El Salvador / Violencia

“Las amenazas a periodistas no son un asunto de tocar madera”

Dos expertos en libertad de prensa y derechos humanos, el guatemalteco Frank La Rue y el venezolano Carlos Ponce, coinciden en que la respuesta del Estado salvadoreño a las amenazas recibidas por periodistas es poco seria y recomiendan medidas urgentes, para que la situación de El Salvador no camine hacia la de países como México u Honduras, donde los asesinatos de periodistas se cuentan por decenas.


Domingo, 3 de septiembre de 2017
Nelson Rauda Zablah

El peor error que puede cometer un país que quiere proteger a sus periodistas es darse por satisfecho con la creación de una ley, que luego entra al cementerio de leyes inútiles. Eso opina Carlos Ponce, director para Latinoamérica y el Caribe de Freedom House, una organización estadounidense dedicada a la defensa de la democracia y los derechos humanos desde 1941. Ponce estuvo en el país para la “Conferencia nacional sobre seguridad de periodistas y la lucha contra impunidad” que convocó la UNESCO, una agencia de Naciones Unidas.

El encuentro sobre seguridad de periodistas del 31 de agosto se produjo en un momento muy oportuno: desde la publicación -el 22 de agosto- de un reportaje que revela actividades de un grupo de exterminio de la Policía Nacional Civil, periodistas de Revista Factum y El Faro han recibido amenazas por su trabajo. Organizaciones como el Comité de Protección para Periodistas y representaciones diplomáticas como la embajada de Estados Unidos en San Salvador han expresado su preocupación por estas amenazas, que ya fueron reportadas también en varios periódicos nacionales, además del periódico El País (España), y BBC (Inglaterra).

La conferencia también coincidió con la promoción de una ley de protección a periodistas impulsada por la Asociación de Periodistas de El Salvador, que es a la que alude Ponce en su intento por explicar que lo más importante, en medio de la oleada de amenazas, es que la Fiscalía y la Policía investiguen de inmediato el origen de las amenazas y emplazar a los responsables. La ley podría venir después.

El guatemalteco Frank La Rue, que fue relator especial de la ONU para la libertad de expresión entre 2008 y 2014 y ahora es subdirector de Comunicación e Información de la UNESCO, presidió el encuentro en el hotel Holiday Inn. 'En el mundo entero está subiendo la violencia contra la prensa. En esta última década ha habido más de 800 asesinatos', dijo La Rue.

No obstante, el Estado salvadoreño parece no estar consciente de estos riesgos, a juzgar por su reacción ante las amenazas a periodistas e incluso homicidios de periodistas en El Salvador, como el de la presentadora Roxana Cortez, uno de los 339 homicidios que se cometieron en agosto. El vicepresidente Óscar Ortiz reaccionó deseándole suerte a los periodistas: 'Hay que tocar madera para que no pase algo con un periodista', dijo Ortiz, en una entrevista en el programa de radio 'Pencho y Aida', el 28 de agosto.

El viceministro de Seguridad, Raúl López, fue el funcionario de mayor rango que asistió al evento e intentó matizar lo dicho por Ortiz. 'Yo creo que hay que hacer una interpretación extensiva y favorable (de ese comentario)', dijo López. 'Es una posición oficial: desde el presidente y el vicepresidente estamos 100 % convencidos de que es importante proteger la integridad de los periodistas', agregó. Irónicamente, López fue captado en video, dos días antes de la conferencia, invitando a una periodista a la que llamó 'vida linda' a tomar un café para responderle entonces las preguntas que ella le hacía

Frank LA Rue (sub-director de Comunicación e Información UNESCO) y Raúl López (Vice Ministro de Justicia y Seguridad) durante una conferencia de prensa sobre seguridad de periodistas y lucha contra la impunidad el 31 de agosto de 2017. 
Frank LA Rue (sub-director de Comunicación e Información UNESCO) y Raúl López (Vice Ministro de Justicia y Seguridad) durante una conferencia de prensa sobre seguridad de periodistas y lucha contra la impunidad el 31 de agosto de 2017. 

El Faro habló con Ponce y La Rue a propósito del contexto salvadoreño. La Rue se excusó de contestar algunas preguntas específicas por considera que no tenía suficiente información sobre el país.

La Asociación de Periodistas de El Salvador promueve una legislación específica para proteger a los periodistas. ¿Su postura es que no se necesita una ley para proteger periodistas?
La Rue: lo que estamos proponiendo es un plan que cumple cinco años. Tenemos un documento sobre recomendaciones, pero básicamente vemos que la seguridad de los periodistas implica temas como políticas de prevención; un marco legal apropiado para proteger a las fuentes y la privacidad de los periodistas; un mecanismo de protección en momentos de urgencia que todos los países en el mundo tengan; y el combate a la impunidad. El tema más grave en la seguridad de periodistas es cada acto de violencia que queda sin investigar. La evaluación que hemos hecho alrededor del mundo es que el 98 % de los actos de violencia, especialmente los asesinados, ha quedado impune. Cada hecho que queda impune implica que se vuelva a repetir.

Ponce: No es que no se necesite una ley, es que no es necesariamente el primer paso. Una ley es lo más fácil para un gobierno decir que está cumpliendo. A ustedes, por ejemplo los periodistas de El Faro que empiezan a ser perseguidos por grupos de exterminio, una ley no les va a resolver el problema de la persecución del grupo de exterminio porque ustedes hicieron bien su trabajo de periodismo de investigación. El problema es que es más fácil para el gobierno decir: 'tenemos una ley' y cuando ya tienes una ley, ya yo estoy defendiendo a los periodistas. Tiene que hacerse un análisis integrado y tiene que haber voluntad política. Si no existe voluntad política, no se puede lograr nada. Si no tienes un Ministerio Público que por la denuncia inicial investiga y ve de dónde salió la amenaza, no se puede lograr nada. Tiene que empezar investigando a los que amenazan, no a los que matan. Ya después que te mataron, es muy tarde. Si eso no se logra, tú no tienes ningún mecanismo efectivo, porque las leyes las tienes en Colombia, en México, en Honduras... Nada mejor para defender a una persona amenazada que un fiscal llegue donde el perpetrador de la amenaza y le diga: 'si le pasa algo a esta persona, tú vas a ser el primero que voy a responsabilizar'. Yo creo que es más importante llegar a un consenso de cómo hacer unos sistemas que ofrezcan seguridad, protección e investigación a periodistas de investigación y defensores, a los que realmente están en riesgo. Y aquí en El Salvador a nosotros nos preocupa mucho la situación.

¿Cuán en serio deben tomarse estas expresiones de violencia contra periodistas? Hay mucha gente que dice 'estas no son amenazas, son advertencias', o solo son cosas que se dicen en redes sociales. Hay gente que piensa que estamos haciendo demasiada alharaca sobre esto.
Ponce: alharaca ya no puedes hacer cuando estás dos o tres metros bajo tierra. Cada amenaza tiene que tomarse igualmente en serio. Es una irresponsabilidad que cuando a alguien lo amenazan, no se investigue la amenaza. Lo serio es investigar la amenaza para prevenir que a la persona después la maten. Después dicen 'ay, lo mataron, y no sabemos por qué lo mataron'. Después llegan y te dicen 'bueno, lo mataron porque es que andaba en una fiesta o por otra cosa'. No. Lo mataron porque estaba ejerciendo su función. Y hay que investigar. Entonces, no hay amenaza risible, no hay amenaza ligera. Todas las amenazas tienen que ser investigadas seriamente y esto es un problema serio. Cuando es un país donde la vida tiende a valer poco, y a ti te amenazan para que dejes de ejercer tu función de investigar, porque esto es una amenaza para que te impongas una autocensura, para que El Faro se imponga una autocensura, eso tiene que tomarse seriamente.

La Rue: Siempre deben tomarse en serio. Nunca debe uno minimizar una amenaza porque normalmente tienden a llevar a realidades específicas, unas tardan más, otras tardan menos pero efectivamente, para mí la vida hay que protegerla, y especialmente de quienes tienen un trabajo más riesgoso como ser periodistas, comunicadores sociales o defensores de derechos humanos, que debe haber ciertamente una preocupación especial porque además dan un servicio especial a la sociedad y están sujetos a una vulnerabilidad mayor.

Hace unos días al vicepresidente Ortiz le preguntaron qué debe hacerse ante esta oleada de amenazas. Él decía 'hay que tocar madera para que no le pase algo a un periodista'. ¿Usted qué deduce de un gobernante que contesta de esta manera?
Ponce: No, bueno, es que este no es un asunto de tocar madera, es un asunto de política pública que debe llevar a sentarse a establecer una política pública de protección inmediata: ¿cómo hacemos con la amenaza actual para investigar y proteger a los periodistas que están amenazados y a los defensores amenazados? Una estrategia de protección inmediata, de emergencia, ya. Y, después, hacer una discusión, abierta, con sociedad civil, academia: ¿cómo hacemos un sistema de protección, un sistema de seguridad que sea funcional en El Salvador? Y que no cometa los errores de otros países y que sirva para que los periodistas puedan ejercer su trabajo con libertad.

La Rue:Es un comentario poco serio, creo yo. Me parece a mí que el tema de seguridad no es un tema a la suerte. Si toco madera o no, el tema de seguridad siempre se debe de tomar en serio.

En El Salvador no estamos en el contexto de México, de Honduras, y ni siquiera de Guatemala y se dice que hay libertad de prensa porque la ley protege el ejercicio periodístico. Pero son ciertas las condicionantes que imponen, por ejemplo, las pandillas cuando se entra a zonas controladas por ellas, o valorar los riesgos que una publicación puede implicar para la integridad de los periodistas. ¿No son esas ya limitantes a la libertad de prensa?
Ponce: Claro, eso ya es una limitante. Por eso digo que tiene que haber una reaccion inmediata de investigación, de política pública para ver qué es lo que está pasando porque estos grupos están operando de esta forma y muchos de estos son grupos policiales. Entonces, tú tienes que reaccionar. No es que tú vas a esperar a que tengas la situación de Guatemala, o la situación de México donde tienes una cantidad de muertos diarios, o la situación que sigue experimentando en ciertas zonas Colombia, que tú despiertas y encuentras a un amigo muerto. ¿Qué se va a esperar? ¿A que maten también a los periodistas aquí en El Salvador como se vienen matando los demás? Ya hay amenazas, eso hay que investigarlo.

Carlos Ponce, director para Latinoamérica de Freedom House, durante una ponencia en el XXXV Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos, en San José, Costa Rica, el pasado 29 de agosto. Foto: cortesía IIDH.
Carlos Ponce, director para Latinoamérica de Freedom House, durante una ponencia en el XXXV Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos, en San José, Costa Rica, el pasado 29 de agosto. Foto: cortesía IIDH.

¿Estas prácticas de amenazas pueden incidir negativamente sobre el oficio periodístico?
La Rue: De hecho, han incidido. Nosotros creemos que están generando autocensura. Me pareció sintomático el caso de Miroslava Breach, asesinada en México en marzo de este año. En el día internacional de libertad de prensa, el 3 de mayo, invitamos al director del diario El Norte, de Ciudad Juárez, donde ella trabajaba, y, efectivamente, fue interesante que él, voluntariamente decidió cerrar el medio. Un sacrificio de él, de un trabajo que había hecho toda su vida, pero era un acto de conciencia. Dijo: yo no vuelvo a poner en riesgo a mi cuerpo de periodistas, al equipo de trabajo. Y era un acto de protesta de él y su familia. Me pareció importante y sintomático que un dueño y director de un medio se solidarizara de esa forma con sus periodistas y sus reporteros. Él tenía mucho aprecio y respeto por la calidad de Miroslava y esto lo golpeó muy duramente. Este tipo de cosas animan, pero es cierto, la violencia va generando autocensura y limitación. Una de las propuestas nuestras es rescatar el periodismo investigativo, porque, aunque creemos en la nota diaria y en la información, lo más importante es la posibilidad de determinar fenómenos a profundidad en los lugares donde sea posible.

Una de las preguntas más comunes que recibe El Faro cuando publica investigaciones sobre abusos policiales es de qué lado estamos. Cuando el periodismo investiga acciones ilegales de grupos de policías o de soldados, en un contexto en que los policías asesinan a pandilleros que han asesinado a muchas personas, algunas personas cuestionan nuestro trabajo porque consideran bueno que la Policía asesine a asesinos. ¿Qué se le contesta a quienes creen que investigar a la Policía equivale a apoyar a los pandilleros?
La RueEsa es una visión totalmente equivocada. La función de la prensa es dar a conocer la realidad y, a veces, dar a conocer las diferentes posiciones. Un periodista legítimamente puede entrevistar a todas las partes de un conflicto. Decir, miren, la posición de unos y la posición de otros. En el fondo, la tarea es informar con el mayor grado de profesionalismo, con objetividad, al público. Pero informar no es tomar partido de un lado. Las autoridades o la opinión pública no se pueden confundir en eso. Una nota periodística puede ser muy crítica y, sin embargo, no implica que el periodismo esté tomando lado.

Ponce: La función de estos grupos de exterminio dentro de estas sociedades representa, de por sí, una disfuncionalidad en las instituciones, que deberían estar velando por evitar que exista el crimen, los pandilleros, que la gente se judicialice. Que salgan estos grupos de exterminio, de vigilantes, eso es un recuerdo de unas prácticas no olvidadas aquí en El Salvador, donde un día te mato porque tú eres un pandillero, pero al día siguiente, talvez te mato porque te vi con mi pareja, o al día siguiente también decido eliminarte y te escondo como un 'enfrentamiento'. Y todo es un enfrentamiento. ¿Cómo sabes tú que ese enfrentamiento y al que mataron fue porque era pandillero y no fue porque tenía un problema personal con la esposa o porque estaba denunciándolo, o porque estaba siendo un problema comercial? Tú no sabes. Cuando tienes estos grupos que actúan al margen de la ley, no hay una posibilidad de velar porque el estado de derecho funcione. A la gente le gusta apoyar estos grupos de malandros, porque son malandros que andan exterminando gente y porque ven que es una limpieza social. Esa limpieza social es el principio y fin de una democracia, porque ahí el estado de derecho no está funcionando. Estos señores tienen que ir a la cárcel, tienen que ser investigados y no podría haber un apoyo general de la sociedad a esto.

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