El FMLN está en su peor crisis económica. Así lo dejó en evidencia este jueves el secretario general del partido, Óscar Ortiz, al aceptar a El Faro que valoraría la posibilidad de retirarse de la contienda electoral en caso de no conseguir financiamiento para lo que queda de la campaña para las elecciones de 2024. Frente al edificio del Tribunal Supremo Electoral (TSE), y luego de inscribir las candidaturas al Parlamento Centroamericano, este 16 de noviembre dijo que no han logrado que el Ministerio de Hacienda les entregue parte de la deuda política que acumulan por las elecciones presidenciales de 2019 y las legislativas y municipales de 2021. “Si eso no sucede (la entrega de la deuda política), incluso estaríamos considerando retirarnos de las elecciones”, expresó a este periódico en los pocos minutos de entrevista que concedió.
Ortiz reconoció sin matices la triste situación financiera actual de su partido: “El FMLN tiene un montón de deudas pendientes de la campaña pasada”. Eso, dice, se suma a que “(desde el Gobierno) han amenazado a medio mundo con que si financia a un partido les van a echar a Hacienda”. “¿Que cuánto hemos invertido en la campaña? Yo creo que no llevamos ni cinco mil pesos invertidos. ¿Y cómo, pues?”, preguntó.
Según Ortiz, no es solo la deuda política lo que justifica que esté valorando la opción de que su partido se retire de la contienda electoral, sino también que el Estado privilegie al partido del presidente Nayib Bukele, Nuevas Ideas, al utilizar “todo el aparataje para movilizar dinero ilegal para la campaña”. “Yo ya les dije: ‘O ustedes dan el financiamiento a los partidos o quítenlo’. Pero ahorita les están dando el financiamiento a ellos (Nuevas Ideas). Hemos visto cosas que son realmente chocantes, como lo de las muchachas de Miss Universo. Entonces, tenés que valorar en un momento dado…”, expresó Ortiz frente a la desventaja de tener dentro de la contienda al presidente que “hace uso de la ilegalidad para tratar de ganar una elección”.
Bajo una enredada lectura constitucional, la Sala de lo Constitucional impuesta por el bukelismo de forma irregular en marzo de 2021, permitió a Bukele competir por la reelección, a pesar de que seis artículos de la Carta Magna lo prohíben de forma explícita.
Cuando Ortiz habla sobre la reciente edición de Miss Universo (del que El Salvador es sede) se refiere a lo ocurrido durante una cena de gala en la que varias de las candidatas llevaban puesta una gorra con el mensaje “Bukele 2024” grabado en grande en la parte frontal. Otro caso similar, y que fue denunciado por el partido de izquierda frente al Tribunal Electoral, es la inauguración de la Biblioteca Nacional el pasado 14 de noviembre. Esa noche cerró con un espectáculo de drones que formaron una silueta con el rostro de Bukele sobre el cielo del centro capitalino. La denuncia parte de que el Código Electoral (artículo 184 inciso segundo) y la Constitución (artículo 18) establecen claramente las reglas que prohíben que un funcionario público pueda prevalerse de su cargo para hacer política partidista. Ahora mismo, Bukele es presidente de la República y candidato a presidente de la República.
Pero el evento de Miss Universo o los drones durante la inauguración de la biblioteca son lo menos relevante dentro de la lista de hechos promovidos por Bukele para garantizarse más poder: el 13 de junio, la Asamblea controlada por el partido de Bukele cambió las leyes para modificar el mapa de El Salvador. A menos de un año de las elecciones, el país pasó de tener 262 alcaldías a 44, lo que también provocó que el número de diputaciones se redujera de 84 a 60 diputados. “Qué necesidad había de todo eso”, afirmó el secretario general del Frente. Aplicando los resultados de las elecciones de diputados y alcaldes de 2021, el nuevo mapa nacional beneficiaría en las urnas solo a un partido: el del presidente Bukele.
Ante la insistencia de este medio respecto para obtener más detalles sobre qué implicaría para el FMLN el hecho de no competir en el proceso electoral de 2024, Ortiz matizó su respuesta: “Yo no digo que no vamos a competir. Sólo estoy diciendo que nosotros vamos a ir valorando todas las opciones. Y nosotros vamos a llegar hasta el último momento, haciendo todo lo que nos corresponde…”.
Como FMLN, según dijo, harán una nueva petición a Hacienda para que les sea entregado un adelanto que por ley les corresponde. “Vamos a poner a prueba, a ver qué tal, porque el Tribunal también tiene que manifestarse”, añadió.
De acuerdo con el artículo 55 de la Ley de Partidos Políticos, desde el momento en el que el Tribunal Supremo Electoral convoca a elecciones, cada partido puede pedir un anticipo de la deuda del 70 %. “Pero nosotros incluso no vamos a pedir el 70 %, sino algo menor en el adelanto”, dijo Ortiz. Los montos que tendrían que ser entregados a cada partido dependen de la cantidad de votos obtenidos en la elección anterior. Ortiz aseguró que la deuda que el FMLN acumula es de $3.6 millones. Sólo de 2021 les corresponden $1.6 millones de deuda que aseguran no les fueron entregados. El exministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, aseguró en julio haber cancelado la deuda de 2021 a todos los partidos políticos, a excepción del partido Arena, por un proceso de extinción de dominio en su contra por el caso Taiwán. Lo cierto es que hasta ahora Hacienda tampoco responde oficialmente sobre los montos de la deuda de 2021 que el exministro dijo haber transferido.
Los cálculos del FMLN sobre los montos que les adeudan coinciden con estimaciones que Acción Ciudadana ha hecho sobre la deuda política. En un informe presentado en septiembre, Acción Ciudadana estimó que el total de deuda política rondaría los $34.7 millones. Para sacar este cálculo, Acción Ciudadana tomó en cuenta el número de votos que cada partido recibió en las elecciones de 2019 y 2021 y los multiplicó por el valor que tendría cada voto. De ese total, al FMLN le corresponde el 11 % ($3,728,349.63). En el mismo informe, Acción Ciudadana detalla que sólo el anticipo de deuda política para 2024 suma $24.3 millones.
Para el próximo año, el Ministerio de Hacienda ha presupuestado $9.3 millones para el pago de la deuda, que se añaden a los $500 mil presupuestados este año como anticipo para 2023, un monto que, al menos hasta septiembre, aún seguía sin ser ejecutado, de acuerdo con Transparencia Fiscal. Se consultó al Ministerio de Hacienda sobre cuánto se ha entregado en deuda política a los partidos, pero no hubo respuesta al cierre de esta nota, como suele ocurrir con todas las instituciones públicas del Gobierno de Nayib Bukele. Lo poco que se conoce sobre la transferencia de fondos por deuda política se alberga en un enlace de Transparencia del Ministerio, donde al menos hasta abril de 2021 el Departamento de Tesorería Institucional informaba la inexistencia “de montos transferidos a los partidos políticos” en concepto de deuda política de las elecciones de 2021.
Una crisis anunciada
El FMLN arrastra una debacle electoral desde 2015, cuando obtuvo 847,289 votos en la elección de diputados y alcaldes. Un año antes había conseguido casi millón y medio en las elecciones presidenciales que dejaron como ganador al exlíder guerrillero Salvador Sánchez Cerén. Basta con hacer un repaso de esos números que reflejan esa caída: 521,257 votos en las legislativas y municipales de 2018; 389,000 votos obtenidos en las Presidenciales de 2019 y 180,800 votos, en 2021, con lo que su presencia en la Asamblea Legislativa llegó a los mínimos históricos: de tener 23 diputados pasaron a tener apenas cuatro.
Aún así, el FMLN decidió competir en las presidenciales de 2024, esto pese a que algunos exdirigentes como Eugenio Chicas declararon que, de competir, el FMLN “le está haciendo el juego a Bukele”. Pero el Frente acordó correr en todas las elecciones: presidente, alcaldes y diputados. Antes del 23 de noviembre, el FMLN espera haber inscrito las 44 candidaturas a las alcaldías de El Salvador, dijo Manuel Flores, su candidato presidencial.
La campaña continúa bajo un ambiente de abandono sobre la candidatura de Flores. Rara vez las dirigencias históricas aparecen en los eventos a los que convoca el partido.