El FMLN parece inclinado a aceptar el rechazo que el presidente de la República, Mauricio Funes, dio al decreto diseñado por el partido de izquierdas para adecuar la elección de diputados a una sentencia de la Corte Suprema de Justicia.
Funes alegó que las reformas al Código Electoral aprobadas hace casi tres semanas violaban al carácter libre del voto y el viernes pasado notificó a la Asamblea Legislativa su decisión.
El decreto fue aprobado con los votos del FMLN, PCN, PDC y Gana, y Arena se opuso a la redacción alegando que, de nuevo, la legislación electoral iba a caer en el problema de violar el carácter libre del voto que garantiza la Constitución en su artículo 78.
Las reformas aprobadas fueron de diseño efemelenista, que las propuso a la Comisión de Reformas Electorales de la Asamblea y que recibieron casi de inmediato el respaldo de los otros partidos. La propuesta efemelenista establece que las papeletas de votación contengan la bandera de los partidos políticos contendientes y junto a ellas la lista de candidatos a diputados. Aparte de eso, se incluiría la lista de los candidatos no partidarios.
Hasta ahí posiblemente no haya problema alguno. Pero el presidente rechazó el mecanismo de asignación de escaños, ya que preserva el poder de los partidos de decidir quiénes llegan al parlamento y quiénes no, porque los votos obtenidos se pueden dar preferentemente a ciertos candidatos según el orden precedente en que los partidos los inscriben ante el Tribunal Supremo Electoral.
Y aunque fue el FMLN el autor intelectual de la reforma que pretendía adecuar el Código a la sentencia de junio de 2010, la diputada Margarita Velado, miembro de la Comisión de Reformas Electorales, adelantó que su partido no está en actitud de intentar superar el veto de Funes. 'No creo que vayamos a intentar superar el veto. Lo mejor es que el decreto vuelva a la Comisión para que redactemos otro decreto', dijo.
Velado no aceptó que el decreto tenga defectos, pero dio a entender que la disposición de su partido es no desgastarse en un pulso con el presidente. 'Aquí hay una independencia de poderes y mientras nosotros aprobamos las leyes él está para sancionarlas', comentó, y agregó que el decreto no violaba la sentencia de la Sala porque el votante continuaba teniendo la opción de elegir. “La sentencia establece que los partidos ponen un orden. Esta no dice que quedan prohibidas las listas partidarias”, dijo.
Si la Asamblea decidiera superar el veto, el presidente estaría obligado a acudir a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a demandar al parlamento por violar la Constitución, que fue el argumento que esgrimió en su veto.
Sin el FMLN, que tiene 35 de los 84 votos del parlamento, es imposible sobreponerse a un veto presidencial. La Constitución manda que un veto se sobrepase con un mínimo de 56 votos. Además, el partido Arena, que tiene 19 diputados, ha manifestado su oposición al mecanismo e insiste en redactar las reformas al Código en otros términos.
Funes argumenta que en la fórmula propuesta por los legisladores se distorsiona la voluntad de los votantes porque en realidad la voluntad de estos puede ser hecha a un lado si las marcas sobre la bandera de un partido o las marcas en más de una fotografía de candidato suponen respaldar el orden de precedencia que establecen los partidos.
El trabajo, entonces, queda a cargo de los legisladores, que nueve meses después de la sentencia de la Sala, siguen en deuda con la adecuación del Código Electoral a la jurisprudencia. El Tribunal Supremo Electoral ha pedido prisa a los diputados porque tiene que organizar unas elecciones legislativas y municipales y cuando faltan menos de ocho meses para que llame a elecciones, el país no tiene reglas del juego definidas.
