Francisco Manzur (San Salvador, 1964) es doctor en medicina interna y se vinculó a Arena recién llegado de Francia, en 2003, en donde estudió una especialización en dermatología. Ese año finalizó un experimento bautizado en los corrillos políticos como el “Coena Empresarial” o el “Coena S.A. de C.V.”, dirigido por el banquero Archie Baldocchi y empresarios millonarios de la talla de Ricardo Poma. Ese año, además, Antonio Saca se convirtió en candidato presidencial y en presidente de Arena. La historia, ya conocida, llevó a que Saca ganara el Ejecutivo con una campaña financiada, en parte, por 10 millones de dólares donados por Taiwán al Estado salvadoreño. En los cinco años siguientes, junto a sus más cercanos colaboradores, Saca condujo a Arena hasta la derrota en las presidenciales de 2009.
Desde entonces, y hasta la fecha, Manzur siempre fue una figura de bajo perfil. Ahora intenta, dice, renovar al partido y se presenta “distanciado” de los grandes financistas y crítico de las irregularidades cometidas en el pasado. Entre la promesa y sus posicionamientos, sin embargo, se dibuja un arenero clásico que se dice “provida”, “profamilia” y que apoya la Ley de reconciliación que discute la Asamblea Legislativa, a sabiendas de que es una nueva amnistía para los crímenes de la guerra. “Creo que es tiempo de borrón y cuenta nueva”, dice.
Hasta la fecha, el cargo más alto que ha ostentado ha sido la dirección del sector profesional. Por eso quizá sorprenda que quiera dirigir al principal partido de oposición, en una aventura cuesta arriba frente al bloque que representa Gustavo López Davidson, con vínculos al alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt.
En la planilla de Manzur está la diputada por la Libertad, Karla Hernández, un puñado de figuras que han ostentado cargos medios en alguno de los sectores y algunos jóvenes que intentan abrirse camino en un partido acostumbrado a priorizar viejas guardias. En este grupo está Adela Lemus, ex colaboradora del diputado Julio Fabián, actual subjefe de fracción de Arena. Fuentes de ambas planillas, con la condición del anonimato, coinciden en un punto: la lista de Manzur goza del respaldo del ex precandidato presidencial Javier Simán.
Retador, Manzur asegura que de llegar a dirigir a Arena, los actuales funcionarios señalados por irregularidades ya no tendrán cabida para las municipales y legislativas de 2021. En esta entrevista, se mete también con la dirección de la fracción legislativa, en manos del diputado Carlos Reyes, un veterano diputado por Cabañas que fue clave para la candidatura presidencial de Carlos Calleja en 2018. “Ahí hay falta de liderazgo”, dice.
Al igual que su contrincante, Manzur habla de los históricos donantes -que en las últimas décadas han definido el rumbo del partido-, como si se tratara de la pareja con la cual hay que comenzar a guardar distancias. A diferencia de López Davidson, Manzur no cree que el partido deba expulsar a los cuatro diputados disidentes que han demostrado su apoyo a las propuestas del presidente Nayib Bukele. Antes de iniciar la entrevista, el candidato se percata que le hace falta algo para el performance. 'Si vas a tomar fotos que sea con el chaleco porque sino no me perdonan, ja,ja, ja'.
¿Cómo definiría a Arena?
Somos la primera fuerza de oposición porque tenemos un caudal de votos importante. Arena sigue representando a los sectores de la sociedad salvadoreña, y aunque hemos tenido divisiones internas, en esta campaña pretendemos transmitir unidad en el partido.
Dice que Arena reúne un caudal de votos importante, pero en esta elección perdió seis de cada 10 votantes. ¿Cómo se lo explica?
Arena ha perdido fuerza al igual que todos los institutos políticos. Somos el primer partido de oposición y tenemos que estar conscientes de que somos oposición, pero la gente no quiere entender eso. A algunos líderes no les gusta la palabra oposición.
Su contrincante decía que no lograron quitarse lo de 'devuelvan lo robado'.
La frase 'devuelvan lo robado' nos afectó mucho, pero no es la única explicación de la pérdida electoral. No concuerdo en eso. Creo que la frase se nos ha acuñado como partido político. Los partidos no son malos ni corruptos, son las personas que han estado dentro. Por eso debemos de velar por el honor de los hermanos que nunca han tomado un dinero.
De nuevo: ¿Qué hicieron mal para que, por tercera vez, hayan perdido el Ejecutivo?
No acompañar de manera firme todas las propuestas de los Gobiernos en turno. Hemos sido oposición durante 10 años y nuestros dirigentes se empecinaron para no apoyar algunas propuestas.
¿Cuáles propuestas?
Ninguna en particular que recuerde, pero creo que los areneros debemos de estar conscientes que estamos dentro de un país pequeño y tenemos que tener una visión unificada con las propuestas del Gobierno central.
¿Me está diciendo que estos 10 años fueron una oposición confrontativa?
Arena, eso lo puedo afirmar categóricamente, no aprendió durante mucho tiempo a ser oposición. Arena creyó que era el partido del Gobierno, no aprendió. Algunos areneros no les gusta el término “oposición” porque creen que es oponerse a todo y no, oposición es el partido que perdió tres elecciones presidenciales.
¿Entonces, qué tipo de oposición debe de ser Arena para Bukele?
Tenemos una fracción legislativa que debe estar estructurada. Ahorita estamos preparando con la fracción un aumento de la cobertura en seguridad social. Vamos a presentar una pieza para que haya un programa escalonado de aumento de cobertura en seguridad social. Esa es una deuda que los partidos políticos tienen con la gente.
Habla como si ya fuera el presidente del Coena...
Ja,ja,ja. Tenemos que empoderarnos y saber que vamos a dirigir bien este partido. Desde el tres de febrero vimos que ya no es el momento político para el ascenso a las cúpulas de líderes históricos, repetitivos y del reciclaje.
Dice que va haber una conexión entre el Coena y la fracción legislativa.
Totalmente, ahí hay falta de liderazgo.
Ahorita, por ejemplo, está en discusión la ley de reconciliación que propone una nueva ley de amnistía. ¿Está a favor de que se apruebe el borrador tal como lo entregó la comisión?
No estoy de acuerdo que reavivemos heridas, hay que ser responsables. Tanto la izquierda como la derecha cometieron injusticias.
¿Está a favor del perdón y olvido?
Del perdón sí, pero no del olvido. Eso es uno de los grandes errores de nuestro país. No honramos a aquellos que lucharon por nosotros, hay que dignificar a los del ejército y a los guerrilleros.
Si no está a favor del olvido, ¿entonces, estaría de acuerdo que se abrieran las investigaciones sobre los crímenes de guerra?
Todo lo que va encaminado a transparentar nuestro pasado está bien. Pero, ¿qué tanto margen tendremos de poder transparentar a hombres del ejército y a gente de la guerrilla?
Es parte del acceso a la verdad para las víctimas...
De los dos bandos hubo culpables. ¿Qué tanto margen tenemos para transparentar al Ejército y a la gente de la guerrilla? No creo que ese sea el camino o la solución. No creo que ese sea el camino a la paz. No estoy a favor de alguien o de algún grupo, tampoco estoy ocultando nada. Creo que llegó el tiempo de que tengamos borrón y cuenta nueva.
¿Entonces, estaría favor de que apruebe la nueva ley de reconciliación?
Sí, sí. Creo que sí.
¿Debería seguir? Es una evidente nueva ley de amnistía
Ja,ja,ja. Soy un hombre de paz y los salvadoreños no quisieran ver violencia. Ahora ya no se trata de poner en el patíbulo a nuestros dirigentes, hay mucha gente que ya murió.
Ya hablamos del pasado. ¿Para usted qué es renovación?
Renovación es tener un partido político que se conecte con la salvadoreños, que no solo piense en su militancia sino que también piensa en la gobernabilidad del país. Eso se traduce con el acercamiento hacia el gobierno central, con aportes y con construcción de nuevas propuestas que beneficien y resuelvan los problemas de los salvadoreños.
¿De qué forma Arena se debería de acercar al nuevo Gobierno?
Yo soy un ejemplo. Cuando el presidente Bukele ganó las elecciones, yo había sido parte del equipo QUE trabajó la propuesta de educación y salud en Arena. Vine y le pedí autorización a Carlos Calleja y a algunos fundadores para ver si podíamos entregar los planes de gobierno que nosotros habíamos estructurado y consolidado: “con el mayor de los gustos”, me dijeron. Fue así como hice una entrega a personeros del Gobierno actual. Espero que hagan buen uso de eso porque son buenas propuestas.
¿Quiénes eran estos personeros? ¿Qué pasó después de eso?
Ya no he tenido contacto, sólo tuve ese primer y único acercamiento para hacer entrega de esos documentos. Contenía la visión de país de Arena. Seguro que van a hacer buen uso porque había mucho tecnicismo y muchas propuestas.
¿Qué debería de eliminar Arena?
Aquellos viejos liderazgos enquistados que no permiten la renovación de liderazgos. Por ejemplo, que un director departamental sea elegido de consenso y no por una imposición. A veces van tres, seis, nueve y hasta 12 años en gestión...
¿Y la marcha?
Nuestra esencia no debe de cambiar.
La marcha dice cosas como que El Salvador será la tumba donde los rojos “terminarán”. Si estamos hablando de renovación, ¿no cree que estos mensajes de odio deberían erradicarse?
El himno nacional de Francia es una traducción literal de violencia y lucha sangrienta. Nuestro himno nacional habla de esa lucha, que se dio para tener la paz y libertad entre los salvadoreños. El salvadoreño no espera que Arena cambie una marcha, el salvadoreño espera que Arena contribuya.
Pero, por ejemplo, Roberto d'Aubuisson hijo dijo que se debería de modificar la marcha.
Roberto d'Aubuisson podrá decir eso. Yo sí me siento orgulloso porque a partir de los principios de Arena he aprendido el amor a mi patria. El comunismo fue vencido como tal, pero hay otras corrientes como el neomarxismo, y ahora tenemos corrientes populistas.
En la campaña interna ha hecho hincapié en tener cero tolerancia a la corrupción. ¿Cómo compagina eso con los diputados investigados por la sección de Probidad? Por ejemplo, el diputado Carlos Reyes tiene un expediente abierto en la sección de probidad y también la diputada Silvia Ostorga.
¿De qué se le señaló? No me recuerdo… Pero bueno, a partir del 25 de agosto no van a ver el machete o el corvo desenvainado, ja,ja, ja, pero sí el fiel cumplimiento de la ley. Lo que ha ocurrido en Arena es que a pesar de que tenemos un marco legal completo les ha faltado acción de la ley, y sobre todo el cumplimiento del sistema organizativo.
¿Arena ha sido un partido permisivo?
Sí, hemos sido permisivos en cuanto a los procesos, hemos sido permisivos en no señalar. Y en todo sentido. Soy de la mentalidad de que que si hay algún señalamiento en una institución, el partido también debe de tomar en cuenta estos tipos de señalamientos para aplicar las acciones necesarias y pertinentes para que esa persona tenga una sanción. ¿Cómo voy a tener a alguien o voy a permitir de que alguien que ha sido no sólo señalado, sino también condenado o sancionado, que sea mi carta de presentación? Eso es doble discurso. Vamos a reforzar esas medidas. Yo no llevaría gente que ha sido señalada. La gente que llevo en mi planilla no ha tenido cargos en la administración pasada porque creo firmemente que la gente ya está cansada de ese tipo de prácticas y quiere líderes nuevos.
Entonces, ¿van a sacar a estas personas?
Cualquier persona que haya tenido un señalamiento no debe ya de correr para una legislatura. La gente ya no quiere, ni yo lo quiero.
Dice que cree mucho en la diversidad y en la renovación personal. En la fracción legislativa hay una diversidad de diputados: hay diputados con mucha militancia como Alberto Romero, pero de vez en cuando aparecen diputados renovadores o retadores como Johnny Wright. ¿Qué tipo de perfil de diputados busca tener en la fracción?
Después del fracaso del 3 de febrero la forma de hacer política cambió, pero no podemos decir que un diputado viejo ya dejó de conectar con la población. Renovación no significa tampoco exclusión. Los filtros en el partido deben de reforzarse para cuando escogemos a los diputados o alcaldes, haya perfiles psicológicos o a través de perfiles toxicológicos.
¿Qué piensa de los cuatro diputados que han estado apoyando, de manera disidente, al nuevo Gobierno? ¿Cree que deberían ser expulsados?
No, definitivamente no. Cuando perdemos un militante en arenero, de manera inconsciente no nos damos cuenta que nuestro partido se debilita. Debemos de crear esos espacios donde se haga crítica pero también autocrítica disidente. ¿Cómo puedo expulsar a alguien que piense diferente?
Usted dice “somos provida y profamilia y eso no es negociable”, pero también dice ser “inclusivo y representativo”. En la legislatura pasada, Johnny Wright hizo la propuesta para que se despenalizara dos causales del aborto, y otros dos diputados más le acompañaron.¿Qué les diría a sus diputados? ¿Debate o que la fracción mantenga un dogma provida y profamilia?
Yo me considero provida y profamilia, pero también soy una persona sumamente respetuoso de los derechos individuales. Las discusiones se tienen que abrir, pero mientras la Constitución no se cambie no podemos ir en contra de la Carta Magna. No sé si con el pasar del tiempo tendremos más apertura, pero ahora no se puede ir en contra de la Constitución.
¿Estaría a favor de que militantes y diputados tengan estas discusiones?
Totalmente, son personas que viven dramas y son seres humanos que piensan. La riqueza está en la tolerancia. En Arena han habido personas que han discriminado y yo no tolero la discriminación: en cuanto a pensamiento político, credo, ni en cuanto a nuestra diversidad sexual.
Si se retomara la discusión en la Asamblea, ¿les pediría a sus diputados que votaran de alguna manera?
Como fracción legislativa debemos de tener una estrategia, pero cada uno de los diputados tienen derecho de votar diferente. De hecho, no es el partido que les ha conferido un escaño sino la población salvadoreña a través del sufragio. Pero deben de regirse bajo la Constitución de la República. Cada uno puede votar como bancada, pero también hay derechos individuales.
¿De qué manera planea mantener su independencia de los financistas?
En Arena hemos sido sumamente irresponsables porque hemos sido dependientes de los grandes financistas. Las grandes donaciones son importantes para generar el funcionamiento administrativo, para estar en campaña permanentemente -porque los partidos políticos pasan en campaña permanentemente- pero hemos sido irresponsables porque tampoco hemos enseñado a nuestra militancia a aportar para el beneficio del partido. No hemos tenido un sistema recolección eficiente y eficaz. También va con la segunda parte que tiene que ver con la transparencia y la rendición de cuentas. Desde 2013 se presenta de manera estática la cifra de cuánto entra, pero el militante de a pie que dona $1 o $5 quiere saber cómo se gastó esta donación. Los donantes juegan un papel importante, pero también nosotros necesitamos generar un sistema de autosostenibilidad para dejar de estar pensando siempre en los mismos donantes, en los mismos grupos tradicionales.
¿Entonces, van a renunciar a los donantes tradicionales?
No me he casado, no estoy atado, ni obedezco a ningún grupo cúpulas políticas ni de empresarios. Lo que pasa es que se debe de reconocer el caudal importante de salvadoreños que están en el exterior: Estados Unidos, Milán, Australia o Nueva Zelanda. Yo nunca he hecho trato ni me he sentado con ellos. He comprado, por ejemplo, un carro en la Toyota (marca vendida por Excell, una de las empresas de la familia Poma) y he dicho adiós. Nunca me han donado nada.