Un reconocido opositor venezolano ha servido como jefe de campaña de Nuevas Ideas, el partido del presidente Nayib Bukele que conquistó el control de la Asamblea Legislativa el pasado 28 de febrero.
Lester Toledo, un hombre reconocido en círculos conservadores de Estados Unidos y Venezuela, también es el administrador del padrón del partido de la N. En la campaña de alcaldes y diputados de 2021, Toledo se presentó ante las bases como “senior campaign manager” de NI, y tiene funciones como el diseño de comandos de campaña, la movilización de la militancia y su entrenamiento para ejercer la defensa del voto.
El venezolano comenzó a trabajar con la familia Bukele desde 2018, poco después de la expulsión de Nayib Bukele del FMLN en 2017, cuando él y su grupo aún intentaban organizar un nuevo partido para las presidenciales de 2019. Toledo mismo contó sus inicios con el equipo en una conferencia privada de especialistas de comunicación política realizada el 22 de julio del año pasado en Washington. “Él venía de ser alcalde con la bandera del FMLN, que era un partido tradicional, y siempre le pusieron toda la organización”, dijo. Según su versión, el equipo de Bukele lo contactó en Colombia, a finales de 2018, para elaborar un diagnóstico y una estrategia para la campaña presidencial.
El Faro obtuvo recientemente acceso a una grabación del evento, al que Toledo fue invitado como un gurú para explicar su trabajo en El Salvador. En su ponencia, describió su incorporación en la campaña presidencial que lideró Karim Bukele, el hermano más poderoso del clan familiar, en 2018: “El comando de campaña de Bukele eran 14 personas, él incluido: Bukele; sus tres hermanos, diez colaboradores que se reunían en la agencia de sus hermanos y ahí elaboraron las propuestas del presidente”, relató Toledo.
A último minuto, Gana aceptó prestar el partido para que pudiera competir en las elecciones presidenciales de febrero de 2019.
Toledo evidencia algunos rasgos fundamentales de la estrategia de Bukele: su cercanía a los círculos políticos conservadores internacionales, la importancia de las redes sociales y la lealtad al líder como valor más importante.
El venezolano es socio de Salto Ángel Consulting, empresa que promociona su trabajo con El Salvador como parte de sus éxitos, por el que recibieron una mención en los Washington Academy Awards, de la organización Napolitan, como una de las “firmas revelación del año” por su labor de “movilización de bases” en la campaña de Gana/Nayib Bukele 2019.
Aunque ya era de dominio público que Toledo trabajaba para NI, no se conocía cuál es su rol y qué nivel de influencia tiene en el proyecto político de Bukele. En julio de 2020, asumió la construcción de la planilla de candidatos a diputados y alcaldes para la elección del 28 de febrero de 2021, a través de una plataforma virtual utilizada para las internas de Nuevas Ideas. “El equipo de Salto Ángel Consulting organizó la primera elección virtual de la historia de El Salvador. Participaron 160,000 personas. Fue un modelo para cualquier partido de la región. El sistema no se cayó nunca y otorgó los resultados al minuto”, dijo en la conferencia.
A finales de julio, hubo denuncias de fraude en las internas de NI, que incluían compra de votos e ingreso de chips de teléfonos fraudulentos. La Comisión Nacional Electoral del partido respondió que sí detectaron que precandidatos compraron chips de teléfonos para votar varias veces, pero que con una validación de documentos de identidad bloquearon a los que intentaron hacerlo.
Aunque no está claro cuánto gana Toledo ni si el partido le paga directamente a él o a su empresa, en la práctica se convirtió en el segundo al mando del partido. En noviembre del año pasado, acompañó al presidente de NI, Xavier Zablah, a inscribir la planilla de candidatos a diputados y alcaldes. Toledo compartió en su Instagram una fotografía con Zablah, en la que aparece una pancarta del partido. “El compromiso es poner nuestro granito de arena para GANAR de nuevo #Operación2021”, escribió.
El Faro intentó obtener una entrevista con Lester Toledo para pedir más detalles de su trabajo en El Salvador, pero no respondió llamadas ni correos.
Un socio de Guaidó y de Leopoldo Lópéz
Lester Toledo es un abogado de 38 años que en 2007 participó en las protestas para frenar una reforma constitucional impulsada por Hugo Chávez y en 2009 fundó el partido Voluntad Popular junto con Leopoldo López y otros opositores. Tras su exilio en 2016, se dedicó al entrenamiento de comandos de campaña. En febrero de 2017, se trasladó a España, donde el conservador Mariano Rajoy, entonces primer ministro español, le concedió la nacionalidad. Toledo participó en la organización de las internas del derechista Partido Popular.
Toledo trabajó para Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea venezolana que a inicios de 2019 se autoproclamó presidente interino de Venezuela, como coordinador de la ayuda humanitaria que desde Miami fluye hacia su país. En febrero de 2019 acompañó a Guaidó al Venezuela Aid Live, un concierto benéfico en Cúcuta, en la frontera de Colombia-Venezuela, que contó con el respaldo del presidente colombiano, Iván Duque; el presidente chileno, Sebastián Piñera; el senador estadounidense cubano-americano, Marco Rubio y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Toledo se define como una persona obsesiva con la recopilación de datos y con la creación de perfiles de activistas, defensores del voto y líderes de la militancia. Tiene una metodología para hacerlo: los círculos de confianza. “Identificamos al que simpatiza con la campaña, luego al que está dispuesto a votar por ti, el que quiere aportar su tiempo libre, el que está dispuesto a dedicar 24/7 a la campaña y por último al que está dispuesto a donar”, explicó en su ponencia, mientras mostraba una diapositiva con jerarquías entre afiliados y simpatizantes. A mayor compromiso, explicó, la persona se ubica en un círculo más cercano al candidato. “Eso te va a permitir segmentar hasta llegar al candidato y su círculo cercano: su familia, su equipo de campaña, que obviamente matarían por él”.
Explicó su método para reclutar: “Yo mido la cantidad de tuits, de retuits y los comentarios. Si la persona no tiene redes, mido asistencia a los eventos. Si es una persona comprometida, nosotros le vamos subiendo la escala y termina siendo parte del comando de campaña”. También presumió que su empresa tiene herramientas para recopilar datos y medir el compromiso de la gente. “Las personas más comprometidas y que tienen más estrellas, que le pondrían el pecho a una bala por el candidato, son las que ponemos en los centros de votación, porque tienen un compromiso muy alto. Nadie las va a comprar ni amedrentar con violencia”, dijo.
El primer experto de NI
Toledo asegura que, cuando se integró al equipo de Nayib Bukele, supo que meses atrás el comando de campaña integrado por 14 personas organizó una recolección de 200.000 firmas en un fin de semana.
El venezolano pidió esa información para entrenar al equipo que defendería el voto a nivel nacional. Karim Bukele respondió que “el comando de campaña no se quedó con la data de nadie”, que toda la información había sido entregada al Tribunal Supremo Electoral (TSE). A partir de esta experiencia, el venezolano exigió que en todas las actividades captaran información de los asistentes y de todos los colaboradores. El 9 de diciembre de 2018, Bukele lanzó en su página de Facebook la plataforma web xelsalvador.com, una página con la que promocionaron la inscripción de voluntarios para cuidar el voto el día de la elección presidencial. El sitio fue desarrollado por Salto Ángel Consulting, la empresa de Lester Toledo.
El venezolano cuenta que crearon un sistema de incentivos para aquellos que lograran movilizar a más voluntarios: desde promocionales, gorras y camisetas, hasta una cena privada con Bukele. “Las diez personas que más gente movilizaron tuvieron como premio una cena con el candidato. Esta estrategia nos permitió inscribir a 412,000 personas”, dijo Toledo, quien describe que en su mayoría era gente muy joven que nunca había participado cuidando urnas, y de ahí seleccionaron un grupo más pequeño de 80,000 personas para capacitarlas en salones con pantallas gigantes donde asistían hasta 1,000 personas a la vez y donde él explicaba el funcionamiento de los centros de votación y el monitoreo de las actas. En una de las fotografías aparece Toledo y, de fondo, un mapa de El Salvador proyectado en una pantalla junto con los conceptos Junta Receptora de Votos (JRV) y Junta Electoral Municipal (JEM). “Capacitamos a los defensores y el candidato juramentó a más de 80,000 personas que colaboraron”, explicó.
Mientras los partidos tradicionales organizan a sus líderes de manera rudimentaria, casi que en papel, la empresa de Toledo fue capaz de movilizar a través de plataformas virtuales a sus bases y de construir un robusto respaldo electoral para Bukele, que en los últimos tres años no ha parado de crecer. Pero en 2020, más allá de la transformación en la forma de movilizar militancias, también influyó el tema de los recursos: NI lideró el gasto en campaña electoral para las elecciones legislativas y municipales. Según estimaciones de la organización Acción Ciudadana, de noviembre de 2020 a enero de 2021, NI gastó $7,134,473.92 en su campaña, seguido del partido Arena, que destinó $725,659.
En la videoconferencia, Toledo dijo que su empresa manejó la distribución de la pauta de publicidad del partido en redes sociales, una de las herramientas que usaron para segmentar mensajes durante los meses de confinamiento ordenados para contener el avance de la pandemia. “El señor Mark Zuckerberg nos debería dar regalías de Facebook, porque toda la plata que se podían gastar en volantes y en territorio lo que hicieron fue meter pauta, publicidad”, dijo en modo de broma en ese foro.
El equipo de Salto Ángel Consulting que trabaja para Nuevas Ideas es liderado por cuatro venezolanos: Lester Toledo, Lender Toledo, Esteban Vicuña y Víctor Julio Barboza. Para la campaña legislativa y municipal, cinco opositores venezolanos, vinculados a Voluntad Popular (Zulia), participaron como voluntarios en las capacitaciones de defensa del voto: Ángel Machado, Danny Lozada, Efrendy Campos, María José Vásquez Fossi y Andrea Márquez.
Los venezolanos que trabajan para el Gobierno
El 17 de febrero de 2021, el presidente Nayib Bukele anunció que daría un discurso en la Unidad de Salud Atlacatl, en San Salvador. En ese lugar, colocaron un módulo construido, según el Gobierno, como parte de la logística para llevar las vacunas contra el Covid-19 a todo el país. Al evento también asistió la directora del Seguro Social, Mónica Ayala, y el ministro de Salud, Francisco Alabí, quien había llegado al lugar antes que el mandatario. Entre los que organizaban la logística del evento estaban cuatro venezolanos.
Al módulo donde Alabí vacunaría a la enfermera Mirna Moreno, la primera persona que recibió la vacuna en el país, ingresó un hombre calvo. Era Esteban Vicuña, socio de Toledo en Salto Angel Consulting, quien lo acompaña desde sus tiempos como diputado en Venezuela. Minutos antes, otra venezolana llamada Sara Hanna había estado en el mismo lugar donde Alabí esperaba el arribo del mandatario. Otros dos venezolanos, Miguel Sabal y Miguel Arvelo, esperaban en un área restringida para la prensa, cerca del módulo y de la tarima. Las funciones de estos últimos en la administración Bukele, así como la remuneración que reciben, son desconocidas porque esa es información reservada.
El 16 de diciembre de 2020, el Ministerio de Salud respondió a un ciudadano que pidió esa información que Lester Toledo, Sarah Hanna, Miguel Sabal y Miguel Arvelo no aparecían como empleados en los registros de Recursos Humanos de la institución. Capres, en cambio, declaró que los contratos con estos asesores eran “inexistentes” y “reservados”, según una respuesta del 2 de julio de 2020.
El miércoles 24 de febrero, cuatro días antes de las elecciones, El Faro llamó a Vicuña para hacerle preguntas sobre el trabajo de su empresa para el Gobierno y para NI: “estoy en un evento, pero mañana con gusto a las 8 am puedo responder a todas sus preguntas”, contestó. La mañana del jueves no contestó cinco llamadas, ni preguntas enviadas por correo y por aplicaciones de mensajería.
A inicios de junio de 2020, circuló en redes sociales un memorando del Instituto Nacional de Salud . En el documento del 1 de junio, una técnica de laboratorio reportaba a Xóchitl Sandoval, subdirectora del INS, que había recibido instrucciones por Whatsapp de dos delegados de Casa Presidencial, Sara Hanna y Miguel Arvelo, para no procesar pruebas de Covid-19. El memorando precisa que el 23 de mayo, Hanna pidió que no procesaran 1,674 muestras recibidas en fechas anteriores; y también señala que el 24 de mayo Arvelo dio indicaciones de no recibir muestras de vigilancia centinela, recopiladas en hospitales y unidades de salud, y de apegarse a un cronograma donde estaban especificadas las muestras a las que les tenían que dar prioridad.
El 11 de junio, El Diario de Hoy publicó las denuncias de la Unidad de Sindicatos de Trabajadores de Salud Pública de El Salvador contra Sabal y Arvelo. “A pesar de existir autorización para tomar pruebas de Covid-19 (al personal de primera línea), el señor Miguel Arvelo se opone”, dijeron los sindicalistas. Según el artículo, Sabal y Arvelo se presentaron a los laboratorios Max Bloch y a los laboratorios de San Miguel como asesores del presidente Bukele y dieron instrucciones de no hacer pruebas al personal de primera línea que presenta síntomas de Covid-19. “Ellos acosan y maltratan al personal, a los trabajadores de laboratorios”, dijeron los empleados.
Aunque Toledo ha dicho en programas de entrevistas en Miami que trabaja para NI, él también ha participado en reuniones del gabinete, y en abril de 2020 acompañó al presidente Bukele a un evento de planificación y de promoción del Programa de Emergencia Sanitaria. El 30 de abril, el venezolano compartió en Instagram una fotografía en el “Centro de Operaciones del Plan de Emergencia”, en las Aduanas de San Bartolo, en Ilopango, y en la descripción dijo que “junto con el presidente Bukele” participó en la planificación de “un conjunto de acciones para que la población no sienta con tanto impacto los efectos económicos causados por la pandemia”. En ese mismo lugar, el presidente Bukele dio una conferencia de prensa el 18 de mayo junto con su hermano Karim, para anunciar el programa de entrega de canastas de alimentos, pero antes ambos fueron recibidos por Toledo, quien les dio un recorrido por las instalaciones. Ni Karim Bukele ni Toledo son, al menos públicamente, funcionarios de este Gobierno.
Seis días antes, el 12 de mayo, Toledo estuvo en Casa Presidencial y en una fotografía aparece como expositor frente a funcionarios del gabinete que participan en la compra, importación y distribución de los paquetes de alimentos, entre los que destaca el director de la Policía, Mauricio Arriaza Chicas, y el ministro de Agricultura, Pablo Anliker, quien autorizó las compras millonarias de alimentos por más de $200 millones. “Antes de comenzar el Plan de Emergencia Sanitaria. Contento de poder ofrecer nuestra capacidad de trabajo, nuestras ideas, sueños y talentos al servicio público”, publicó Toledo. Para describir la reunión, repitió el discurso que el Gobierno ha intentado posicionar desde abril: “El Salvador es el país de la región que mejor ha manejado esta pandemia en todos los números y eso pasa porque tiene al frente a personas capaces y comprometidas, liderados por el Presidente Bukele”, dijo Toledo.
