Frente a la fachada austera del Ministerio Público (MP) de Guatemala, un edificio gris con una docena de grandes ventanales cuadrados, se han congregado cientos de manifestantes. Son parte de los miles que protestan por todo el país desde el lunes 2 para forzar un paro nacional. Los han convocado diversas organizaciones de autoridades indígenas y exigen, mes y medio después de las elecciones de agosto, que se respeten los resultados y renuncie la fiscal general Consuelo Porras, cabeza visible del intento de boicotear la victoria del socialdemócrata Bernardo Arévalo e impedir el traspaso de poder previsto para enero.
Son ya cuatro días de bloqueos en las principales carreteras del país e incluso el Puerto Quetzal. Académicos y universitarios, sindicatos, colectivos de campesinos, organizaciones de derechos humanos, y un creciente número de analistas y periodistas se han unido a las demandas en un lento crescendo, al tiempo que los episodios de represión policial se repiten. En la capital, el MP mantiene cerradas sus cortinas.
Aleisar Arana es el Huxi Hurak (presidente) del Parlamento Xinka, que aglutina a las autoridades del segundo pueblo indígena más numeroso de Guatemala después de los mayas y, junto a grupos de mayor fuerza como los 48 Cantones de Totonicapán o las alcaldías indígenas de Sololá, alrededor del lago Atitlán, echa estos días en las calles un pulso al poder político tradicional. “Me preguntan, ‘¿Por qué están bloqueando (las calles)?’”, dice en esta entrevista con El Faro, “Pero los que están bloqueando (el país) son la Corte de Constitucionalidad, la justicia. Es Consuelo Porras. Nomás dejen de bloquear ellos, nosotros nos quitamos corriendo”.
Arana acusa al presidente Alejandro Giammattei y el sector privado conservador de dirigir tras bambalinas los ataques a las elecciones y contra Arévalo, a través del sistema de Justicia, pero expresa optimismo. Aunque apenas el Parlamento Xinka apenas tuvo con él en agosto “una reunión bien cortita porque siempre andan con prisa”, cree que Arévalo cumplirá sus promesas de lucha contra la corrupción, y sus compromisos en materia de freno a las concesiones de minería y reconocimiento de sus derechos sobre tierras ancestrales. Eso, matiza Arana desde la protesta frente al MP, “si llega a tomar posesión”.
En la convocatoria a paro nacional que hizo el Parlamento Xinka el 30 de septiembre junto con multitud de alcaldías indígenas, pusieron un mantra: “No volvimos, siempre estuvimos; no somos uno, ni dos, somos todos”. ¿Qué significa?
Somos un pueblo único. Nosotros, el pueblo xinka, somos una cultura diferente a la cultura maya, pero eso no nos ha impedido articularnos, juntar pensamientos, trazar rutas hacia un mismo objetivo al cual vamos caminando.
¿Cuál es ese objetivo?
Ahorita el objetivo es que Consuelo Porras, el fiscal Rafael Curruchiche y el juez Fredy Orellana renuncien. Pero el objetivo común es encontrar la armonía entre pueblos y tener una vida digna en la cual se respeten nuestros derechos. Y un derecho importante para nosotros es el derecho a la consulta previa (antes de la aprobación de proyectos mineros). Cualquier decisión la tenemos que consultar con nuestra gente y cumplimos con lo que la población nos traslada. Dentro de nuestra cultura, este es el principio primordial: guiar obedeciendo.
Han anunciado un paro indefinido hasta que renuncie Porras. ¿Hasta dónde llega ese ‘indefinido’?
No nos vamos a mover hasta que nuestras demandas sean escuchadas. Ahorita nuestro objetivo es que el 14 de enero lleguen a tomar posesión las autoridades que fueron electas democráticamente. Sentimos que se está vulnerando esa voluntad que el pueblo mostró en las urnas.
El Parlamento Xinka y otras autoridades ancestrales ya pidieron, en julio de 2021, la renuncia de la fiscal general y eso no ha pasado todavía. ¿Están dispuestos a protestar aquí, frente al MP, durante meses?
Es un tanto difícil, porque tenemos necesidades que cumplir en nuestros territorios, tenemos trabajo. Pero en la medida de lo posible vamos a hacer toda la presión. Cuando se pidió la renuncia de Consuelo Porras (fue después de que) el fiscal Juan Francisco Sandoval tuvo que abandonar el país, pero desde antes nosotros nos opusimos a su nombramiento, porque sabíamos que Porras no era la persona idónea, honesta, que tendría que asumir un puesto tan importante como jefa del Ministerio Público.
Si la fiscal general no renuncia y los que ahora protestan se desmovilizan, ¿no teme que eso envíe un mensaje de debilidad?
Nuestra articulación con los pueblos mayas, lejos de debilitarse, se va a fortalecer más porque ya estamos conscientes de que nuestra responsabilidad como ciudadanos y pueblos originarios de Guatemala es mantener la unidad en nuestras demandas, para que esto pueda tener un buen resultado. Somos la mayoría de la población en Guatemala, y eso lo tenemos que poner a nuestro favor.
¿Cómo coordinaron el paro? ¿Qué acercamientos políticos previos hubo?
Tuvimos asambleas para juntar nuestros pensamientos y trazar la ruta, pero fue un tanto difícil porque los contextos a cada rato cambiaban. Decíamos, ‘En tal día nos vamos a movilizar, vamos a iniciar unas protestas’, pero de repente se trasladaba a otro día. Hasta ahorita se logró definir y dijimos, ‘El 2 (de octubre) iniciamos, Y que sea una movilización indefinida’.
¿Quiénes se sentaron en esa mesa?
Fuimos varias autoridades. El paro principalmente está liderado por los 48 Cantones y por Sololá. Han sido los dos pueblos históricos que han mantenido la organización y capacidad para movilizar bastante gente. Y el pueblo xinka, a pesar de que solo emergimos con los Acuerdos de Paz (el Estado de Guatemala reconoció a los Xinka en 1995, un año antes de los acuerdos), hoy hemos sido protagonistas también de esta lucha y en la defensa de nuestra tierra. Nos hemos posicionado y nos hemos dado a conocer no solo a nivel nacional sino internacional, como un pueblo con estructura muy organizada en tres departamentos, representado a través del Parlamento Xinka.
¿Hoy hay más unidad entre pueblos originarios?
Sí. Y esperamos que se sigan sumando más pueblos que han sido invisibilizados, maltratados, humillados, Me refiero, en estos tiempos, al pueblo Q’eqchi en su territorio en El Estor, Izabal y esa área.
¿Esa coordinación incluye a colectivos campesinos como CODECA?
Como autoridad ancestral siempre hemos administrado nuestras tierras comunales; el pueblo xinka es el que tiene más tierras comunales en el país. Pero nos hemos diferenciado porque no hemos hecho política partidista. CODECA y el MLP buscan poner presidente, diputados, alcaldes, que está muy bien, pero nosotros hemos insistido en que nuestra gente analice su voto y cada uno defina quiénes son las personas más idóneas. Antes nos cooptaban los partidos políticos corruptos. Tenían dinero para financiar sus campañas y tomaron el poder. La gente recibió un montón de dinero, incluso en efectivo, a cambio de su voto, pero se siente traicionada porque ahí está el resultado.
¿Confían en la Corte de Constitucionalidad y en la Corte Suprema de Justicia?
Hemos puesto amparos y hemos tocado la puerta de las instituciones para utilizar las herramientas legales que tenemos a disposición, y para que no digan que la única herramienta que tiene el pueblo es la protesta. Pero realmente no confiamos. La Corte Suprema de Justicia acaba de dar un revés: no va a conocer los amparos que puso el presidente electo. Nosotros lo dejamos bien claro antes de iniciar estas protestas, el 18 (de septiembre) vinimos acá y dijimos, ‘No queremos venir y manifestar de esa forma; atiendan el llamado del pueblo’. Pero no lo hicieron.
¿Culpan al presidente Giammattei por lo que está sucediendo?
Consideramos que él es la gran figura que dio más poder a esta estructura de corrupción y de criminales. Él es el responsable. Lo que más duele es que a través de sus discursos mentirosos dice algo y hace otra cosa. Vemos que la principal cabeza de todo el sistema de Gobierno —ya sea el Ejecutivo, Legislativo, Judicial— es él.
¿Creen que el presidente ha querido alterar el proceso electoral?
No tenemos la menor duda de que él es parte de esta situación. Ahorita (el miércoles 4) se pronunció para pedir que los guatemaltecos hiciéramos equipo, dijo que las formas no eran tomarnos las calles. Pero no nos dejan otra opción que tomarlas. Nosotros no queremos andar haciendo esto. Tenemos otras cosas que hacer en nuestros territorios.
¿Qué opinan del papel del sector privado en esta crisis política?
El sector privado es el que está arriba. Eso lo tenemos claro también. Es el que ha manejado las campañas políticas y las ha financiado. Ha puesto cortes de justicia, ha construido toda esta estructura también. Entre los culpables de la situación que vivimos hoy están los monopolios que controlan el comercio. Ellos nos tienen en esta situación y apenas desde ayer han salido con pronunciamientos pidiendo que la Corte de Constitucionalidad resuelva para salir de esta crisis. Ojalá que al que siempre ha tenido el poder sí le hagan caso.
La Cámara del Agro pidió este lunes que la Policía Nacional Civil “despejara las vías” de tránsito que ustedes bloquean. ¿No cree que estas movilizaciones podrían provocar un miedo aún mayor de los sectores conservadores al cambio político y a un gobierno de Arévalo?
Estamos pidiendo únicamente que nos respeten, que la situación cambie. Yo tengo 60 años. He visto un gobierno tras otro y la situación sigue en retroceso. Hoy nos manifestamos porque vemos clara la opción del presidente electo. Trae otro sistema. Él ha sido claro en que va a combatir la corrupción. Si llega a tomar posesión, ojalá lo haga. Y ahí vamos a jugar un rol importante como autoridades ancestrales, para que a través del apoyo ciudadano pueda ejecutar parte de su plan de trabajo.
Sabemos que en el Congreso va a haber oposición, que las cortes estarán en contra y es una situación bien complicada. Pero esperamos darle el respaldo necesario y al mismo tiempo ser fiscalizadores. Por eso vemos positiva la situación que estamos viviendo.
¿Qué propuestas del Gobierno entrante les gustan?
Lo más importante es el combate a la corrupción. Pagamos nuestros impuestos pero no se han devuelto en obras, sino en carreteras que no se arreglan. Ponen el material más barato y al mes ya están con baches. La crisis de los hospitales, de la educación. El medioambiente es otra cosa que nos tiene muy preocupados, porque el Gobierno no está manejando bien los desechos sólidos y esto está contaminando los ríos. Hay una problemática bien compleja y queremos que en eso se enfoque su labor.
¿Qué conversaciones han tenido con Arévalo? ¿Ha asumido compromisos específicos con el Parlamento Xinka?
Tuvimos una reunión bien cortita porque siempre andan con prisa. En aquel momento todavía no había sido electo. Como Parlamento Xinka le presentamos un pliego de peticiones de nuestras necesidades más prontas. Se comprometió a trabajar, siempre con el apoyo entre ambos, para echar a andar estas propuestas.
¿Qué priorizaron en esa conversación?
En nuestras tierras comunales ha habido despojo por cuestión de titulaciones. En Jalapa hay órdenes de desalojo y es una situación bien complicada. Lo otro que nos preocupa es el montón de licencias de minería. Casi todas están mapeadas en nuestra área. Arévalo se comprometió a impulsar una moratoria a la ley de minería. Dijo que va a analizar los efectos positivos y negativos de la ley actual. Uno de los negativos es que la ley afecta a los pueblos y no fuimos consultados. El artículo seis del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dice que cualquier medida administrativa o legislativa que va a afectar a los pueblos originarios se les tiene que consultar.
Hay líderes indígenas que acusan a Semilla, el partido del presidente electo, de ser clasista. ¿Lo ven ustedes así?
Yo no lo calificaría así. Yo veo apertura. Pero tenemos que experimentar todavía cómo va a ser el desarrollo de lo conversado. En el tiempo que Semilla lleva en el Congreso hemos visto un buen trabajo en el que han defendido a los pueblos. Siempre se han opuesto a leyes regresivas. Eso creo que valió para que Arévalo haya sido electo. Lo otro que está claro es el legado que dejó su papá, el presidente Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951). No estuve en ese tiempo, pero los abuelos, mi papá y todos ellos, recuerdan el cambio que hubo en un momento que también era de crisis, porque acababan de sacar al dictador Jorge Ubico.
¿Es Semilla es un partido demasiado urbano?
Tal vez sí, pero vemos una apertura aceptable cuando ellos manifiestan que somos importantes nosotros los agricultores y necesitamos que se nos ayuden para producir para el consumo de nuestro país y que no estén importando productos que aquí podemos cosechar. Ese apoyo sería importante para nosotros. Vivimos en el corredor seco y este año tuvimos pérdidas tremendas en el cultivo de maíz. Hay ríos donde se pueden hacer proyectos de riego. Toda el agua que está cayendo se puede almacenar. Hay una buena opción de cambio para nuestro territorio.
Arévalo ha prometido una “nueva primavera democrática”. ¿Qué esperan ustedes de esa primavera?
(Sonríe y hace una pausa.) Bueno, ojalá así sea, porque lo primero que uno espera en una democracia es que todos seamos respetados, que podamos sentarnos con él. Sería interesante tener una relación que no sea, ‘Les voy a dar 20 minutos para platicar y tráiganme lo más preciso’. Se necesita una conversación que genere confianza. El diálogo es parte de esa primavera.
¿Qué avance democrático en las instituciones esperaría en los próximos cuatro años?
Un gran avance sería educar a los ciudadanos para que conozcan sus derechos. Eso sí sería fortalecer el Estado de Derecho. En estas elecciones íbamos a nuestras comunidades y platicábamos para que las personas fueran conscientes de en quiénes iban a depositar su voto, para que conocieran más de los candidatos. Hicimos un simulacro de votación para ver si habían entendido, pero vimos que mucha de nuestra gente todavía no está preparada para hacer un análisis profundo de la política.
El empoderamiento de la gente es el único camino para que el país salga del laberinto autoritario. Si uno conoce la ley, la Constitución, el código municipal y los acuerdos y convenios que Guatemala ha firmado y ratificado en materia de derechos indígenas y humanos, tendremos un mejor análisis y debate. Muchas veces la gente calla porque no sabe de qué están hablando y hay políticos que conocen esa debilidad, porque hablan con palabras técnicas.
Si Arévalo, una vez llegue al cargo, enfrenta bloqueos políticos e institucionales, ¿el pueblo xinka saldrá de nuevo a las calles?
A veces me preguntan, ‘¿Por qué están bloqueando (las calles)?’ Pero los que están bloqueando (el país) son la Corte de Constitucionalidad, la justicia. Es Consuelo Porras. Nomás dejen de bloquear ellos y nosotros nos quitamos corriendo. Si esos bloqueos por los que pregunta van en contra del proyecto que tiene Arévalo para el desarrollo, con mucho gusto saldremos. Y creo que él va a poder trabajar si tiene el apoyo de la ciudadanía.
