Este 4 de marzo, los electores convirtieron a Arena en la principal fuerza del país con 37 diputados, pero también modificaron la conformación de la Asamblea Legislativa al convertir a los partidos de derecha en una aplanadora que, si lo decide, puede dominar a su antojo el Salón Azul a las puertas de la elección presidencial de 2019. Entre las votaciones clave de la nueva legislatura se encuentra la designación de un nuevo fiscal general o la reelección en el cargo de Douglas Meléndez, un escenario que hace hablar con tonos similares a los partidos de derecha.
En la recta final de su mandato, el gobierno de Sánchez Cerén deberá cabildear con 59 votos de derecha, que no tendrán contrapesos si votan juntos, y podrán elegir -sin dialogar con el FMLN- a los magistrados de la próxima Sala de lo Constitucional, a los magistrados de la Corte de Cuentas, al titular de la Procuraduría de Derechos Humanos o al fiscal General... Sobre esta última elección, y cuando faltan nueve meses para que termine la gestión de Meléndez, dirigentes del PCN y el PDC ya dan por hecho que sería reelecto para que continúe un periodo más al frente del ministerio público, quizá un síntoma del peso que saben que tienen sus votos. Sobre Meléndez, hasta el momento, Arena solo ha dado opiniones favorables.
La figura de Douglas Meléndez para el cargo de fiscal cobró apoyos en los últimos días de diciembre de 2015, luego de que FMLN y Arena desecharán la idea de la reelección a favor de Luis Martínez (fiscal para el periodo 2012-2015, ahora en prisión, acusado de varios delitos). Su votación provocó la disidencia de un diputado de Arena, que cuestionó la negociación que lo impulsó al cargo. En su gestión, entre otros casos, este fiscal ha procesado a los operadores de la Tregua entre pandillas durante el gobierno de Mauricio Funes, al expresidente Antonio Saca, considerado un 'traidor' por Arena, e investigado por el desvío de cerca de 300 millones desde la Presidencia. Meléndez, además, abrió una investigación -que todavía no termina en una acusación- en contra del expresidente Mauricio Funes, que terminó pidiendo asilo político en Nicaragua. En 2016, el fiscal también anunció una investigación 'por drogas y armas' en contra de José Luis Merino, uno de los hombres fuertes del partido de gobierno, la cara más visible de los negocios Alba, y candidato perdedor a una elección en la Asamblea Legislativa.
Por esta y otras investigaciones, altos dirigentes del FMLN han acusado al fiscal de 'parcial'. En septiembre de 2016, Meléndez denunció persecuciones de agentes de la Policía Nacional Civil, institución adscrita a la Presidencia de la República. En respuesta, el funcionario fue respaldado por los embajadores de Colombia, Canadá, Reino Unido, Alemania, España y la embajadora de Estados Unidos, Jean Manes.
A tres días de la elección, El Faro reveló la fiscalía presentó a un juez el testimonio de un líder de pandillas en caso contras la finanzas de la MS-13. En el documento, el testigo declara que el diputado Ernesto Muyshondt (hoy alcalde reelecto por San Salvador), le había entregado a la pandilla un maletín con decenas de miles de dólares a cambio de apoyos para las elecciones presidenciales de 2014. Este caso, armado en la gestión Meléndez, no altera la simpatía que goza su figura para políticos como Muyshondt, exvicepresidente de Ideología de Arena, y ahora un dirigente arenero fortalecido después de la elección. Muyshondt separó a Meléndez de lo que consideró una maniobra política del FMLN. Según su versión, el testigo de la Fiscalía fue inventado por agentes de la Policía afines al FMLN, con ayuda de mandos medios de la Fiscalía influenciados por el partido de gobierno. 'El fiscal es una persona correcta', dijo Muyshondt. Cinco días después de la elección, consultado sobre los apoyos que da Arena al fiscal general, el diputado reelecto, Rodrigo Ávila, dice: 'El fiscal ha hecho su trabajo, pero todavía no hemos discutido la reelección'.
PCN y PDC respaldan a Meléndez
A partir de junio de 2018 arrancará la carrera por las votaciones clave de la nueva legislatura, con el vencimiento del periodo de los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional que se convirtieron en un contrapeso del gobierno, y de la Asamblea, desde 2009. Luego, entre diciembre de 2018 y enero de 2019, la Asamblea deberá elegir a un nuevo fiscal general.
La elección de los nuevos magistrados de la Sala es incierta, amén de que todavía no está conformada la lista de aspirantes que deberá enviar el Consejo Nacional de la Judicatura, y de la cual los diputados deberán escoger a cinco nombres. Sobre el fiscal, sin embargo, el panorama pareciera estar más claro. A menos por lo expresado por dirigentes de PCN y PDC.
El jueves 8 de marzo, el secretario general del PDC, Rodolfo Parker, adelantó el que podría ser, en la nueva legislatura, el primer gran acuerdo de la Asamblea de derechas.
“¿Podemos esperar un fiscal de derecha y unos magistrados también de derecha?”, preguntó un periodista de El Faro Radio a Rodolfo Parker. “Me atrevo a vaticinar que este fiscal general (Douglas Meléndez) va a ser reelecto y que la presión de la ciudadanía va a ser suficiente para que contemos con buenos magistrados”, contestó el diputado.
El viernes 9, los pronósticos de Parker fueron avalados por el secretario general del PCN, Manuel Rodríguez, que adelantó que Douglas Meléndez lleva la delantera en la carrera por la reelección. “Nos parece que el fiscal general ha hecho un buen trabajo. Lleva ventaja. Al día de hoy que no hay otros candidatos diría: sí, lo apoyamos, pero con esto no quiero desincentivar la participación de otros profesionales que cumplan con el perfil”.
Consultado al respecto, el diputado Francis Zablah, de Gana, respondió: “Hay que analizarlo”.
¿Una Asamblea de derechas votará una Sala de lo Constitucional de derechas? La conformación de una Sala que funcione de nuevo como contrapeso a la Asamblea y a la Presidencia no llegó sino hasta junio 2009, cuando entre todos los partidos votaron los nombres de los abogados Sidney Blanco, Rodolfo González, Belarmino Jaime y Florentín Meléndez.
En el pasado, y durante los gobiernos de Arena, la Sala de lo Constitucional no destacó como un contrapeso, y, de hecho, la Corte Suprema de Justicia en pleno actuó en reiteradas ocasiones favoreciendo intereses de la derecha política. En 2005, por ejemplo, a petición de la banca, la Corte le quitó potestades a la Sección de Probidad en medio de una investigación al patrimonio de Flores y los miembros de su gabinete. Uno de los bancos que mocionó ante la Corte fue el Banco Salvadoreño, dirigido entonces por María Eugenia Brizuela, una de las exfuncionarias investigadas (fue canciller de la República en el gobierno de Flores).
“Le pregunto: ¿y cómo cree que fue la elección de estos magistrados (de la Sala de lo Constitucional) que están ahorita? Fue un reparto de cuotas', dice Manuel Rodríguez, del PCN.
Zablah, de Gana, dice que no habrá reparto de cuotas. “No debe haber reparto de cuotas. Necesitamos gente que responda a los intereses de El Salvador, no a los intereses de los partidos que los van a elegir como magistrados”, dice. Zablah es miembro de un partido que ha sido protagonista de los reclamos de la Sala de lo Constitucional por la elección de magistrados en la Corte de Cuentas. La Sala ha deshecho cuatro elecciones precisamente porque los electos han sido militantes o personas ligadas a Gana... o al PCN.
En materia económica, el gobierno de Sánchez Cerén –desde mayo- deberá manejar con pinzas sus gastos para 2018, puesto que negociará con Arena emitir endeudamiento adicional a los 350 millones en bonos que logró conseguir en enero pasado. El 5 de enero de 2018, como resultado de una negociación secreta, el FMLN logró un acuerdo para aprobar el presupuesto y emitir estos 350 millones de dólares en deuda para así conseguir ingresos para financiar gastos para los cuales no contaba con financiamiento. Hacienda había pedido en un principio 550 millones y Arena solo estaba dispuesta a ceder 200 millones, al final consensuaron esa cifra media.
Del desencanto a la aplanadora de derechas
El escrutinio preliminar del Tribunal Supremo Electoral, finalizado el 7 de marzo y cerrado con un 100 % de actas escrutadas, otorgó 37 diputados a Arena y 22 a los partidos minoritarios de derecha (repartidos entre el Gana, PCN y PDC). Este bloque tendrá la llave para todas las decisiones importantes de los próximos tres años, y si el presidente Sánchez Cerén veta alguna ley, esta aplanadora podría alcanzar dos terceras partes del pleno para superarlo (56 votos).
El manejo que podrá tener la derecha es apabullante hasta cuando se dibujan las combinaciones que Arena puede alcanzar para la aprobación de decretos que requieren mayoría simple (43 votos): puede juntarse con Gana, el partido formado en 2010 por diputados tránsfugas, y que ha servido de aliado al actual partido de gobierno (48 votos); puede aliarse con un viejo conocido, el PCN, y sumar 45 votos claves; o puede hacer la repesca de un voto en Gana o el PCN y sumarlo a los votos del PDC (3), Cambio Democrático (1) y el diputado independiente, Leonardo Bonilla*, para llegar a la meta de 43 votos que requiere una votación por mayoría simple.
El FMLN, en cambio, tendrá que hacer malabares para juntar los votos de Gana y el PCN... y sumar 42 votos. El voto que le hará falta para llegar a 43 podría pescarlo en Cambio Democrático, un histórico aliado, o el diputado independiente. El FMLN y el gobierno de Salvador Sánchez Cerén poco podrán hacer contra el dominio de los partidos de derecha.
El partido de izquierdas se enfrenta además a un segundo reto: en 2019 hay elecciones presidenciales y Arena, desde la llegada de Mauricio Interiano a la presidencia del partido, ha lanzado incontables llamados a toda la derecha para conformar una alianza que saque al FMLN del poder. La noche del 4 de marzo, este llamado volvió a cobrar vigencia. “Ha llegado la hora de corregir el rumbo de El Salvador”, proclamó Interiano ante sus correligionarios, que a eso de las 10:40 pm celebraban en la sede del Consejo Ejecutivo Nacional (Coena).
“Tenemos que lograr unir a toda una sociedad, que incluye a las fuerzas políticas, económicas y sociales, tenemos que unirnos todos, ya veremos cuál es la estrategia electoral para ello”, repitió Interiano.
En ese mismo evento, el diputado Ernesto Muyshondt, ganador de las elecciones municipales en San Salvador, también sumó para ese llamado a unidad en la derecha. “A la dirigencia de nuestro partido le toca ese enorme reto de liderar y unificar a todas las fuerzas políticas, económicas y sociales que creen en el sistema de libertades y la democracia representativa para uniros detrás de la bandera de Arena y llevarnos a un gran triunfo presidencial en 2019”, dijo.
Pese al contundente resultado en número de escaños alcanzados, Arena bajó su número de votos respecto a la elección de 2015: obtuvo 27 mil votos menos. El FMLN -el partido que resultó como el gran perdedor de la jornada- registró 249 mil votos menos que hace tres años.
Estos números reflejan el desencanto de los electores, y en el caso del FMLN ratifican lo que encuestas vaticinaban: que el Frente ya no continúe en el poder. A inicios de junio de 2017, el IUDOP, por ejemplo, decía que 2 tercios de la población no quería que el FMLN siguiera en el gobierno, pero tampoco quería que Arena ocupara su lugar. Los resultados reflejaban que la pérdida de apoyo del FMLN no se tradujo en un aumento en los votos de su contrincante Arena.
El escrutinio también manifestó la baja legitimidad de la elección de los diputados. En cifras globales, la participación de los electores apenas superó el 40 % del padrón en comparación con la última elección legislativa, en que la participación llegó al 48.3 %.
El FMLN fue el único castigado según cifras preliminares. En la elección pasada, el FMLN obtuvo 31 diputados y en esta elección obtiene 8 menos (23 diputados), aunque podrían ser 9 menos, porque en Sonsonate aún está la competencia cerrada con Arena por una diputación. El resultado oficial de la jornada se conocerá hasta el cierre del escrutinio final.
*Con reportes de Gabriel Labrador y Manuel Talavera
*Fe de errata: en la versión original de este artículo se consignó que el candidato independiente, Leonardo Bonilla, había firmado el acta de constitución del partido Gana. La versión correcta es que la firma de Bonilla apareció en las listas de respaldo que Gana presentó al Tribunal Supremo Electoral para cumplir uno de los requisitos exigidos para la creación de nuevos partidos políticos.