Grabaciones de conversaciones telefónicas entre Ernesto Gutiérrez, principal abogado del empresario Enrique Rais y un exjuez revelan cómo se planeó en 2014 una acusación falsa contra Claudia Herrera, esposa de un exabogado de Rais para favorecer en tribunales al empresario. Herrera terminó acusada, fue procesada en libertad y finalmente absuelta por este caso en 2017.
El Faro tuvo acceso a 25 grabaciones telefónicas realizadas por la Fiscalía entre el 22 y el 27 de octubre de 2014 que no tienen reserva judicial y que fueron presentados en el juzgado octavo de instrucción de San Salvador como prueba en uno de cuatro casos contra una estructura de corrupción presuntamente liderada por Rais y el exfiscal general Luis Martínez.
Las grabaciones son el resultado de llamadas interceptadas por el centro de escuchas telefónicas de la Fiscalía como parte de una investigación que el mismo exfiscal Martínez inició por un supuesto plan para atentar contra su vida. Esa investigación, iniciada en 2014, fue ampliada por órdenes de Martínez y llegó hasta el exjuez Romeo Aurora Giammattei, cuyas conversaciones telefónicas con uno de los abogados de Rais pusieron al descubierto una amplia trama de corrupción judicial, según el actual Fiscal General, Douglas Meléndez.
En las llamadas, Giammattei aparece como un juez dispuesto a arreglar resultados de audiencias que pone su juzgado a disposición de los abogados de Rais a cambio, según la Fiscalía, de pago económico. En los audios, Gutiérrez y el exjuez Giammattei hablan de otros involucrados en la trama, a los que citan como “El hombre”, “Hugo”, “Julio”, “El Uno” y “el asistente del hombre”. Según la Fiscalía, esos indicativos representan, respectivamente, a Enrique Rais; su sobrino Hugo Blanco Rais; el exjefe fiscal Julio Arriaza; el exfiscal Luis Martínez y al que era asistente de Martínez en la Fiscalía, Edgar Márquez.
Las grabaciones están agregadas en el expediente público que tramita el juzgado Octavo de Instrucción de San Salvador contra la estructura Rais-Martínez, acusada también, de otros dos delitos de falsificación de peritajes psicológicos para usarlos como prueba en procesos judiciales; y en el caso de Martínez y el exjefe fiscal Julio Arriaza también por no investigar los presuntos delitos cometidos por Aurora Giammattei revelados por las escuchas. El exfiscal Martínez, Arriaza, y el abogado Luis Peña enfrentaron su primera audiencia preliminar el pasado 16 de octubre. Rais, su abogado Gutiérrez, el exjuez Giammattei y el resto de imputados del caso están prófugos desde enero de 2017.
Un juicio a la medida
La historia que cuentan las llamadas es la de un plan para capturar, procesar y dejar detenida a Claudia Herrera, una exejecutiva y esposa de Mario Calderón, exabogado de Rais. Después de que Herrera y Calderón cayeron en desgracia ante Rais y se convirtieron en sus enemigos, la Fiscalía de Luis Martínez abrió contra ellos siete procesos judiciales en solo año y medio. Los esposos Calderón estuvieron detenidos por dos de esos casos pero ahora ambos están en libertad. “Es repugnante el hecho de cómo ellos pueden jugar con la justicia”, dijo Herrera al saber de las escuchas. “Tenerla en sus manos y poder juzgar a personas inocentes sin saber lo que hay realmente de trasfondo, sino que más bien el tema económico es el que mas les interesa a ellos”. Una de las acusaciones fabricadas por Luis Martínez en su contra fue por amenazas. Enrique Rais y su sobrino Hugo Blanco Rais aseguraron que, el 23 de septiembre de 2014, Claudia María Herrera y su personal de seguridad los amenazaron con armas de fuego en el bulevar el Hipódromo, en la Zona Rosa de San Salvador.
Menos de un mes después, el lunes 20 de octubre, el abogado Ernesto Gutiérrez envió un mensaje telefónico al juez: 'Creo que el paquete llegará el viernes'. La Fiscalía interpreta “paquete” como “caso” y la fecha de ese viernes era 24 de octubre de 2014. “Me acaban de dar detalle que mañana es la fiesta”, añadió Gutiérrez. Ese mismo día, 20 de octubre, la Fiscalía giró órdenes de captura contra Claudia Herrera y su guardaespaldas, Germán Hernández Serranos. Herrera fue capturada el día después, el 21 de octubre.
[excavacion tipo='Impunidad']
En una llamada del 22 de octubre a las 6:46 p.m., Gutiérrez informa al juez Giammattei que ya se ha efectuado la captura. El abogado de Rais utiliza la frase “Ya cayó el mango”. Herrera llevaba poco más de 24 horas en manos de la Policía.
Giammattei: ¿Qué ondas?
Gutiérrez: Ya cayó el mango.
Giammattei: ¡Ya cayó el mango! Entonces vergonísimo.
Gutiérrez: Ya cayó el mango. El día viernes llega allí, ¿verdad?
Giammattei: Eco, papa. Perfecto. Para el día lunes.
Gutiérrez: Para el día lunes la cuestión. Eh… sin fallas, verdad.
Giammattei: Sin fallas. No se preocupe. Ahoritita hacemos las comunicaciones.
En el sistema judicial salvadoreño, quizá la decisión más importante para un juez de paz es resolver si envía a un imputado a detención provisional o si lo procesa en libertad con restricciones como no salir del país, no cambiarse de domicilio o firmar en el juzgado cada cierto tiempo. De acuerdo con la Fiscalía, el plan acordado con el abogado de Rais implicaba que al juzgado de Giammattei llegarían dos acusaciones y que debía decretar detención provisional en ambos casos: por amenazas, contra Herrera, y una más por lavado de dinero contra Herrera y su esposo, que el juez ordenó en septiembre de 2015. La ley, sin embargo, no permite que un juez conozca procesos judiciales distintos en los que los acusados sean los mismos, y al hacerse cargo del caso por presunto lavado de dinero el juez Giammattei tuvo que excusarse de conocer el caso por amenazas contra Herrera. En las grabaciones, Giammattei informa a Gutiérrez que el caso por amenazas lo verá un juez suplente: Mauricio Álvarez.
Mauricio Antonio Álvarez Gálvez es un abogado de 45 años que fue juez suplente del Noveno de Paz de San Salvador desde 1998 y se convirtió en juez de Paz de Ciudad Delgado en abril de 2015. “La idea era que se excusara el licenciado Giammattei porque él iba a conocer el caso de lavado de dinero, como efectivamente sucedió”, explicó una de las fiscales del caso el 26 de octubre de 2018. El juez Álvarez debía ser juzgado en libertad condicional por este caso pero no asistió a la audiencia preliminar. Ha sido declarado rebelde y hay una orden de captura en su contra. Un día después de tener confirmación de que Herrera había sido capturada, el juez Giammattei llamó al abogado Gutiérrez para avisarle del cambio de jueces. Según la Fiscalía, Giammattei consiguió una incapacidad médica falsa para ese efecto.
Gutiérrez: ¿Aló?
Giammattei: Aló, mi hermano, ya operó el cambió. Ya está Mauricio a cargo del barco.
Gutiérrez: ¡Suesverga! ¿Ya seguro?
Giammattei: Ah, la gran puta, si ahora hicimos la operación.
En esa misma llamada, cerca de las cinco de la tarde, Giammattei y Gutiérrez hablan de la posibilidad de que haya una “fuga” de información a través de alguno de sus asociados, y el juez le pide al abogado dinero, “unas cuestiones verdes”, para comprar teléfonos desechables. Después, Gutiérrez se da el lujo de pedir la fecha y la hora en que quiere que se realice la audiencia inicial. “Solamente quiero decirle algo: mañana en la tarde le presentan la cuestión (el requerimiento). Va a ser tipo tres, necesito que dejemos la cuestión para el lunes a las dos de la tarde”, dijo Gutiérrez al juez. “Así nos da tiempo el lunes en la mañana de preparar el documento. Van a ir tres querellantes”, le explicó.
Al finalizar la llamada, el acuerdo quedó aún más explícito. El abogado y el juez discutieron incluso la excusa legal para dejar detenida a Herrera:
Gutiérrez: Quiero que dejen esa onda lo más tarde que pueda el lunes, verifique eso. Y también que el resultado que quede...
Giammattei: El resultado ya saben que está. Lo único que me estaba pidiendo Mauricio era que va a llegar que tiene medidas sustitutivas.
Gutiérrez: ¿El qué va a llegar así?
Giammattei: ¿No vos me dijiste que había un expediente de Ahuachapán que le habían dado medidas…?
Gutiérrez: Van a meter ese expediente que tiene medidas y aquí le van a pedir la delta (detención). Y entonces quiero que se le dé la delta. Que le valga verga. Solo que la dé.
El juez hace una referencia a un expediente de Ahuachapán, pero se equivoca de lugar, como se evidencia en conversaciones posteriores. Claudia Herrera estaba acusada por usar una licencia de conducir falsa en Sonsonate, en un proceso en el que le habían dado medidas sustitutivas a la detención. La idea, según la Fiscalía, era que el juez suplente Álvarez usara ese caso de Sonsonate para alegar que no le podía dar medidas alternas a la detención en este nuevo proceso penal, aunque la ley sí lo permite.
El plan que se aborta
Para el viernes 24 de octubre de 2014, los encargados del juzgado Noveno de Paz de San Salvador esperaban un requerimiento fiscal por amenazas contra Claudia Herrera, pero nunca llegó. Gutiérrez y Giammattei cruzaron llamadas desde las ocho de la mañana para coordinar la hora de entrega del documento, pero a las 3:30 p.m., media hora antes de que eljuzgado cerrara, Giammatei estaba preocupado. A las 3:33 le dijo a Gutiérrez: “Mande a alguien allí a estar parado para tapar que lo llevaron a tiempo”. Es decir, alguien que se presentara al juzgado para hacer tiempo a que llegara el requerimiento fiscal.
A las 3:47 de la tarde, los reclamos subieron de tono:
Gutiérrez: ¿Aló?
Giammattei: ¿Qué pasó, mi hermano?
Gutiérrez: Nada. Estoy llamándoles. No me contestan. Aquel ya está allá. Yo estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para esta mierda. Eso hijos de puta siempre salen con una pendejada.
Giammattei: Puta, si tenía la babosada desde antier. ¿Por qué putas no lo tenían listo?
Gutiérrez: Claro, claro. Ahorita estoy viendo. Yo no sé cuál será el fin. Ya le voy a avisar. Ahorita estoy hablando por teléfono…
Giammattei: El fin es lógico: es que no llegue donde vos pediste.
Al día siguiente, sábado, el juzgado de turno era el 12º de Paz de San Salvador, un juzgado donde el resultado no estaba garantizado. El abogado Gutiérrez le dice a Giammattei que ya ha informado “al mero mero” de lo que está pasando y que “Hugo” está en el lugar, presionando. La Fiscalía identifica al “mero mero” o al “hombre” como Enrique Rais. La parte acusadora lo establece debido a que registro migratorios señalan que cuando ocurrieron esas llamadas telefónicas el empresario, ahora prófugo de la justicia, se encontraba en España. “Hugo” es Hugo Blanco Rais y “el lugar” era la propia Fiscalía. Luego Gutiérrez admite su frustración:
Gutiérrez: Yo igual estoy claro en eso. No se preocupe que ahorita yo ya le dije que nosotros estamos en una triangulación súper vergona, pero esta mierda ya no puedo ir a quitarle de las manos el documento a los hijos de puta.
Giammattei: No, yo sé que no podés. Hemos hecho lo más que se puede.
A las 3:53 p.m. de ese viernes, el juez Álvarez informó a Giammattei que tenía una reunión. “No puedo fallarle a mis clientes”, le dijo. El plan siguió adelante sin juez, pero con los empleados del juzgado, que esperaban el requerimiento en tiempo añadido a su hora usual de salida. A las 4:15, cuando el plan casi se desmonoraba, Gutiérrez y Giammatei resumieron en una nueva conversación telefónica sus lamentos, y descargaron responsabilidad en la Fiscalía. En la llamada se refieren a la Fiscalía como “las tres letras” o simplemente “las tres”, en alusión a las siglas FGR.
Giammattei: Puta, pero lo que sí es urgente es hablar con el hombre, viejo. Porque nosotros estamos haciendo las mierdas, las armamos...
Gutiérrez: Sí, no, yo estoy claro. Todito lo que usted me va a decir ya se lo dije yo. Usted se fue a la mierda siete días, llegó un hijueputa que usted controló para que llegara, nos están esperando todavía, la gente de aquel hijueputa ya llegó en la mañana a cabildear a los que van a estar mañana, ya les dijeron que les van a ayudar. Entonces, ¿qué hemos hecho? Ni mierda. ¿Y quién es el culpable? No se trata de encontrar el culpable sino de salir bien en esta mierda. Ponete las pilas, eso es lo que les estoy diciendo.
En la conversación, el juez y el abogado de Rais llegan a sospechar que el abogado Mario Calderón, esposo de la acusada, también tenía influencias en la Fiscalía de Martínez.
Giammattei: sí pero ahorita no es tanto así, Neto. Porque sí es de encontrar al culpable. Entonces eso quiere decir que ahí adentro tiene más peso Calderón que...
Gutiérrez: Pues, claro, pues sí.
Giammattei: Ahora, a mí me llama la atención, si yo sé que Julio ha trabajado con ustedes, pues.
Gutiérrez: Y está con nosotros.
Giammattei: ¿Y por qué no contestó?
Gutiérrez: Pero allá lo tiene Hugo. Allá está con ellos.
Pasaron las 4:00 de la tarde y la Fiscalía seguía sin presentar el requerimiento. De las conversaciones se desprende que Gutiérrez presionaba en la FGR por medio de Blanco Rais, y en el juzgado de Giammattei estaban dispuestos a esperar a los fiscales hasta las 5:30 de la tarde. Pero por si eso no ocurría, Gutiérrez sugirió un nuevo plan: simular que el documento fue presentado ese mismo día, aunque el trámite judicial lo realizaran el sábado. Gutiérrez propuso eso el viernes a las 4:46 de la tarde.
Gutiérrez: Mire, ¿sabe incluso qué podríamos hacer? Si eso valdría verga, ¿qué tal si se presentara mañana esa mierda, y le ponemos hoy?
Giammattei: Ah, no, si por nosotros no hay pedo.
Gutiérrez: ¡Eso es verga! Me llega, me llega. Lo que pasa es que las tres letras quiera.
Giammattei: Pues sí, no sé qué van a decir. Porque acordate que algo hay adentro para que esta hijeputa fiscal haya hecho eso.
El plan no salió como esperaban. Sigfredo Alcides Campos, jefe del centro de escuchas, oyó las llamadas telefónicas entre Gutiérrez y Giammattei, y contactó al jefe fiscal Julio Arriaza para informarle sobre el hecho. Esta advertencia llegó hasta Luis Martínez, según la Fiscalía. Por esa razón Gutiérrez pidió a Giammattei que “desmontaran” la operación porque “el Uno” se comprometió con el equipo a tener un buen resultado en el 12° de Paz de San Salvador.
Una de las fiscales del caso dijo a El Faro que en el interior de la Fiscalía es conocido que “el Uno” es el Fiscal General, en ese momento Luis Martínez. El Faro intentó obtener una reacción de Martín Santos, abogado del extitular de la FGR. Este respondió: “Desde un principio ha sido estrategia de la defensa y de otras personas que las pruebas no se incorporen porque han sido presentadas fuera de tiempo o porque son nulas. En cuanto a nosotros, hasta este momento estamos viendo las transcripciones, más que todo de mensajes de texto de nuestro cliente, pero nuestro cliente no tiene intervención telefónica”, dijo Santos, en alusión a Las conversaciones privadas del fiscal Martínez con Funes, Rais, Herbert Saca y Nayib Bukele. El Faro tuvo acceso a las transcripciones, sin reserva judicial en el juzgado octavo de Instrucción, de 455 mensajes en los que se revela cómo dirigentes políticos acudían a Martínez para intentar manipular la Fiscalía a su favor, o para que actuara en contra de adversarios. En esos mensajes Martínez también aparece dibujado como un personaje capaz de utilizar a la institución para chantajear a los partidos a cambio de una reelección que estuvo a punto de lograr, con ayuda de Rais, en diciembre de 2015.
Giammattei: Puesí...
Gutiérrez: El Uno le dijo que no pudieron salir, que ya le dieron informe a él (Rais) de eso. Que están trabajando en el documento todavía y lo van a trabajar hoy en la noche. Que no tenían la documentación de Sonsonate para fundamentar bien la doble medida y que no se preocupe él (Rais), que él (El Uno) ya habló con la señora de mañana para que augure un buen resultado.
Hernán Cortés, abogado defensor de Enrique Rais, Hugo Blanco Rais y Ernesto Gutiérrez, sostiene que la Fiscalía no ha podido probar que las personas mencionadas en el audio sean sus defendidos, aun cuando admite que está confirmado que el teléfono del juez Aurora Giammattei sí estaba asignado a él. Pero Cortés es renuente: dice que eso no prueba que sea Giammattei quien habla.
'Si yo fuera el fiscal, primero, no presentaría intervenciones telefónicas caducadas. Segundo, establecería si la persona que está hablando ahí es la persona que yo quiero acusar. Tercero, establecería si el teléfono celular que aparece mencionado ahí es de esa persona. Cuarto, no puedo ir a acusar a una persona a la cual no estoy seguro que ella sea', dijo Cortés a El Faro el 15 de noviembre.
El abogado Cortés asegura que no ha escuchado los audios. Este periódico le hizo ver que en las llamadas hay elementos de contexto, fechas y coincidencias con los hechos que estaban sucediendo y que incluso se menciona por nombre a algunos de los involucrados como el propio Gutiérrez o Hugo Blanco Rais. 'Pues sí, pero ¿cómo sabemos que era el licenciado Gutiérrez? Eso es lo que dice la Fiscalía. Yo no puedo dar por sentado que eso sea cierto. Don Enrique Rais nunca ha tenido intervenido sus teléfonos. ¿'El hombre'? El hombre es cualquier persona, pero ¿cómo lo prueban?', dice. Para el defensor hace falta un peritaje a las voces en las escuchas y entrevistas a los encargados de las intervenciones telefónicas.
La absoluta negación de Cortés contrasta con las declaraciones de otros abogados defensores en el proceso. Carlos Avelar, abogado del exjuez Giammattei, por ejemplo, acepta que en las conversaciones participa su defendido. 'Lo que le puedo decir es que sí son conversaciones de Giammattei, pero no se puede acreditar que es del caso de Claudia Herrera (de lo que) estaban hablando', dice. '¿Pero de qué otra cosa podrían estar hablando?', preguntó El Faro. 'De cualquier otra cosa. Mire, nosotros como abogados, en el contexto privado, hay algunas cosas que nosotros la hablamos en clave', dijo.
Un día después de dar su primera declaración, el abogado Avelar dijo a El Faro que él no había dado por válido que su defendido apareciera en las grabaciones. Al detallarle que sí confirmó que en las conversaciones aparece Giammattei, Avelar se plegó al argumento de la defensa del abogado de Rais: 'no podemos asegurar categoricamente que sea la voz de él porque no existen peritajes', dijo.
Wilmer Martínez, abogado del fiscal Julio Arriaza, no negó que su cliente fuera mencionado en las llamadas, pero plantea que lo que buscaba era evitar que los fiscales presentaran el requerimiento contra Herrera en el juzgado de Giammattei. “Cuando le manifestaron que se estaba dando esa circunstancia él manifestó su oposición rotunda que el requerimiento no se iba a presentar en el Juzgado 9° de Paz ni el día que pretendían. Y fue lo que ocurrió que está acreditado en el proceso”, dijo Martínez.
De las conversaciones se infiere que “la señora de mañana” es la jueza a cargo del Juzgado 12º de Paz, Mirna Estela González, a cuyas manos llegó el caso contra Claudia Herrera. La jueza, sin embargo, aplicó medidas alternas a la detención a Herrera. Es decir, no la detuvo, como quería Rais. El Faro pidió a la jueza una reacción sobre este caso, pero a través de una empleada de prensa del centro judicial declinó dar declaraciones alegando que hay una investigación abierta y que ella solo remitió el proceso de amenazas a la fase de Instrucción.
Que todo esto se haga público es, en el fondo, fruto de la negligencia de los ahora acusados. El 27 de octubre de 2014, tres días después de que todo esto sucediera, el abogado Gutiérrez notificó al exjuez Giammattei que sus teléfonos estaban intervenidos y le propuso comprar otros celulares. En resumen: la Fiscalía de Martínez descubrió y guardó las pruebas con las que ahora han sido acusados.
Gutiérrez: Mire, le cuento: ¿Sabe usted que tiene, este bolado, de donde me está haciendo esto ahorita...?
Giammattei: ¿Ajá?
Gutiérrez: Lo tiene puyado.
Giammattei: ¿Lo tengo?
Gutiérrez: Puyado.