Josué Godoy (Santa Ana, 1988) tiene ideas raras para ser un diputado del partido más representativo de la derecha salvadoreña, Arena. Cree que su partido debería cambiar la marcha con la que celebran en todas sus mitines y reuniones, y que llama a exterminar a los comunistas. Promovió una efímera iniciativa de educación sexual en las escuelas que levantó polvo y resistencia de organizaciones conservadoras, pero que fue engavetada rápidamente. Afirma que las parejas del mismo sexo tienen el mismo derecho que sus pares heterosexuales a casarse (aunque a esa unión no se le llame matrimonio). “Son uniones que existen y el Estado no es quién para prohibirte con quien vos decidís compartir tu vida. Debe de buscarse una figura que garantice estas uniones”, dice.
Aunque en Arena ya otros diputados, como Johnny Wright, se han posicionado de forma similar, no es lo común. Apenas en 2016, cuatro diputados buscaron rescatar del archivo una propuesta de reformas al Código de Familia para hacer explícito que solo se pueden casar un hombre con una mujer 'así nacidos'.
Godoy recién cumplió su primer año como diputado por Santa Ana, aunque su experiencia partidaria es más amplia. Fue el diputado suplente de Milena Calderón de Escalón, hoy alcaldesa de Santa Ana. Ha pasado por todos los otros escalones partidarios: fue director municipal, departamental y nacional. También pasó por la Juventud Republicana Nacionalista a la que el presidente de Arena, Mauricio Interiano, cercenó luego del reclamo de algunos viejos políticos por sus declaraciones en una entrevista con El Faro. Esa censura a la juventud, dice Godoy, fue uno de los peores errores de Interiano.
Aunque se opone a una reedición de la ley de amnistía, el diputado defiende los honores que Arena le rinde a su fundador, el mayor Roberto d’Aubuisson, señalado como autor intelectual del homicidio de monseñor Óscar Romero y por sus vínculos con los escuadrones de la muerte. Ese es, quizá, el punto en el que Godoy más se acerca a las opiniones de sus colegas. Pese a todo, aún cree que tiene cabida en Arena, un partido con precedentes de excluir a otros políticos que han promovido ideas similares.
¿Cómo catalogas el liderazgo de Mauricio Interiano en Arena? ¿Cómo queda Arena con su salida?
Mauricio Interiano se vendió como una esperanza y como renovación del partido. Además de votarle, participé en la campaña de apoyo a este Coena. Yo marco a este Coena en dos etapas. La primera es cuando ganan el Coena. Estábamos trabajando lo social. Se nos abrieron las puertas a una nueva juventud. Dieron mucha apertura. Por supuesto que, cuando das mucha apertura, llegan muchos liderazgos, muchas voces y ahí es lo difícil, administrar esas diferencias. Esa etapa la vi muy buena. Pero, luego de ganar las elecciones de diputados y alcaldes abrumadoramente, creo que el poder a veces te ciega. Por eso es importante mantenerte siempre cerca de la opinión pública y no rodearte de una argolla o de un círculo que te hace creer que todo está bien cuando todo puede estar mal hacia afuera. Luego de eso, perdieron las elecciones internas para la presidencial, donde se armaron dos bandos claros: el de Carlos Calleja y el de Javier Simán. Fue una campaña desgastante porque hubo mucha confrontación. Lamentablemente, el Coena no tuvo el liderazgo para poder manejar y administrar esas diferencias. Las encuestas nos decían que íbamos a perder. Sin embargo, esas comisiones de aplausos no permitieron decir cambiemos estrategia en el momento en que veíamos que íbamos a perder.
Dijiste que Interiano se vendió como esperanza y renovación, ¿no lo fue?
Lamentablemente no lo fue. Uno de sus desaciertos más grandes fue que cuando llegó una generación de jóvenes críticos, millenials, que tenían liderazgo de opinión en redes sociales, y credibilidad, queriendo modernizar el partido, salió el ala más recalcitrante del partido a exigirle a Interiano que censurara esta juventud. Él no tuvo el carácter de mantener esa promesa de renovación y defender a la JRN. El Coena se endiosó. Eso hizo que rompieran el diálogo constante con las personas que habíamos creído en ellos. Eso deterioró la relación e hizo que se crearan muchos grupos. Eso pasa cuando no hay un liderazgo que realmente coaccione y pueda articular todos los sectores vivos del partido. Al final, Arena se convirtió en un partido donde cada quien hace lo que quiere. Eso está malo cuando no hay una hoja de ruta.
¿Qué cambió para Arena después del 3 de febrero?
Algunas personas en Arena, y en el FMLN, comprendieron que la lucha entre el 'patria sí, comunismo no' ya se había acabado. Después de eso tenían que modernizarse a las épocas actuales. Ahora hay que combatir los daños al medioambiente de forma frontal y sincera sin proteger intereses de grandes empresarios. Tenés que abordar temas de derechos humanos, derechos de mujeres, erradicar los embarazos en niñas y adolescentes, respetar y visibilizar a la comunidad LGBT que existe dentro de los partidos políticos y Arena no es la excepción. Dialogar con estas corrientes progresistas. Trabajar en descentralizar la economía, velar por las personas del interior del país pero no en forma asistencialista. Arena en los 80 fue una solución fabulosa a los problemas que tenía El Salvador en ese entonces. Pese a ser criticado, Roberto d'Aubuisson fue un líder histórico que logró ganar su lucha que era erradicar el comunismo en El Salvador.
Decís que la lucha entre el patria sí, comunismo no ya ha acabado. Esa frase es un extracto literal de la marcha. Es un gesto simbólico pero definitorio en Arena. ¿Deberían cambiarla?
Yo he crecido en el partido. La marcha te identifica y te gusta, pero hay frases que sí deberían cambiarse. Por ejemplo, “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”. Esa parte ya no tiene sentido. Tenemos que trascender de esta Arena de los 80, de la Guerra Fría, la lucha entre comunismo y neoliberalismo a ser una institución que represente los problemas actuales de los salvadoreños, que vele por todas las poblaciones, con que el votante se identifique. De repente estamos muy enfocados en ganar aplausos hacia adentro y no tener credibilidad afuera.
Roberto d'Aubuisson hijo también planteó cambiar frases de esa marcha que es un símbolo de Arena. Hasta hizo una propuesta y lo vilipendiaron. ¿No temes que te va a suceder lo mismo?
Roberto d'Aubuisson es la siguiente generación del fundador del partido y él te lo dice porque los tiempos cambian, las realidades cambian. Si no cambias, estás destinado a desaparecer. El PDC tenía la aplanadora verde, y ahora tiene tres diputados. Cuando llegás a la Asamblea tenés dos opciones: o te dejás absorber y quedar bien, mantener tu status quo, o cambiarlo. Pero cuando lo cambiás, si es un sistema que ha funcionado así durante tiempo, sabés que vas a tener detractores, que no va a ser fácil.
Rolando Alvarenga decía hace poco en una entrevista que no se pueden tocar los principios del partido. Pienso en tus propuestas de políticas públicas, como la ley de educación sexual, pero no sé si es posible cambiar las políticas públicas que propone Arena sin antes Arena cambiar adentro.
No te puedo decir nombres, pero una persona me contó que alguien le había dicho que no cabía en Arena porque era gay y progresista. Yo le dije que ser gay y progresista no va en contra de los principios del partido, pero sí ser corrupto y ser adúltero. Hay mucha gente que se rasga las vestiduras y tienen amantes contratadas de secretarias. Hay mucha doble moral.
¿Ser gay y progresista no va en contra de los principios de Arena?
Arena promueve las libertades individuales.
También promueve al Salvador del Mundo como patrono del partido.
Hay muchas personas gay que son católicas o cristianas evangélicas. Ser gay no te condiciona para pertenecer o no a una religión. Hay personas que ocupan la religión como una excusa para discriminar, pero el mismo papa Francisco ha sido súper abierto a apoyar a la comunidad LGBT o a que no se discrimine dentro de la iglesia.
¿Es decir que creés en el matrimonio igualitario?
Tenemos que discutir garantizar los mismos derechos a todos los ciudadanos, que no haya ciudadanos de segunda categoría. El matrimonio es una figura muy protegida por la iglesia y grupos conservadores. Creo que deberíamos discutir una alternativa como sociedades de convivencia, uniones civiles para garantizar que vos podás compartir tu vida, tus bienes, ahorros, vivienda, Seguro Social, con cualquier persona. El Estado no es quién para decirte con quién vos te vas a acostar hasta con quién querés compartir tu vida.
¿Todas las personas, independientemente de su orientación sexual, tienen el mismo derecho a casarse?
El Estado no es quién para decirte con quien compartir tu vida. Vos tenés derecho a gozar de tus derechos civiles. Si la palabra matrimonio es compleja, porque es una figura muy resguardada, entonces debemos de garantizar la igualdad de derechos aunque sea con un nombre distinto.
¿Cuál es esa figura alternativa?
El matrimonio es una figura bien resguardada por las iglesias y los sectores conservadores. Es válido. Tiene un contexto religioso. Si hablamos de matrimonio igualitario es bien complejo porque polarizas y viene un debate. Yo he conversado con muchísima gente de corte conservador que está a favor de la igualdad de derechos de las uniones. Que podás heredar, poner a tu pareja en el Seguro Social o seguro médico o de vida; que podás compartir beneficios laborales. Son uniones que existen y el Estado no es quién para prohibirte con quien vos decidís compartir tu vida. Debe de buscarse una figura que garantice estas uniones. En México están las sociedades de convivencia, por ejemplo.
¿Esa no es una concesión a los conservadores? Si todas las personas tienen que tener los mismos derechos, independiente de su orientación sexual, ¿esta otra figura no convierte al matrimonio en un privilegio heterosexual?
Creo que, independientemente como le llames, lo importante es que se goce de los derechos. Pueda que en un futuro, y eventualmente así va a ser, la gente tenga más información, este más familiarizada con este tipo uniones y puedan llamarlo así. Hoy por hoy lo importante es garantizar la igualdad de derechos a todos los ciudadanos.
Decías antes que “hay que visibilizar a la comunidad LGBT que existe dentro de los partidos políticos y Arena no es la excepción”. ¿Es importante que las figuras públicas del partido sean abiertos sobre este tema? En Costa Rica, hubo un ministro gay que asistió con su pareja a la toma de posesión.
Lo importante es el respeto hacia esa comunidad y que no exista discriminación. Hay concejales, alcaldes, diputados y sobre todo militancia dentro de Arena de esa comunidad. No sé si es importante (que asistan a eventos públicos), pero es una comunidad que merece respeto, que sufre odio y discriminación. Es importante que los partidos, y sobre todo Arena, tomen conciencia que hay una parte importante de sus bases y de sus dirigentes que son parte de esta comunidad y que merecen respeto, igual que las mujeres, las personas con discapacidad y todas las personas en situación de vulnerabilidad.
Hay una ley de identidad de género para la población trans en la Asamblea. No fue introducida por Arena. ¿La apoyarías?
Yo pedí que se recibiera a la mesa por una identidad de género en El Salvador. El país tiene que avanzar en una ruta de brindar derechos humanos. Yo no te voy a decir cómo te vas a vestir, cómo te querés peinar y no te puedo coartar eso, o que te discriminen por tu apariencia. Yo sí apoyaría que estas personas puedan gozar su derecho a la identidad.
¿Qué harás si vuelve a entrar una iniciativa de despenalización de causales de aborto?
Creo que ahorita la agenda debe ser educación sexual.
O sea, ¿no la apoyarías?
Ahorita no existe la configuración ni para discutir. Primero tenés que educar a la gente, explicarle los derechos sexuales y reproductivos. No tengo en agenda la despenalización de causales por aborto, pero es un tema que estoy dispuesto a discutir. Para mí el aborto es una medida más paliativa. En realidad el problema está en que nuestras niñas de 8, 10 o 12 años están saliendo embarazadas. Y te vas a topar con grupos antiderechos que te dicen 'con mis hijos no te metas, a mis hijos los educo yo'. Pero ves el mapa de embarazos del UNFPA y cerca del 90 % de los embarazos y los abusos en niñas y adolescentes se dan en la casa por padres, padrastros, hermanos o tíos. El problema de ahorita no es el aborto, es la educación sexual. El espacio más seguro para nuestros niños y niñas es la escuela. Mientras más lejos llegan las niñas en su sistema educativo, menos probabilidades tienen que salir de embarazados.
La educación es un proceso que rinde frutos de forma paulatina. En 2017-2018, el Ministerio de Salud catalogó como epidemia la situación de embarazos adolescentes. ¿Qué hacés con esas niñas para mientras?
Una de las cosas que se debería hacer es agilizar los procesos de adopciones. No solo en El Salvador, porque no todos tienen los medios para adoptar, pero hay muchos que buscan el tema de la adopción. En mi agenda lo que está es la educación sexual.
La anterior propuesta de ley de educación sexual causó mucha resistencia de grupos conservadores y fue rápidamente archivada. Hablás de derechos de la población LGBTI. ¿No tenés la sensación de que vas por el mismo camino al despeñadero en Arena que han corrido otros diputados, como Johnny Wright, que impulsaron agendas similares?
Me he enfrentado a un ataque voraz de colegas diputados de mí mismo partido y de mi departamento por abordar estos temas. En temas económicos creo que puede haber izquierdas y derechas, y estoy a favor del libre mercado. Pero en tema de derechos humanos, el país está en deuda con las niñas, las mujeres y muchas poblaciones. En temas de derechos humanos, sos pro derechos o sos anti derechos. Arena tiene que trascender a ser eso (pro derechos). En países desarrollados, partidos de derecha han abanderado en esta temática.
¿A qué te referís con “un ataque voraz”?
En la campaña se metieron a robar a mi casa, se robaron solo mi propaganda y la computadora de mi papá. Me pegaron la bandera LGBT en todas las vallas publicitarias en Santa Ana. Repartieron volantes -gastaron, pues- diciendo que yo era el diputado LGBT y que estaba a favor del aborto y un montón de cosas. Comentarios feos en chats de las directivas del partido, gente que ha pedido que me expulsen del partido. No ha habido diputados que lo pidan públicamente, pero sí he visto capturas de comentarios feos y discriminativos por parte de colegas, refiriéndose a mí en forma peyorativa.
¿Cuál es tu reacción cuando te dicen que sos el diputado LGBT?
Es algo bien grande. Yo no he sido un activista o que vengo haciendo mucho trabajo. He tratado de ser un diputado que quiere legislar para todos. Soy un diputado pro derechos humanos. Siento que hay gente que ha hecho un trabajo muchísimo más grande como Erick Iván (Ortiz, del Colectivo Normal), (la asociación) Entre Amigos o Nicolás (Rodríguez, de El Salvador G). Hay mucha gente que viene trabajando muchos años en ese tema. Siento que no soy yo.
Al principio dijiste que el mayor d’Aubuisson fue criticado. Esas “críticas” incluyen sus vinculaciones a escuadrones de la muerte.
No estoy diciendo que Roberto d'Aubuisson no cometió errores. No lo voy a defender ni a criticar. Pero el objetivo con el que creó Arena era proteger las libertades individuales, el sistema occidental y evitar que el comunismo se tomara el país. Seguimos viviendo en una democracia representativa y en un sistema democrático. Parte de los objetivos con los que se fundó Arena se han cumplido.
La Comisión de la Verdad señala al mayor d'Aubuisson como el asesino intelectual de Romero. Hay un juicio abierto en el que la Fiscalía y el juez buscan acusarlo. Arena, todos los años, celebra con mariachi el natalicio del mayor. ¿Arena debería seguir honrando a d'Aubuisson o debería revisar lo que cree sobre él?
Siempre he sido defensor del principio de la presunción de inocencia. Es el fundador de nuestro partido y es válido sentir respeto por alguien que tuvo el valor de fundar el partido. Tuvo aciertos, tuvo desaciertos, cometió errores. Pero en este caso particular, no ha sido comprobado por un tribunal.
¿La Comisión de la Verdad no te parece suficiente?
Nunca vamos a poder progresar o ir hacia el futuro si vivimos en el pasado. Respeto mucho al mayor por ser el fundador del partido, a otros líderes históricos como Gloria Salguero Gross, Milena Calderón. Pero creo que en este momento tenemos que ver hacia el futuro.
¿Arena cómo debería resolver su pasado? No solo sobre d'Aubuisson, sino de los expresidentes acusados por corrupción: Francisco Flores, Antonio Saca. Decís que hay que ver para el futuro, ¿eso significa echarle tierra y enterrarlo?
Arena tiene que dejar de ser un partido donde nosotros tengamos que estar resolviendo o tapando el pasado.
¿O sea debe reconocer los errores?
Si existen, se tienen que reconocer y debemos aprender a administrar la situación tan compleja que tenemos ahorita y llevar al partido hacia el futuro. Ya nos demostró la ciudadanía que le interesa el futuro. Arena y el Frente se quedaron en esa pelea de la guerra fría de los 80 y la gente prefirió darle la oportunidad a otra persona.
Me cuesta entender tu postura. Tenés una posición bien clara cuando decís que hay que revisar la marcha arenera, no apoyaste la ley de reconciliación, pero decís ‘dejemos la memoria del Mayor’.
Pero es el fundador del partido. Tener el valor, en ese momento donde te mataban por incursionar en política, es algo que se le tiene que reconocer. Es bien difícil para mí emitir un juicio, porque soy de la posguerra.
Yo también soy de la posguerra, pero digo que Roberto d'Aubuisson es tan el fundador de Arena como el señalado por sus nexos con escuadrones de la muerte en la guerra. Decir 'miremos para adelante' es lo mismo que Arena ha hecho siempre.
Yo creo que miremos para adelante, pero en las últimas dirigencias tampoco se han enfocado en llevar a Arena hacia el futuro, en todos los temas que hablábamos antes.
Hablemos de ese futuro de Arena. Decías que no te convence ninguna de las candidaturas anunciadas para dirigir Arena: Gerardo Awad y Gustavo López Davidson. ¿Quién tiene que dirigir Arena?
Yo esperaría no ver un Arena presidencialista, sino una dirigencia más horizontal. Para mí tiene que ser una planilla incluyente que no sea dirigida por las mismas personas que hemos visto dirigirlo en los últimos años. Creo que en la planilla tiene que haber mujeres, jóvenes, pero no jóvenes títeres, sino jóvenes con credibilidad, con opinión propia. También tiene que haber progresistas y conservadores; líderes que los podés ver marchando con las feministas y con los grupos conservadores; especialistas en cambio climático y en temas económicos; líderes que dialoguen con organizaciones de trabajadores. Tiene que ser súper diverso. De nada nos va a servir lavar el chaleco si se los van a poner los mismos de siempre.
Esta dirigencia incluyente, diversa, con jóvenes, mujeres y apertura suena a cualquier cosa, a cualquier partido menos a Arena. ¿No es ingenuo pensar que esto puede ocurrir en un par de meses?
Si surge un liderazgo que logre articular y sentar en la misma mesa a todos estos autores que te estoy diciendo, él debe ser el presidente o la presidenta del partido.
¿Y si no?
Si no, no esperemos buenos resultados en 2021. El error de la dirigencia ha sido no poder administrar las diferentes formas de pensamiento que existen. Y hay conflictos internos graves que han llegado a situaciones graves. Si es una dirigencia que no está llevando a Arena por el camino correcto, o no está representando los intereses de los salvadoreños, me voy a mi casa y no corro en 2021.