El Salvador / político

“Veo a los cinco candidatos de oposición como jugadores de un mismo equipo”

Luis Parada, candidato presidencial de Nuestro Tiempo, contradice lo que preven todas las encuestas: una contudente victoria de Nayib Bukele. Dice que el resultado dependerá de lo que hagan todos los candidatos en lo que resta de la campaña pero habla incluso de la probabilidad de una segunda vuelta electoral. El candidato presidencial, cuya bandera —Nuestro Tiempo— aparece con 0.3% de intención de votos en la encuesta de la UCA,  dice que si todos los partidos y contendientes van al encuentro de sus votantes tradicionales y de los indecisos, a Bukele no le alcanzaría para ganar con más del 50 % el 4 de febrero. Parada va más allá en su elucubración:  llama a todos los candidatos de oposición a entablar puentes de comunicación para respaldar al que pase a la siguiente ronda. Dentro del escenario que predicen todas las encuestas, advierte que si la población no despierta de la deriva autocrática, en unos años, dependiendo de lo que haga el Gobierno, puede estallar otro conflicto armado. 

 

Carlos Barrera
Carlos Barrera

Martes, 19 de diciembre de 2023
Gabriel Labrador

Luis Alberto Parada Fuentes creyó que su nombramiento como el candidato de una gran alianza opositora para competir contra Nayib Bukele en 2024 era casi un hecho. En diciembre de 2022, el grupo Sumar le había preguntado si tenía algún inconveniente en que su nombre fuera “considerado” y sometido a estudios y análisis que tenían como objetivo el diseño de una fórmula presidencial que plantara cara a la escalada autocrática de Bukele que ya había anunciado su intención de extender su mandato hasta 2029. La idea, según la hoja de ruta, era que la candidatura de Sumar fuera lo suficientemente sólida como para que los partidos políticos de oposición, conscientes de su crisis de credibilidad, no tuvieran ningún inconveniente en presentarla como propia y, de paso, cumplir con el requisito legal que exige que todo aspirante presidencial se inscriba en un partido. Por eso Sumar, un movimiento cívico-político de intelectuales, activistas y profesionales surgido en 2020, buscaba perfiles que se distanciaran de “los mismos de siempre” y que surgieran de liderazgos de la sociedad civil. Entre periodistas, activistas, abogados… Sumar llegó a Luis Parada, un abogado y exmilitar salvadoreño con la mitad de su vida hecha en Estados Unidos.

En esta entrevista, que duró más de una hora, Parada tocó varios temas y el escenario que aun hoy parece descabellado —la segunda vuelta electoral—, él lo defendió y argumentó respondiendo media docena de preguntas durante unos 15 minutos. En el contexto actual, esa disposición al debate vuelve a Parada un candidato singular. Dista mucho, por ejemplo, del evasivo Manuel 'el Chino' Flores, candidato del FMLN, que en una entrevista similar respondió siempre a la defensiva sin permitir una construcción de ideas, o del candidato Joel Sánchez, de Arena, un empresario salvadoreño de la diáspora en Estados Unidos con un pensamiento político poco claro y que no ha concedido una entrevista a este periódico a pesar de cuatro solicitudes. También dista de los candidatos de partidos pequeños como Fuerza Solidaria, Rafael 'Lito' Montalvo, candidato a la vicepresidencia, que en sus declaraciones a la prensa siempre ha hecho gala de sus bromas y chistes, o de candidatas desconocidas como Marina Murillo, del partido Fraternidad Patriota Salvadoreña.

Parada, licenciado en Seguridad Nacional y Asuntos Públicos por la academia militar West Point, de Estados Unidos, y doctor en Derecho por la Universidad de Georgetown, parece el candidato más articulado de toda la oposición que se encuentra debilitada y sin financiamiento.

“En principio rechacé la propuesta”, dice Parada sobre cómo llegó a aceptar ser candidato. Él es un abogado experto en litigios comerciales internacionales y con ciudadanía estadounidense. En general, cualquiera que lo conoce, diría que Parada no es de esos tipos que necesitan meterse en política, sobre todo en uno de los momentos tan complejos en la historia de El Salvador. Aunque estaba de acuerdo en que alguien tenía que asumir el liderazgo en la oposición, la idea de convertirse en ese líder se le hacía extraña. “Yo ya había decidido no volver a participar en política”, dice, en alusión a cuando en 2017 intentó sin éxito ser candidato presidencial con Arena, que por entonces navegaba a merced de los designios del Grupo Calleja, su principal financista, y que terminó imponiendo como candidato al vicepresidente de aquel emporio familiar. Antes, en 2014, otro equipo de campaña también buscó a Parada para ser candidato a vicepresidente pero también lo rechazó porque le exigían que abandonara la dieta vegana que había asumido desde 2010. Parada rechazó identificar ese partido político. 

Él terminó aceptando, dice, en una especie de repetición de otras decisiones que tomó en su vida. Nació en el Barrio San Jacinto, el 2 de abril de 1960, y cuando era adolescente, tras culminar su bachillerato, salió del país para un intercambio académico en Oregón, Estados Unidos, pero no lo terminó, asegura, porque le causó alarma saber que el sandinismo en Nicaragua había tomado el poder. “Se veía que algo similar podía suceder en El Salvador. En 1979, se tenía esperanzas en bastantes personas que iban a hacer algo diferente, algo bueno, pero no resultó así porque no es suficiente estar opuesto a un tirano, sino que quien se oponga debe ser una persona buena y tener buenas intenciones”, dice. Aquel sentido anticomunista hoy es una noción un tanto diluida en la discursiva actual de Parada, pero él ocupa la simbología detrás de “un soldado que va a la guerra” para explicar su incorporación en política. 

El candidato presidencial de Nuestro Tiempo, Luis Parada, durante una entrevista con El Faro en un hotel de San Salvador. Foto de El Faro: Carlos Barrera
El candidato presidencial de Nuestro Tiempo, Luis Parada, durante una entrevista con El Faro en un hotel de San Salvador. Foto de El Faro: Carlos Barrera

43 años después de que volvió a El Salvador para meterse a la Fuerza Armada y “responder a esa amenaza (Nicaragua)”, Parada dice que la situación actual es parecida. “La dictadura ya existe en El Salvador, que no quepa duda, pero ahorita todavía no ha sacado todas sus garras, y se va a consolidar completamente en un segundo pedido inconstitucional e ilegítimo, y eso es algo que por lo menos yo no estoy dispuesto a permitir sin luchar”, dice. 

Parada y la defensora de derechos humanos Celia Medrano fueron el resultado del proceso de selección que duró cuatro meses, pero la candidatura única no pudo concretarse. A principios de mayo, ambos fueron presentados a los partidos, incluyendo los más grandes, Arena y FMLN, pero ya en ese momento estos partidos habían echado a andar otros planes. Acostumbrados durante décadas a ejercitar su músculo electoral cada dos, tres años, Arena y FMLN, parece que no tuvieron la paciencia de esperar el resultado de la selección que dirigía Sumar. La costumbre de definir candidato lo más pronto posible había podido más.

“Los representantes de Arena y FMLN expresaron que les parecía [bien] los candidatos, pero que eran presiones internas dentro de la base de los partidos las que querían una candidatura propia”, dice Parada. “Desde la primera reunión que tuvimos Celia y yo con la representación de los cuatro partidos (mayo), Arena y el FMLN dejaron abierta la puerta, ¿no? Dejaron abierta la puerta a que iban a tener candidaturas propias, no dijeron que iba a ser así definitivamente, pero fueron bastante francos y transparentes con que era probable que sucediera”, agrega. 

Esto explicaría que cuando El Faro reveló el lunes 22 de mayo que la candidatura única era una posibilidad, los dirigentes de Arena, FMLN y Vamos negaron a la opinión pública que hubiera un acuerdo formal —lo cual era hasta cierto punto verdad—, pero por cálculo político negaron muchas cosas: que sí sabían de Sumar, su agenda de trabajo, la existencia de los canales de comunicación y las reuniones interpartidarias, incluyendo una de noviembre de 2022 en Guatemala en la que participaron Sumar y tres de los cuatros partidos, donde se armó la estrategia de buscar la candidatura única. 

Quemado el proyecto, Arena y FMLN enarbolaron su histórico mantra que enaltecen cada vez que les toca pedir lealtad a sus bases: “Arena y FMLN son como agua y aceite, no se mezclan”. 

Y la posibilidad de un bloque unido frente a Bukele parece no solo remoto sino un sinsentido. Una encuesta reciente del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) dice que Nuevas Ideas tiene un 61.7 % de las preferencias mientras que Nuestro Tiempo queda en sexto lugar con un 0.3%. Únicamente el 7.3 % mencionó otra bandera política distinta a la del partido oficial.  

Un segundo esfuerzo conjunto

Pero no todo se ha tirado por la borda y Parada deja entrever en esta entrevista cuál parece que será la nueva estrategia conjunta. Ninguna encuesta lo sostiene, pero afirma que no es tan descabellado pensar en una segunda vuelta entre Bukele y un candidato de los partidos opositores. Para ello, los votos válidos el 4 de febrero deberían atomizarse tanto que impidan que Bukele alcance más del 50% de los votos válidos.

Parada luce serio cuando lo plantea. “Cada candidato y cada partido debe ir a la búsqueda de los que podrían tener preferencias por ellos”, dice. “Yo no solo estoy incentivando a la gente a que vote por mí, estoy haciendo mi parte y espero que los demás candidatos que no han violado la Constitución también hagan lo propio”, agrega. 

Parada habla, básicamente, de cinco candidatos que, de cara a la primera vuelta, compiten bajo una misma bandera. “Ahora mismo hay solo dos polos: democracia o dictadura, no es momento de ideologías de izquierda o derecha, propuestas va a haber, pero más adelante, en otro momento”, dice. La estrategia, asegura, solo va a funcionar si los partidos opositores “nos dejamos de atacar” y “si comenzamos a forjar los puentes para que en una eventual segunda vuelta todos apoyamos al que pase”.  

Luis Parada busca alcanzar el voto de aquellas personas que se sienten desencantadas por el gobierno del presidente Bukele,
Luis Parada busca alcanzar el voto de aquellas personas que se sienten desencantadas por el gobierno del presidente Bukele, ''Muchas personas no han identificado qué opción hay’', dijo al referirse a los candidatos que competirán contra Nayib Bukele. Foto de El Faro: Carlos Barrera

“Yo veo a los cinco candidatos de oposición, incluyendo una candidata, como jugadores de un mismo equipo y ese equipo se llama el equipo que quiere la libertad”, dice. 

Según Parada además la estrategia pasa porque los partidos seduzcan a los votantes indecisos. “Hay mucha gente que votó por Bukele que está desencantada, pero el problema es que no tienen opción”, dice. La encuesta del Iudop determinó que un 8 % de los encuestados decía no saber por quién votar. Para dimensionar cuántos votos significan los indecisos, basta con ver que las preferencias que obtuvo esa opción en la encuesta es mayor a la de cualquier partido de oposición.

Para propiciar una segunda vuelta, quienes llevarían la mayor responsabilidad para restarle votos a Bukele y despertar a los votantes tradicionales son los partidos Arena y FMLN, cuyos votantes más fieles (el “voto duro”) podía alcanzar aproximadamente 800 mil en cada lado. Esto representa un reto hoy día, sobre todo para el FMLN, que perdió un millón de votos cuando Bukele ganó en la última presidencial. 

Nuestro Tiempo entonces parece haberse dado cuenta de que en la contienda presidencial su aporte por ahora es limitado y lo que conviene, más que ganar en primera vuelta, es golpear al proyecto de Bukele. Recientemente, Parada reconoció al medio Redacción Regional que ya había desechado su estrategia de no confrontación con Bukele. 

“Yo sí veo posible la segunda vuelta”, insiste Parada. En ese escenario su partido tiene más fortalezas que cualquier otro, por su aparente desvinculación “con los mismos de siempre”, su relativa juventud como partido inscrito y porque es primera vez que participa en la presidencial. 

Por estos factores, en Nuestro Tiempo les gusta compararse con Guatemala donde este año la elección dejó como presidente electo a Bernardo Arévalo después de que en la primera vuelta el voto se atomizara mucho y propició que el Movimiento Semilla, que aparecía en las encuestas a media tabla, pasara a segunda vuelta. Semilla y Nuestro Tiempo tienen algunas características en común: la génesis de ambos grupos fue en 2014-2015, con un núcleo sobre todo urbano, que luego se extendió al interior del país que le dio la posibilidad de tener una pequeña cantidad de diputados. 

Para mientras, entonces, la apuesta es la Asamblea para no perder el único diputado que ganaron en San Salvador en la legislatura 2021-2024. Andy Failer, presidente de Nuestro Tiempo, también habló de esta perspectiva en una entrevista con El Faro concedida en noviembre. “Es la Asamblea en donde tenemos que apostarle, en donde tenemos que inyectar esta estrategia de construir oposición”. 

En línea con esta estrategia, de hecho, Héctor Silva Hernández, quizás uno de los rostros más visibles del partido y actual concejal de la alcaldía de San Salvador, cambió su candidatura: ya no busca ser alcalde capitalino sino que se inscribió para competir por una diputación en el departamento de San Salvador. El presidente Failer dijo en noviembre que habían hecho mediciones y encontraban que era muy probable que el actual alcalde Mario Durán, de Nuevas Ideas, obtuviera la reelección y que también por eso propiciaron que Silva Hernández cambiara a buscar la diputación que a partir de 2024 deja el actual diputado John Tennant Wright Sol. 

Una segunda vuelta electoral entonces forzaría probablemente lo que hasta ahora ha sido imposible durante cuatro décadas: que quienes fueron las principales fuerzas políticas del país hasta 2019, Arena y el FMLN, se alíen electoralmente. 

Parada se muestra optimista con este escenario. “Hay gente dentro de mi equipo que sí ven las encuestas pero ya les he dicho que no se alarmen, que el día de la votación es que vamos a ver el verdadero resultado”, dice. Además, cree que ningún sondeo está logrando medir el temor generalizado de la gente. “Nadie en su sano juicio en este momento va a hablar contra Bukele, después de 20 meses de régimen de excepción”, dice. Parada explica, además, que la gente cree que si se quita el régimen de excepción, los pandilleros saldrían libres de inmediato. “Aunque se elimine el régimen en este momento, ningún pandillero podría salir libre porque todos los 70,000 detenidos y los que sigan capturando entran a procesos judiciales que tienen sus propios mecanismos y no dependen de la Policía que patrulla las calles”, dice. 

Consultado sobre lo que haría con el régimen de excepción de llegar a la presidencia, el candidato explica que en su primer día ordenaría una evaluación intensiva para tomar una decisión antes de que se cumpla una prórroga más. “Estoy convencido de que las circunstancias han cambiado y que el régimen de excepción no es necesario para mantener la seguridad, sin embargo, tengo que ser un presidente responsable y cuando yo llegué, no voy a llegar a cambiar nada de lo que encuentre sin antes haberlo evaluado, ha habido muchos abusos”, dice. 

Diferencias por la ley de aguas

El diputado actual de Nuestro Tiempo Johnny Wright se alejará de la función pública, confirmó el presidente del partido Andy Failer. Wright votó en diciembre de 2021 a favor de la Ley General de Recursos Hídricos (“ley del agua”), una ley que ha sido criticada duramente por el candidato Parada quien, como abogado, en 2016 defendió al Estado salvadoreño de una demanda de 316 millones de una empresa minera altamente contaminante. Parada lideró el equipo de abogados que permitió que El Salvador no tuviera que pagar nada.   

—Cuando usted decide inscribirse en NT tuvo que haber tenido al menos en cuenta ese precedente, ¿no? 

—Para nada, porque yo estoy claro y consciente de la emergencia nacional. Este paciente llamado El Salvador está en cuidados intensivos. Yo no me puedo preocupar por qué marca de zapatos lleva puesto. Pueden haber diferencias con algunas decisiones que se han tomado, pero en este momento es momento de dejarlas a un lado.

—¿Usted derogaría esa ley? 

—Lo que haría es iniciar una revisión interna dentro del Ejecutivo de esa ley, tengo algunas partes en que ya he identificado que, que sí hay preocupación de que no es correcta la manera en la que está regulada, por ejemplo, el hecho de que con solo pagar al Estado cualquiera puede extraer el agua que quiera con niveles industriales

Parada dice que no está a favor de esa ley pero que Wright tenía todo el derecho de votar como lo hizo porque goza de protección constitucional para votar a favor o en contra de leyes según su criterio. “Yo creo que es un error imputarle un partido político el voto de un diputado de ese partido. Él se debe a los votantes, no a un partido”. 

Otra guerra

Parada estuvo en el Ejército salvadoreño durante 14 años, entre 1984 y 1994. Al terminar el curso de cadete salió becado para estudiar una licenciatura en Seguridad Nacional y Asuntos Públicos en una academia militar de Estados Unidos llamada West Point. Regresó a mediados de la guerra a El Salvador para pelear contra la guerrilla FMLN desde el Batallón de Paracaidistas y en el Destacamento Militar número 4 de Morazán. Llegó a obtener el grado de Capitán (cargo al que renunció dos días después del 9 de febrero de 2020 cuando Bukele estuvo a punto de dar un golpe de Estado en la Asamblea Legislativa, acompañado del Ejército), dirigió la sección de criptoanálisis de la Dirección Nacional de Inteligencia y terminó sus años en el Ejército en 1994 mientras trabajaba como agregado militar de la embajada salvadoreña en Washington. 

“Sabiendo todo lo que costó esa guerra y todo lo que costó alcanzar la paz es mi responsabilidad ocupar toda esa experiencia que he tenido en mi vida desde que decidí ingresar a la Fuerza Armada, a los 19 años, para evitar que El Salvador comience a revivir una parte negra de su historia”, dice Parada. 

El abogado y exmilitar, Luis Parada, es el candidato para las elecciones presidenciales del 2024 por el partido Nuestro Tiempo. Foto de El Faro: Carlos Barrera.
El abogado y exmilitar, Luis Parada, es el candidato para las elecciones presidenciales del 2024 por el partido Nuestro Tiempo. Foto de El Faro: Carlos Barrera.

En 1989, él era jefe de criptoanálisis de la Dirección Nacional de Inteligencia y de aquellos días recuerda con alguna frustración cómo sus advertencias sobre la ofensiva guerrillera que preparaba el FMLN para el 11 de noviembre venía en camino y cómo el Ejército enfrentó aquello con la guardia baja. “Y así llegó la noche del 11 de noviembre de 1989, cuando la famosa Ofensiva que habíamos visto gestarse, tomó a la Fuerza Armada sin estar preparada, como si no hubiésemos sabido nada. Un fracaso de grandes proporciones”, escribió Parada en Facebook donde suele compartir algunas de sus memorias como soldado. Su testimonio oral fue también clave para que en España la Audiencia Nacional condenara a quien hasta la fecha es el único alto jefe militar salvadoreño condenado por un crimen de guerra: la masacre de los jesuitas de la UCA.  

Ahora Parada cree que así como sus llamados de alerta antes de la ofensiva del 89 no sirvieron de mucho, sus mensajes sobre la avanzada de Bukele podrían correr el mismo riesgo. “Si esto no se detiene de una forma pacífica electoral esto va a explotar años después en otro conflicto. Estoy cumpliendo mi responsabilidad de tratar de evitarlo o de al menos alertar a la gente para que, si tenemos éxito, de que la gente despierte y sepa que esta va a ser la última oportunidad que va a tener de que su voto de verdad cuente para evitar un conflicto interno futuro en el país”, dice. 

Según el candidato, en el contexto actual se está gestando la crisis política no solo por el cierre de espacios políticos para la oposición sino también una crisis económica “que va a explotar muy fuerte”. Eso, según Parada, dice que podría sacar a la gente a protestar. 

—Luis, pero se han metido a miles de inocentes entre los 70,000 que dicen y nadie sale a protestar— le preguntó El Faro 

— Porque eso les ha dicho que fue el costo que había que pagar para darles la seguridad, pero ese es un primer paso para quitarle toda la libertad. Ya se quitó el derecho a la presunción de inocencia y nadie ha protestado. 

—De acuerdo en que es grave. ¿Pero a su juicio cómo sería ese proceso para que la gente se levante?  

—Mirá, yo vi ese proceso en los 70, y debió haber comenzado antes, en 1972 cuando hubo un fraude electoral y la gente salió a protestar y se les envió la Policía y la Guardia a reprimir las manifestaciones, ese fue el inicio del proceso que duró ocho años pero que de seguro ya llevaba a saber cuántos años. Yo estoy viendo el inicio de algo que va en la dirección de que va a explotar. 

Parada dice que quiere estar tranquilo cuando la gente recuerde “que tuvieron la posibilidad en sus manos de haber votado por un partido democrático en 2024”. 

logo-undefined
CAMINEMOS JUNTOS, OTROS 25 AÑOS
Si te parece valioso el trabajo de El Faro, apóyanos para seguir. Únete a nuestra comunidad de lectores y lectoras que con su membresía mensual, trimestral o anual garantizan nuestra sostenibilidad y hacen posible que nuestro equipo de periodistas continúen haciendo periodismo transparente, confiable y ético.
Apóyanos desde $3.75/mes. Cancela cuando quieras.

Edificio Centro Colón, 5to Piso, Oficina 5-7, San José, Costa Rica.
El Faro es apoyado por:
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
logo_footer
FUNDACIÓN PERIÓDICA (San José, Costa Rica). Todos los Derechos Reservados. Copyright© 1998 - 2023. Fundado el 25 de abril de 1998.