La Presidencia de la República se ha comprometido a permitir auditorías a los gastos secretos del quinquenio 2019-2024 y dijo que estos fondos serán utilizados de manera exclusiva para el funcionamiento del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE). Aunque el proceso no fue explicado con detalles, de llegar a concretarse, rompería con un blindaje que los gobiernos del FMLN y de Arena forjaron alrededor de unos fondos que se usaron de manera discrecional y sin rendir cuentas en los últimos 30 años.
Bukele plantea que los únicos gastos secretos en su gestión serán los 'gastos de inteligencia', pero el cambio de nombre a la que durante años fue conocida como 'partida de gastos reservados' no es algo nuevo. Ya el gobierno de Salvador Sánchez Cerén incluyó los gastos reservados por primera vez en el Presupuesto 2019 con el nombre 'Unidad Presupuestaria Inteligencia del Estado'. La diferencia ahora estriba en el compromiso de la Presidencia para que esos fondos sean auditados, un paso vedado por las gestiones anteriores, pese a que la Constitución faculta a la Corte de Cuentas para ese fin.
Solo en noviembre de 2018, el gobierno saliente insistía en que no permitirán auditorías a la partida de gastos reservados porque, según Manuel Melgar, entonces secretario privado de la Presidencia, esos gastos eran 'secretos'. 10 meses después, en una conferencia desde Casa Presidencial, Bukele da vuelta a esa concepción y ha prometido que los fondos destinados para el OIE podrán ser auditados, aunque especificó que esa información tendrá un sello de uso confidencial.
El anuncio de Bukele ocurre una semana después de que El Faro reveló que su presidencia había usado $2,114,961.56 de la partida secreta entre el 18 de junio y el 31 de julio de 2019. Bukele, que en campaña prometió desaparecer esos gastos, no solo comenzó a usarla, sino que al segundo día de su gestión catalogó el destino de esos fondos como “secretos de Estado”, a través de una reforma al Reglamento del Órgano Ejecutivo, publicado en el Diario Oficial.
Según el mandatario, su gobierno ha usado la partida “54315 Gastos Reservados”, pero él no ha incumplido su promesa de campaña de eliminar la partida secreta. “El Presupuesto 2019 no fue aprobado por nosotros. Nos tocó administrar los últimos meses de 2019. No es nuestro presupuesto, pero lo estamos ejecutando”, dijo.
Este 12 de septiembre, Bukele explicó que en tres meses ha usado 3 millones de dólares de la partida de gastos reservados, y que todos esos fondos fueron utilizados por el OIE. Exdirectores del organismo han revelado a El Faro que el presupuesto promedio -mensual- asignado para el Organismo de Inteligencia del Estado fue, en gobiernos anteriores, de $500 mil dólares mensuales.
El mandatario insistió en que cumplirán la promesa de suprimir la partida de gastos reservados en el proyecto de Presupuesto 2020 que se presentará a la Asamblea Legislativa a finales de septiembre. “En nuestro primer presupuesto (el de 2020) vamos a cumplir la promesa de eliminar la partida de gastos reservados. Lo vamos a eliminar en septiembre. Nuestro primer presupuesto solo va a llevar los gastos desglosados y (que podrán ser) auditados de la OIE”, aseguró Bukele.
El presidente insistió en que los únicos gastos secretos de su Presidencia serán los relativos al OIE, que se llamarán “gastos de inteligencia”. Según Bukele, para impedir la opacidad incluso en esos fondos, “vamos a poner tres tipos de auditorías al OIE”, aseveró.
Aunque no profundizó en qué tipo de auditorías iba a permitir, de cumplirse esta promesa, la administración de Bukele estaría rompiendo con la opacidad de las administraciones anteriores. Hasta la fecha, ningún presidente había permitido auditorías a los gastos secretos, aseguró a El Faro la titular del ente contralor, Carmen Elena Rivas, en julio de 2018. En octubre de ese año, El Faro reveló que el expresidente del ente contralor, Hernán Contreras, ordenó realizar informes de auditoría falsos a la gestión del expresidente Antonio Saca, condenado por el desvío de 300 millones que salieron a través de la partida secreta.
Esta administración presidencial, según el ministro de Hacienda Nelson Fuentes, dispone de 20 millones de dólares para hacer gastos secretos hasta el 31 de diciembre de 2019. Bukele aseguró que el OIE ha costado, durante su administración, un millón de dólares mensuales. Dijo que en tres meses, los gastos secretos de su gobierno equivalen a lo mismo que Sánchez Cerén gastaba en un mes y que en tres meses ocuparon la mitad de lo que Funes ocupaba en un mes, 5.8 millones de dólares.
En tres meses, Bukele ha usado, en promedio diario de $32,608 de la billetera secreta de la Presidencia. Salvador Sánchez Cerén usó un promedio diario de 100 mil dólares durante sus cinco años de gobierno; Mauricio Funes, 192 mil dólares; Antonio Saca, 165 mil dólares; Francisco Flores, 79 mil dólares y Armando Calderón Sol, 31 mil dólares. De la gestión de Alfredo Cristiani (1989-1994) se desconoce el monto global de los gastos secretos, pero en los últimos 151 días de su gestión, Casa Presidencial gastó en secreto un promedio de 36 mil dólares diarios. En total, en las últimas seis administraciones, la Presidencia ha gastado, en secreto y sin rendir cuentas, 1,044 millones de dólares.
Corte de Cuentas no ha sido notificada
Según la Constitución, la Corte de Cuentas es el ente contralor de la República, y la institución que por ley tiene facultades para auditar los fondos públicos que administran las instituciones del Estado. Sin embargo, hasta la fecha, la presidenta de la CCR dice que todavía no han sido notificados por la Presidencia si podrán auditar las cuentas de la Casa Presidencial. Según Carmen Elena Rivas, el anuncio de la Presidencia ha sido una sorpresa.
Hasta la primera semana de septiembre, la CCR ya había logrado enlaces con la Presidencia para poder auditar el período de Salvador Sánchez Cerén. Sobre el anuncio de Bukele, Rivas responde: 'No hemos recibido comunicación oficial para recibir documentación solicitada de gastos reservados de la actual administración. Estamos pendientes de la entrega de información para planificar la auditoría, según normas de auditoría gubernamental'.
La Presidencia todavía no ha explicado desde cuándo viene trabajando este plan, en el que se incluirán auditorías. Desde junio, El Faro ha intentado conocer el funcionamiento de la partida de gastos reservados a través de la Secretaría Privada, pero el secretario Ernesto Castro nunca atendió las reiterados sollicitudes de este medio.
En la conferencia, Presidencia dejó entrever que en estos tres meses han elaborado manuales para implementar controles institucionales a los gastos del OIE y para mejorar los procesos de auditoría interna. Durante la conferencia, no profundizaron en los controles, pero dijeron que se basaron en la Ley de la Corte de Cuentas. El artículo 45 de la Ley CCR establece que el ente contralor puede auditar gastos reservados. 'Cuando las operaciones o actividades objeto de examen sean clasificadas o reservadas, serán examinadas con ese mismo carácter'.
La promesa de Bukele de implementar controles institucionales a los gastos reservados coincidió con la firma de una carta compromiso entre el gobierno de El Salvador y la Unión Europea. En el Salón de Honor de Casa Presidencial, Bukele se comprometió a que su gobierno no va a recortar fondos de cooperación internacional para engrosar los fondos reservados. “Firmamos una declaración de que no se van a transferir fondos de cooperación a la cuenta que ya no va a existir (los gastos reservados), pero tampoco a la cuenta de gastos de inteligencia”, dijo Bukele.
La directora para América Latina y El Caribe de la Dirección General de Cooperación y Desarrollo de la Unión Europea, Jolita Butkeviciene, dejó claro que los préstamos y las contribuciones no pueden ser usados para gastos secretos. “Con este acuerdo el Gobierno de El Salvador se compromete a no usar fondos para destinos que no fueron aprobados. Muy especialmente su desviación como fondos reservados evitando problemas como los que se dieron en el pasado y que están en investigación”, dijo.
El gobierno de Mauricio Funes, según la Fiscalía, desvío una donación de 4.5 millones de dólares, que debían ser usados para el “Programa de Apoyo a Comunidades Solidarias en El Salvador (PACSES)”, un programa que consiste en la entrega de ayuda monetaria condicionada a un grupo de familias que viven en los municipios considerados como de extrema pobreza. Entre el 28 de septiembre de 2012 y el 26 de octubre de 2012, $2.5 millones de dólares, aportados por la Unión Europea, y $2 millones de dólares de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) salieron de Casa Presidencial a través de 6 cheques a nombre de “Gastos Operativos de la Presidencia de la República”, uno de los endosos utilizados para los gastos secretos. Ese es el último rastro que existe de esos fondos.
El ministro de Hacienda, Nelson Fuentes asistió como testigo de honor, de Bukele y Butkeviciene, a la firma del acuerdo. En junio de 2018, tras las primeras capturas ordenadas por la Fiscalía por el desvío de 351 millones de dólares de gastos reservados del gobierno de Mauricio Funes, Fuentes participó en una conferencia de prensa del gobierno de Salvador Sánchez Cerén. Cuando fue consultado por El Faro sobre el manejo que hizo el ministro de ese entonces Carlos Cáceres de los fondos PACSES, Fuentes defendió la gestión de su predecesor quien ocupó el cargo entre el 1 de junio de 2009 hasta marzo de 2018. 'Creo que él ha cumplido con la ley y con los procesos presupuestarios', aseguró Fuentes.
La reorientación de donaciones de la cooperación internacional fue uno de los mecanismos que usaron administraciones presidenciales pasadas para engrosar la partida de gastos reservados y para gastar más de lo aprobado. Otro de los mecanismos utilizados, al que no hicieron referencia, fue los recortes internos al presupuesto de Presidencia. Entre el 5 y el 21 de diciembre de 2018, Hacienda aprobó cuatro acuerdos que le permitieron a la Presidencia de Salvador Sánchez Cerén mover más de 10 millones de dólares de diferentes secretarías y oficinas adscritas al Ejecutivo para alimentar la partida de gastos reservados, entre las oficinas afectadas estaba Inclusión Social y la Secretaría de Transparencia. Los recortes internos contaron con la venia del actual ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, quien luego se desligó del destino de los fondos reorientados. 'Si Presidencia ocupó esos recursos posteriormente para el objeto específico 54315 (gastos reservados), fue una decisión en la que no participó Hacienda”, dijo.
Por el manejo discrecional de fondos de la partida secreta, el último presidente de Arena, Antonio Saca fue condenado a 10 años de prisión. El mandatario usó fondos públicos, de la billetera secreta de Presidencia, para construirse un mansión en el volcán, para hacer pagos a sus empresas radiales, para financiar campañas del partido Arena y para pagar sobresueldos. Mauricio Funes, el primes presidente del FMLN, enfrenta una acusación por el desvío de $351 millones de dólares, $10 millones sirvieron para pagar lujos y excesos del mandatario y de su círculo cercano. Funes es prófugo de la justicia y tiene la protección del régimen de Daniel Ortega, que le concedió primero asilo en Nicaragua y posteriormente le dio la nacionalidad para bloquear su extradición a El Salvador.
*Con reportes de Gabriel Labrador