all night long” de la banda de rock australiana AC DC y un ovni. El espectáculo ha generado titulares en el mundo por su anuncio de Bitcoin City, una especie de zona económica especial, con exenciones fiscales para inversionistas, ubicada en La Unión. En su programa nocturno, el popular comediante estadounidense Stephen Colbert se burló de la idea . Pero detrás del humo y de las luces, el anuncio más relevante, en términos económicos y políticos para El Salvador, es la emisión de un bono de mil millones de dólares en bitcoin.

La estrategia es un experimento del Gobierno para monetizar la popularidad que tiene El Salvador entre la comunidad de inversionistas de bitcoin. “Vamos a empezar con una emisión pequeña para probar las aguas”, dijo Bukele en su presentación. Acto seguido le dio la palabra a Samsom Mow, director de estrategia de Blockstream, una de un puñado de empresas involucradas en la emisión del bono. Mow estuvo el 18 de noviembre en la central geotérmica de Berlín, Usulután, y se ha mostrado con otros influyentes personajes del Gobierno, incluido Yusef Bukele, hermano del presidente. Los hermanos Bukele han estado a la base de las negociaciones con empresas extranjeras desde antes del anuncio de la Ley Bitcoin, en junio.

El presidente Nayib Bukele durante el anuncio de Bitcoin City en el cierre de la semana de Labitconf el 20 de noviembre del 2021 en Mizata, La Libertad. Foto: Casa Presidencial.
El presidente Nayib Bukele durante el anuncio de Bitcoin City en el cierre de la semana de Labitconf el 20 de noviembre del 2021 en Mizata, La Libertad. Foto: Casa Presidencial.

El paquete de endeudamiento, que equivale a 1,000 millones de dólares, es similar al monto que el gobierno negociaba con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Bukele está buscando financiamiento lejos de los organismos multilaterales y a través de criptomonedas. Parte de ese plan consta en una lámina de una presentación que Bukele compartió a “bitcoineros” el 20 de noviembre. En ella pueden leerse algunas condiciones de este préstamo.

Es una deuda suscrita para un plazo de 10 años, con una tasa de interés del 6.5%. Las condiciones de ese préstamo comprometen al Gobierno a presupuestar cada año 65 millones de dólares en concepto de pago de intereses, es decir, 650 millones de dólares, más el pago de capital cuando concluya la década, 1,000 millones de dólares. En total, el gobierno tendría que pagar 1,650 millones de dólares a los inversores en criptomonedas que le presten al gobierno de El Salvador.

Para concretar la idea de los “bonos-bitcoin” el gobierno buscó a la empresa canadiense Blockstream, que se sumó poco después de la aprobación de la Ley Bitcoin -a inicios de junio de 2021- a la planificación de cómo se podía llevar a la práctica la idea de emitir “bonos-bitcoin”. Mow explicó en un comunicado el propósito de esta iniciativa: “potenciar y acelerar la hiperbitcoinización (la adopción masiva de bitcoin como moneda) y construir un sistema financiero basado en bitcoin”.

El 22 de noviembre, Bloomberg le preguntó a Mow por qué algún inversor aceptaría comprar los “bonos -bitcoin” de El Salvador para 10 años con una tasa del 6.5 %, tomando en cuenta que si El Salvador sale a los mercados internacionales a buscar financiamiento por la vía tradicional tendría que pagar el 13 % de tasa de interés. “Este bono tiene un componente Bitcoin. Tras cinco años hay un cupón que genera un dividendo, cuando los $500 millones en Bitcoin son vendidos. El gobierno va a compartir esos dividendos con los inversores que compraron estos bonos”, dijo Mow. Esta característica es especialmente atractiva para alguien que cree que el bitcoin continuará aumentando su valor. 

Esta iniciativa busca inyectar liquidez a economía salvadoreña y en la lámina mencionan los tres tipos de monedas que estarían en circulación: el dólar, Tether (otra criptomoneda) y Bitcoin. 500 millones de dólares de ese préstamos van a ser orientados a la compra de criptomonedas y los otros 500 millones restantes son para construir infraestructura de energía y de minería de bitcoin.

El 19 de noviembre, la empresa Bitfinex Securities llegó a un acuerdo con el Gobierno de El Salvador para emitir las criptomonedas y también acordó asumir algunas responsabilidades que en teoría deberían estar a cargo de una instancia pública como el Banco Central de Reserva (BCR): “la creación de activos digitales y el marco para regular, emitir y operar instrumentos financieros digitalizados en El Salvador”, dice el comunicado de la empresa.

Una deuda en criptomonedas

Los bonos tradicionales colocados en el mercado financiero funcionan porque los inversores emiten un voto de confianza de que la entidad emisora del bono les devolverá su inversión y una ganancia. Para calcular ese potencial retorno de inversión, quienes compran los bonos, por ejemplo inversionistas de Wall Street, se apoyan en los análisis que realizan empresas y entidades calificadoras de riesgo, como Moody’s o Fitch Ratings.

En ese apartado, El Salvador lo tiene complicado. Tras el anuncio del bono en bitcoin, los bonos salvadoreños experimentaron una nueva caída y están en un desempeño históricamente bajo , confirmando una tendencia que lleva meses. Dicho de otra forma, hay muy pocas personas en el mercado tradicional que confíen en que el país podrá devolverles su inversión con ganancias. El riesgo del país se calcula por el estado de las finanzas pero también por las condiciones políticas. Hechos como la destitución del fiscal y los magistrados o los anuncios de cambios a la Constitución aumentaron el riesgo país y eso tiene una consecuencia concreta: sube los intereses. A mayor riesgo del país, mayor la tasa de intereses que el país paga para obtener préstamos en el mercado internacional.

“La deuda pública salvadoreña es insostenible, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no está cerca de lograrse, los Certificados de Tesoro (Cetes) y Letras de Tesoro (Letes) están en niveles altísimos, el perfil de riesgo es tan grande que no emiten bonos ‘tradicionales’”, resumió Ricardo Castaneda, economista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi). Los Cetes y Letes son deuda que el país debe pagar en corto plazo (entre tres meses y un año) y son comparables a una tarjeta de crédito. Todo esto significa que el país tiene opciones muy limitadas para financiarse y necesidades apremiantes. “El bono volcán parece una medida desesperada para obtener dinero”, dijo Castaneda.

Ahí entra la alternativa de un bono en bitcoin. “En lugar de emitir bonos en papel, el gobierno va a emitir bonos tokenizados”, dijo Óscar Salguero, un ingeniero en software con 20 años de experiencia y que ha trabajado como consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo y otras empresas de finanzas y tecnología. Un bono tokenizado se inscribe en un libro de contabilidad digital que registra transacciones, conocido como blockchain, y se rige a través de reglas establecidas por dos partes, determinadas a través de código, conocido en el mundo digital como smart contract o contrato inteligente. “Esto le permite acceso a mercados mundiales a personas que no pueden calcular el riesgo como lo harían los que compran los bonos del mercado tradicional”, dijo Salguero. El bono, dice Salguero, es “un instrumento financiero con un fin específico: financiar Bitcoin City (pero también) darle liquidez al gobierno salvadoreño”.

La idea de que los bonos en bitcoin pueden reemplazar a los del FMI ya circula en conversaciones de la comunidad bitcoiner. '¿Quién necesita al FMI si tiene bitcoin?' titula una columna de opinión en el medio especializado Coinbase. Josh Giersch, director de gestión de productos en Visa, opinó en Twitter que Bukele 'está usando bitcoin como un vehículo de afinidad para obtener fondos baratos que no puede obtener a través de los mercados de capital regulares, porque los prestamistas de mercados emergentes existentes ven sus intenciones'. 

Los bitcoiners deciden las políticas públicas

Las cercanías de algunas figuras del ecosistema bitcoin con el gobierno prueban el alto nivel de influencia que pueden llegar a tener en las decisiones, aún si no está clara la naturaleza de su relación con el Gobierno de El Salvador.

La Ministra de Economía, María Luisa Hayem, y la Ministra de Turismo, Morena Valdez, posan con una camisa con la leyenda,
La Ministra de Economía, María Luisa Hayem, y la Ministra de Turismo, Morena Valdez, posan con una camisa con la leyenda, ''Jesús ama el Bitcoin'', junto Kurt Kumar de Rocket Fuel durante la convención Adopting Bitcoin A Lightning Summit El Salvador 2021. Foto de El Faro: Carlos Barrera

En julio, Mow, el jefe de estrategia de Blockstream, dijo al medio Bloomberg que se reunieron con funcionarios salvadoreños para presentarle el plan de la emisión de bonos . Mow dijo que los funcionarios “expresaron interés” pero no habían tomado una decisión final. Mow reveló que contactaron a los funcionarios a través de Jack Mallers, el joven empresario que anunció la Ley Bitcoin en Miami, durante una conferencia el pasado 5 de junio.

Sin embargo, hay otro antecedente. En junio, cuatro días después de la aprobación de la Ley Bitcoin, un hombre sugirió al Gobierno de El Salvador que emitiera bonos en bitcoin. Se trata de Max Keiser, un excorredor de bolsa neoyorquino que conduce un programa en la cadena de televisión estatal de Rusia, RT, y un podcast, “Orange Pill”. Keiser tiene más de 400 000 seguidores en su cuenta de Twitter, unos 250 000 en su canal de Youtube en español y es, probablemente, la mayor celebridad del mundo bitcoin que estuvo en El Salvador para la semana de conferencias denominada Bitcoin Week.

Keiser transmitió un episodio de su show en vivo en El Zonte , la noche del 17 de noviembre. Abrió su intervención gritando “tenemos nuestro propio estado nación” y en un momento se puso una peluca blanca para imitar a Christine Lagarde, la exdirectora del FMI.

“He aconsejado a El Salvador la creación de “bonos volcán” respaldado por las ganancias de minería bitcoin a futuro para recapitalizar su balance general y retirar los préstamos del FMI”, dijo Keiser, citado en el medio Coingape . Keiser pertenece a un grupo de activistas de bitcoin radical conocido como “maximalistas”, aquellos que defienden el bitcoin en detrimento de cualquier otra cripto y de todas las monedas del mundo. Entre sus predicciones, Keiser asegura que el bitcoin se volverá la moneda de reserva del mundo, que desmantelará los bancos centrales y al FMI, y que los precios de inmuebles en El Salvador se triplicarán en la próxima década como consecuencia directa de la adopción del bitcoin como moneda legal. Keiser también urgió a inversionistas para que aportarán mil millones de dólares en los bonos volcán, exactamente la cantidad que El Salvador ahora ha puesto a la venta.

Keiser estuvo en la fiesta donde Bukele presentó el bono y se atribuyó el crédito de la idea. Stacy Hebert, la otra conductora del show de Keiser, publicó varias fotos con la ministra de Turismo salvadoreña, Morena Valdez. Hebert también publicó fotos con Samson Mow, de Blockstream. Mow fue entrevistado por la televisión estatal salvadoreña tras el anuncio.

Los operadores del bono bitcoin no pueden comerciar en Nueva York

La construcción de este nuevo sistema financiero en El Salvador basado en Bitcoin pasa por generar transacciones en jurisdicciones lejos de los controles de Estados Unidos. La empresa Bitfinex Securities que va a emitir los “bonos-bitcoin” está domiciliada en Mangilik Yel, en Kazajistán, un territorio en Asia Central que tiene frontera con Rusia y China, y opera en una zona económica especial que tiene su propio sistema judicial. Desde inicios de 2021, la empresa tiene prohibido operar en Nueva York tras una investigación y un acuerdo con la Fiscalía de esa ciudad .

En agosto de 2016, Bitfinex estuvo involucrado en un escándalo en Hong Kong, cuando a través de un hackeo a la plataforma los usuarios perdieron el equivalente a $72 millones. Bitfinex es una empresa que pertenece a otra empresa llamada Ifinex Inc, que está domiciliada en Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal, y enfrenta una investigación de la Fiscalía de Nueva York por presentar información financiera inexacta sobre el respaldo en dólares de los “tokens”—o criptomonedas— que emiten para hacer transacciones.

Ifinex Inc es también dueña de la empresa Tether Limited, domiciliada en Hong Kong, que emite una criptomoneda con el mismo nombre y es una empresa hermana de Bitfinex Securities. “Bitfinex y Tether engañaron a los clientes y al mercado al exagerar las reservas, ocultando aproximadamente $ 850 millones en pérdidas en todo el mundo”, dice el comunicado del 23 de febrero de 2021 de la Fiscalía de Nueva York. La Commodity Futures Trading Commission también investigó a Tether y a Bitfinex y ordenó el pago de una multa total de $42.5 millones porque mintieron al decir que los tokens que emiten están 100% respaldados por reservas en dólares.

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