A la entrada del auditorio del centro cultural legislativo, hombres de saco y corbata daban la bienvenida, y junto a ellos un puñado de policías se cercioraba de que los invitados tuvieran en mano la tarjeta de invitación que había girado el presidente de la Asamblea, Guillermo Gallegos. Algunos de los que llegaban sin tarjeta mostraban a los guardias un salvoconducto igual de efectivo: la Biblia.
En la tarima destacaba, enhiesta, una bandera salvadoreña y, detrás, una valla con el escudo de El Salvador y la leyenda 'Asamblea Legislativa de la República de El Salvador'. El escudo estaba también en las tarjetas de invitación y en el frente de los atriles dispuestos en los extremos del escenario. Todo estaba dispuesto para que siete pastores de las más importantes iglesias evangélicas del país ocupasen un recinto del Estado como un púlpito para elevar oraciones y bendecir al ungido de turno.
En la precampaña no oficial de 2017, algunos políticos hicieron gala de sus mejores trucos para seducir a sus posibles votantes de cara a las elecciones municipales y legislativas de este 2018. Guillermo Gallegos, líder del partido Gana, la tercera fuerza política en la Asamblea y aliado del partido de gobierno en votaciones clave, para alcanzar su séptimo periodo como diputado (es legislador desde el 2000) desfiló con dos mensajes un tanto contradictorios. Por un lado pidió para El Salvador paz, religión y Dios acuerpado por iglesias evangélicas, mientras por el otro exigió la muerte para las pandillas, un edulcorante adictivo para la sociedad salvadoreña, que celebra y aplaude las políticas de corte represivo de los últimos cuatro gobiernos.
La Biblia y la muerte fueron una constante para Gallegos en el último año. Desde que asumió como presidente de la Asamblea, el 8 de noviembre de 2016, el diputado continuó con su cruzada antipandillas, pero al mismo tiempo presentó en público su nueva cara con un primer gran guiño a las iglesias evangélicas. Aquel 8 de noviembre, en su primera sesión como presidente, y con una Biblia sostenida con ambas manos, Gallegos salió del edificio legislativo para recibir bendiciones de pastores evangélicos afuera del edificio principal de la Asamblea Legislativa. Así Gallegos estrenó la cara de un político que ora con los ojos bien apretados. Pero el culmen de su guiño hacia la grey evangélica vino en un culto celebrado a medio año en el auditorio del centro cultural legislativo. El diputado se congració desde temprano con una feligresía que, para 2017, llegaba al 35% de la población, según las mediciones de LPG Datos.
Gallegos es un diputado que ha viajado por el mundo gracias a viáticos públicos que se han gastado sin mayor control: en seis reportes de viajes, por ejemplo, el diputado ocupó los mismos motivos y las mismas necesidades para justificar sus visitas al extranjero, pero en julio Gallegos se vendía como un siervo de Dios. “Detraś de esta persona que ustedes ven, con posturas radicales muchas veces contra la delincuencia hay un ser humano sensible, humillado ante Dios”, dijo el diputado que se autoinvitó a España y que logró que la Asamblea le pagara el viaje y la estadía y los viáticos en 2013.
Desde el culto celebrado en el auditorio del centro cultural legislativo, Gallegos potenció un 'testimonio de fe', uno en el que, según dice, Dios lo cambió a escasos días de asumir la presidencia de la Asamblea. 'En noviembre del año pasado percibí la presencia del Espíritu Santo en mi vida', dijo, a modo de preámbulo. La radio y la televisión legislativa transmitieron cada una de sus palabras en vivo, mientras los hermanos en Cristo de Gallegos que llegaron al evento aplaudían con estusiasmo.
En el salón que se había preparado para recibir el testimonio había 300 butacas, pero hombres con gafetes de la Asamblea se apresuraron a colocar sillas de plástico al fondo, dado que la asistencia había superado las expectativas. Desde el pick up P73-175, propiedad de la Asamblea Legislativa —es decir, propiedad de los salvadoreños de todos los cultos religiosos y hasta de los ateos—, empleados legislativos descargaban botellas con agua. Otras decenas de empleados y hasta gerentes habían llegado no para contribuir a los preparativos; ellos oraban. En teoría estos empleados son pagados con fondos públicos para ayudar a los diputados a cumplir con el mandato constitucional de crear, reformar y derogar leyes, pero la gerencia de recursos humanos pensó que sería una buena idea que, en su lugar, oraran junto al presidente Gallegos en horas laborales de un viernes laboral. Antes del evento, la gerencia envió tres correos a los casi 2 mil empleados legislativos: uno el martes 11, otro el jueves 13 y el tercero el viernes 14, dos horas antes de la actividad. 'El señor presidente de la Asamblea Legislativa, licenciado Guillermo Gallegos se complace en invitar a todo el personal legislativo al acto solemne de 'Oración y Clamor por El Salvador', decía el correo-invitación.
A las 9 de la mañana, otros diputados inauguraban un foro internacional sobre seguridad en el Triángulo Norte de Centroamérica mientras Gallegos, quien pidió un relevo para ese encuentro, llegó al auditorio del centro cívico cultural legislativo a orar. 'La única solución para el país es pedirle a Dios', dijo.
A lo largo de la hora y media de culto, Gallegos estuvo meditabundo, con los ojos cerrados, el rostro inclinado hacia adelante, reverente... Después de la ceremonia, al ser consultado si no veía problema en usar recursos del Estado para celebrar una ceremonia religiosa, en un Estado que es laico, respondió: 'Orar y alabar a Dios está sobre la Constitución'.
Para Dios no hay imposibles y para Gallegos, el presidente de la Asamblea, tampoco.
Siete pastores, un diputado
A aquel acto llegaron representantes de las Asambleas de Dios, del Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel, de la Iglesia del Camino, de la Iglesia de Dios, de la Iglesia Kemuel... son iglesias que congregan, fácilmente, a más de un millón de seguidores, es decir, la mitad de la comunidad evangélica de El Salvador. Tienen miles de filiales, sedes, colegios y fundaciones en todo el país; tienen sus propios canales de televisión y señales de radio. Unas, como las Asambleas de Dios y la Iglesia de Dios, se han dedicado a pescar almas desde los años 30 y 50 del siglo pasado pero nunca -dijeron- un órgano del Estado les había hecho una invitación formal como esta. El personal de la Dirección de Protocolo y Relaciones Públicas de la Asamblea estuvo muy ocupado dando la bienvenida a los líderes de las principales iglesias evangélicas en El Salvador.
De los pastores más reconocidos en la grey evangélica, solo uno no acudió a la cita. Mario Vega, pastor general de la Misión Cristiana Elim, rechazó la invitación a la ceremonia concebida para hacer 'clamor por El Salvador'. Vega no asistió porque cree que Gallegos es un farsante y porque cree que la ceremonia fue un acto esencialmente político. De proselitismo político, no evangélico. 'Siempre he estado en contra del uso político electoral que se haga de los sentimientos religiosos de las personas, principalmente cuando quien convoca ha mostrado todo, menos valores cristianos', dice Vega.
A Gallegos se le han comprobado vinculaciones con asesores y oenegés fantasmas que recibieron fondos públicos gracias a la Asamblea. Su participación en estos casos van en contra, como mínimo, de lo que le exige la Ley de Ética Gubernamental. De hecho, por una de sus obras más recientes está interpelado en el Tribunal de Ética Gubernamental, que le ha pedido explicaciones por la firma de dictámenes y votaciones en el pleno que terminaron favoreciendo con medio millón de dólares a Apdemes, una oenegé fundada y codirigida por su esposa.
Pero para 2018, Gallegos y su candidatura a la reelección están redimidos. Al menos por siete de ocho pastores de las grandes iglesias evangélicas del país. En el acto religioso de julio, en la mesa principal estuvo el pastor Mauricio Navas, de la Iglesia del Camino, el artífice de ese encuentro. Si bien Gallegos giró las invitaciones, la idea fue de Navas. 'El presidente Gallegos tomó a bien retomar la propuesta y hacer la convocatoria', dijo.
El partido de Gallegos, Gana, es desde hace más de un lustro la tercera fuerza política salvadoreña. En noviembre, cuatro meses después del encuentro evangélico, Gana mantiene el tercer lugar en la preferencia de voto para las elecciones legislativas a disputarse en marzo de 2018, según LPG Datos. Después de Arena y FMLN, Gana tiene una preferencia de voto del 4.3% y Gallegos está rankeado como el octavo político salvadoreño con mejor aceptación. Por encima de Gallegos están rostros con ansias presidenciales (el alcalde de la capital, Nayib Bukele, el exministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, y los millonarios Carlos Calleja y Javier Simán) y la diputada Ana Vilma de Escobar. Según la misma encuesta de LPG, si se restan las opiniones negativas de las opiniones positivas, Gallegos tendrá un saldo a su favor de 4.2 puntos. Para su candidatura en San Salvador, sus números en las encuestas vaticinan una gracia de Dios.
Quizá la misma gracia que pidieron para él los pastores que le acompañaron en el culto celebrado en el auditorio legislativo. Ellos decían estar asombrados por la magnitud de la ceremonia a la que fueron convocados: 'Históricamente como institución, como Órgano Legislativo nunca habíamos tenido una invitación de esta naturaleza', dijo el pastor Josué Umaña, de la Iglesia del Camino. El mismo Gallegos se declaró sorprendido: 'Yo estaba escéptico, no pensé que iban a venir, pero veo que la obra de Dios es grande', dijo. Otro de los pastores presentes, el salmista Alex Navas, dijo: “me siento honrado porque se ha abierto una puerta a nivel de gobierno, a nivel de un órgano tan importante; sabemos que esto es profético, entregar en un ambiente de gobierno nuestra nación al Señor es un honor, estamos contentos y expectantes a lo que Dios va a hacer”.
Dios lo convirtió. O al menos puso en tarima a un Gallegos pacífico y tolerante y no al Gallegos lleno de la ira del Dios del Antiguo Testamento en contra de los pandilleros. Dos años antes de su culto, Gallegos había escrito en su cuenta de Twitter: 'Ya no soportamos más desgraciados mareros. Lo que debe pasar es que tomemos la justicia por nuestras manos. Es hora que uno por 5 yaaaaa. Muerte a los mareros'.
Pero en el evento olvidó esos mensajes e inclusó no tuvo problemas en sentarse junto al pastor Toby Jr., del Tabernáculo Bíblico Amigos de Israel, con quien tuvo marcadas diferencias hace más de un año. En abril de 2016, Toby Jr. escribió en su blog sobre el desprecio que mostraba Gallegos hacia la fe y hacia los pastores. El diputado había tuiteado el 13 de abril de 2016 su convicción de que atender el problema de violencia en El Salvador con la Biblia era una tontería: 'Los que no creen en la defensa ciudadana [son] pastores. Que salgan con la biblia a ver si convencen a los mareros'. Toby Jr. respondió días después, con un post en su blog que tituló '¡Que hable la Biblia!': 'Invito a los diputados que piensan como Gallegos que se quiten la gana', escribía. 'Lean la palabra para tomar mejores decisiones', añadía.
Pero Gallegos y Toby Jr. dejaron atrás su controversia. Y Toby Jr., quien ha dicho que ve a las otras iglesias evangélicas como su competencia, vio una oportunidad para ganar terreno. 'Creo que nos han impuesto un Estado católico y que ante eso nos unamos por primera vez las iglesias evangélicas para mí es histórico, lo considero un privilegio… ¡¿Cuándo en la vida en la Asamblea Legislativa!?', dijo.
En el auditorio sonó el himno nacional y Gallegos presidió la mesa en el escenario, como si fuera un acto autorizado por la Asamblea, pero ninguna ley ni reglamento dice que el diputado presidente puede convocar a actividades religiosas de ninguna denominación en horario laboral. Ninguna de las atribuciones del presidente de la Asamblea, recogidas en el artículo 13 del Reglamento interno del Órgano Legislativo, dice que puede convocar a sesiones de oración o clamor. El numeral 1 dice que deberá cumplir y hacer cumplir la Constitución, el Reglamento y las disposiciones adoptadas por la Asamblea y la junta directiva. Y el numeral 4 dice que el presidente convocará a las sesiones plenarias, de junta directiva, y de comisión, “así como demás actos que organice o en los que participe la Asamblea”. “Fue solo iniciativa de él”, dijeron tres directivos que hablaron con El Faro.
Gallegos ignoró que la Constitución prohíbe al Estado “identificarse formal y explícitamente con una iglesia o realizar actos oficiales de adhesión, así sean simbólicos, a una creencia, religión o iglesia; ya que estas acciones del Estado violarían el principio de separación entre las iglesias y el Estado, desconocerían el principio de igualdad en materia religiosa y vulnerarían el pluralismo religioso dentro de un Estado no confesional”, según resolvió la Sala de lo Constitucional hace cuatro años, en mayo de 2013.
La Constitución no dice, explícitamente, que el Estado es laico pero las personas que en 1983 la redactaron dejaron claro, cuando estudiaban aspectos relacionados a la enseñanza en escuelas, que El Salvador no es un Estado confesional. Quedó escrito en un documento titulado Exposición de motivos de la Constitución de la República de 1983. “La Comisión tomó en cuenta y estuvo perfectamente conciente (sic) de que la religión a la que pertenecen la mayoría de los salvadoreños es la católica. No obstante lo cual, se decidió por la enseñanza laica en los centros educativos oficiales para mantener el principio de la separación de la Iglesia y el Estado. Estimó la Comisión que concesiones en este campo pueden llevar a abusos tales que conviertan a El Salvador en un estado confesional. Se tuvo también en consideraciones que existen en El Salvador religiones minoritarias, cuyos miembros se han acrecentado en los últimos años y que son ciudadanos salvadoreños que merecen todo respeto...”.
La Constitución habla, en su artículo 25, sobre el deber del Estado de garantizar la libertad de culto. “Entonces la posición del Estado es neutral respecto a las religiones y no admite manifestaciones religiosas en los actos y funciones públicas”, dice un estudio jurídico elaborado en 2013 por el Movimiento por una cultura laica en El Salvador. El artículo 83 de la Constitución dicta que la soberanía del Estado reside en el pueblo. Desde 1883, la separación entre la iglesia y el Estado se hizo obligatoria por Constitución cuando en el artículo 14 se dijo, por primera vez, que ya no se reconocía la religión católica como la fe oficial del Estado. En las versiones anteriores de la Carta Magna, se decía incluso que la religión católica contaría con la protección del Gobierno pero eso quedó abolido desde 1883.
Para Gallegos, todos esos escritos son, como los pasajes de la Biblia, sujetos a interpretación de cada quien.
El avivamiento cortesía de Gallegos
En el culto de los pastores y Gallegos, hubo un momento en que el maestro de ceremonia dio la palabra al reverendo Jeremías Bolaños. Se trataba de un momento místico en el que se leyó un poema que constaba de 22 versos, cada uno de los cuales comienza con una letra del alfabeto hebreo. Es el Salmo 145, una lectura obligada cuando de alabar las grandezas de Dios se trata. Bolaños repitió que estaban ante un “momento histórico” y los pastores que luego tomaron la palabra pronunciaron palabras similares sobre la llegada del avivamiento. “Señor, toca los órganos de gobierno, a cada uno de los políticos, personas, señor, para que comience un avivamiento a todo nivel. Viene un avivamiento poderoso a esta nación”, decía el pastor Ricardo Esquivel, del Centro Cristiano Internacional.
En el mundo evangélico, “avivamiento” alude a un movimiento espiritual que transforma a una sociedad, como ocurrió en 1906 en Los Ángeles, California. En un lugar cerca del centro, en la calle Asuza, las prédicas y alabanzas pentecostales causaron un gran movimiento que incrementó exponencialmente el tamaño de la iglesia. En el auditorio legislativo, un pastor mencionó que Gallegos abrió una puerta que ya nunca se cerraría. “Así es donde inician los avivamientos cuando las naciones son entregadas al señor, aquí es el inicio de algo grande”, dijo Alex Navas, salmista de la Iglesia del Camino.
Cuando Gallegos tomó el micrófono, dijo una frase que arrancó aplausos entre los asistentes. “Dios es la respuesta de todo”, dijo. Y entonces habló de ese retiro espiritual que hizo en noviembre de 2016, a tan solo unos días de asumir la presidencia, en donde el Espíritu Santo lo tocó y le cambió la vida. Hasta ese momento, Gallegos tenía una fortuna de 3 millones de dólares que aún ahora no ha podido justificar ante la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia. El próximo reporte sobre sus cuentas bancarias y su patrimonio lo entregará al cierre de esta legislatura, en abril de 2018.
La historia de la conversión espiritual de Gallegos es menos impresionante que la del apóstol Pablo, quien dejó de ser asesino para seguir a Jesús y predicar el evangelio, pero según Gallegos, su transformación fue algo así: “A principios de noviembre sentí la presencia del espíritu santo en mi vida. No era presidente de la Asamblea. Para entonces yo sentía una gran carga y una gran responsabilidad de enfrentar la presidencia de la Asamblea y andaba buscando respuestas o alguna solución cómo enfrentar esta situación, y la hallé con la presencia del Espíritu Santo. Gracias a Dios, desde el primer día, yo me puse en manos de Dios”, dijo, y de nuevo, los aplausos estallaron en el auditorio.
Gallegos mencionó que tenía un discurso preparado para la ocasión pero que no le interesaba leerlo pues prefería decir lo que sentía en el corazón; habló del arrepentimiento, pero no mencionó estar arrepentido por beneficiar a la oenegé de su esposa con fondos del presupuesto general. Sus arrepentimientos van de otra cosa: “Me atreví a decir –y el pastor Toby lo sabe, tuvimos alguna diferencia y acepto ese error- cometí ese error en decir que Dios solo ve acciones y no oraciones. Qué error de mi vida, me equivoqué, he logrado comprender que el poder de la oración es fuerte”, dijo.
Gallegos llegó al culmen de su predica cuando reveló el secreto para solucionar uno de los principales problemas de El Salvador: “He logrado entender que la única solución que tenemos como país es pedirle e invocarle a Dios para que nos pueda ayudar a solucionar los problemas de este país, principalmente la delincuencia”, dijo.
Pero Gallegos, en realidad, piensa más en las armas y la muerte para solucionar la violencia y erradicar a las pandillas, para él las principales causantes de todos los males de El Salvador. 'El diputado Gallegos es quien peor habla en contra de la vida', dice Mario Vega, de la Iglesia Elim, el único pastor que no acudió a la cita. Vega hace alusión al hecho de que, por ejemplo, en abril, Gallegos financió a ciudadanos del departamento de La Paz la compra de armas de fuego. Les dio dinero para que las legalizaran y combatieran la delincuencia. Por esos días también había propuesto una ley para crear autodefensas antipandillas, acciones que calzan con su política de exterminio de pandilleros. En octubre de 2016, por ejemplo, colgó esta frase en su cuenta oficial de Twitter: 'Los pandilleros son unos desgraciados, están llevando luto y dolor a nuestro tan sufrido pueblo, solo eliminándolos dejarán de matar'.
Por eso Vega no confía en Gallegos: 'Yo eso lo veo totalmente opuesto al modelo de Jesús y eso me hace pensar que él (Gallegos) no ha tenido un encuentro con un Dios y, si lo hubo, habría que ver cuál Dios'.
Cinco semanas después de externar al país su transformación, Gallegos continuó con ese discurso que disuadió a Vega de atender la invitación. 'Aquel pandillero que se oponga a la ley, tendría que ser aniquilado', dijo el presidente de la Asamblea Legislativa el miércoles 23 de agosto de 2017, en una entrevista en la radio YSKL.
Y todavía en diciembre siguió con el mismo tono: 'Como es posible que se busque más un policía que un terrorista (sic)', dijo, en alusión a la recompensa de 5 mil dólares que la Policía había ofrecido a cambio de información del paradero de un agente acusado de herir a otro policía.
El último día del año, Gallegos también dio un retuit y un favorito a cada uno de estos dos mensajes: 'Pandillero fallecido en lotificación El Trébol, en Quezaltepeque. Foto Á. Gómez', de @prensagrafica y 'Un pandillero murió esta mañana al enfrentarse a policías en Quezaltepeque, La Libertad, según la Policía'.
En la mañana del 2 de enero de 2018, a nada de la campaña y la elección, en su primera entrevista del año en Frente a Frente de la Telecorporación Salvadoreña, Gallegos continuó con esta su otra cruzada: 'Una gran cantidad de mujeres y de salvadoreños han sido asesinados por pandilleros cobardes. Debe explorarse la posibilidad de implementar pena de muerte', dijo.
Dios sobre la ley
En julio pasado, el culto del diputado Gallegos concluyó cerca del mediodía de un día laboral.
Los empleados legislativos que asistieron al avento salieron en búsqueda de un merecido almuerzo. La Ley de ética gubernamental, en su artículo 6, prohíbe a los empleados públicos y funcionarios “realizar actividades privadas durante la jornada ordinaria de trabajo, salvo las permitidas por la ley”. Otra prohibición es “[e]xigir o solicitar a los subordinados que empleen el tiempo ordinario de labores para que realicen actividades que no sean las que se les requiera para el cumplimiento de los fines institucionales”.
Cuando el ungido diputado Gallegos salió del recinto aceptó una segunda ronda de preguntas.
—Diputado, no nos habíamos enterado de su conversión.
—Je, je, je, no me convertí… Tuve la oportunidad de experimentar la presencia del Espíritu Santo en un retiro espiritual que tuve, fue justamente antes de asumir la presidencia de la Asamblea Legislativa. Un amigo me decía que mi vida política era como una pared manchada y que yo vine y agarré un bote de pintura y comencé a pintarla.
—La cheleó.
—La chelié, pero no es eso, es la presencia de Dios y creo que es importante que todos los salvadoreños podamos sentir.... bueno, esto depende de la fe que podamos sentir, la presencia de Dios.
—Los pastores decían que esto era un evento sin precedentes.
—Como dije en mi testimonio, yo no fui el que concertó esta idea ni la pensé ni lo propuse. Yo estaba un poco incrédulo pero bueno, la voluntad de Dios ha sido así y gracias a Dios ha sido un evento muy especial.
—Presidente Gallegos: el Estado es laico, pero ocuparon recursos del Estado para este evento: la convocatoria, los empleados, el auditorio, la convocatoria en redes sociales, las tarjetas con el logo… ¿No cree que hay un problema?
—Yo pagué tarjetas, e hice la convocatoria para honrar y alabar a Dios. Creo que no importa poder ocupar estos espacios. Si alguien quiere juzgar y quiere ver mal esto, pues, que lo juzgue. Yo estoy muy complacido y honrado de poder hacerlo.
—La Constitución dice que las autoridades solo pueden hacer lo que les compete según la ley, y eso no está en sus atribuciones de presidente.
—Sí, pero para honrar y alabar a Dios está sobre la Constitución.
—¿Cuánto costó?
—Nada, absolutamente nada para la Asamblea Legislativa.
—Aunque hay empleados…
—Yo les autoricé, yo asumo la responsabilidad. El empleado que quisiera honrar y alabar a Dios podía venir.
—El Código Penal habla de un delito que se llama actos arbitrarios.
—Asumo toda la responsabilidad y si alguien quiere ir a denunciarme o señalarlo que lo haga, pero Dios va a estar conmigo ahí.
Un hombre que pasaba a nuestro costado escuchó a Gallegos y gritó: '¡Amén!'.