'¿Le armamos el paquete? ¿Cuál quiere? ¿El de Izalco o el de Mariona?', repite una y otra vez Lidia Cruz, una vendedora de ropa de un puesto en la Tercera Avenida Norte y Calle Arce, en los alrededores del mercado Hula Hula, en el Centro de San Salvador. Un paquete está conformado por una camiseta blanca, calzoneta o pants, unas imitaciones de sandalias Crocs y un juego de ropa interior. El paquete es, pues, el uniforme de los presos. El paquete de Izalco y de Mariona (una prisión en el occidente y otra en el centro del país) son distintos, según los vendedores: el de Izalco lleva pants y el de Mariona es con calzoneta. Si bien en el Centro era posible encontrar esta ropa antes, Cruz admite que 'todo aumentó con el Régimen de Excepción, con tanto detenido, pues'. En los mejores días, ella ha vendido hasta 25 paquetes.
En El Salvador, entre el 26 de marzo y el 31 de mayo, según datos de la PNC, se han realizado más de 35,000 detenciones desde que inició el Estado de Excepción decretado por la Asamblea Legislativa tras la ruptura del pacto entre el Gobierno y la Mara Salvatrucha-13, que dejó 87 asesinatos en solo tres días. Durante las primeras semanas de detenciones, los familiares abarrotaban las tiendas de venta de paquetes que se ubican frente a las bartolinas conocidas como El Penalito, donde inicialmente se concentró a los detenidos por el régimen. Ahora, con la mayoría de detenidos ya reubicados, en su mayoría en el penal de Izalco y Mariona, los familiares han tenido que buscar otros lugares para comprar la ropa que puede ingresar a las cárceles del país. Solo en lo que va del Régimen de Excepción, vigente hasta finales de junio, la población carcelaria prácticamente se ha duplicado.
Para Lidia ha sido una oportunidad este periodo de represión que elimina derechos civiles y otorga a policías y militares la posibilidad de detener y encarcelar por al menos 15 días a quien les parezca sospechoso: '¿Qué le vamos a hacer? Si por el mal de otros nosotros vendemos, ni modo, lo único que uno puede hace es tratar al cliente con amor y hacerle precio, tener un poco de empatía'. En la cuadra, otros vendedores de paquetes también han tenido la misma suerte que Lidia, pero se quejan del aumento de precio por parte de los proveedores. Aseguran que antes compraban cada paquete a $10, y ahora está a $12.50. Ese no ha sido impedimento para vender. Lidia lo compara con la Navidad: 'Ahorita mismo hay clientes que nos gastan hasta $35 exclusivamente en ropa que va para un penal. Esto solo en la época de Navidad lo vemos aquí. Así que se nos adelantó la Navidad'.
Diferentes organizaciones nacionales e internacionales han reportado la violación sistemática de derechos humanos de la población durante el régimen. Oficialmente se ha reportado que 12 capturados en este período de particular represión han muerto en centros penales. Algunas familias duermen afuera de las cárceles a la espera de noticias de sus capturados y sin posibilidades económicas de desplazarse de vuelta a sus lugares de vivienda e incluso sin dinero para comer durante su espera.