El sociólogo y exdiplomático Bernardo Arévalo de León, del partido progresista Movimiento Semilla, ganó este domingo 20 de agosto la presidencia de Guatemala con una cómoda diferencia de 21 puntos sobre la exprimera dama Sandra Torres, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), tras una campaña que convirtió esta segunda vuelta en un referéndum sobre la permanencia o no del sistema de corrupción política que ha imperado en Guatemala en la última década. “Somos un gobierno que nace de una propuesta de lucha frontal contra la corrupción y del respaldo que ha dado el pueblo”, dijo Arévalo, tras conocerse los resultados preliminares que le otorgan un 58 por ciento de los votos. “En este momento histórico, significó un acto de valentía por parte de cada persona que emitió su voto”.
Si logran sortear los obstáculos legales que, a través del Ministerio Público (MP), sectores tradicionales del país han presentado en las últimas semanas al reconocimiento de resultados y a la legalidad de Semilla, en un claro intento de dar un golpe electoral y evitar que Arévalo tome posesión, él y su compañera de fórmula, la doctora universitaria Karin Herrera, asumirán el Gobierno el próximo 14 de enero. Se convertirán en la décima administración de la era democrática de Guatemala, aunque solo la segunda de signo izquierdista.
Las constantes alegaciones de fraude hechas desde finales de junio por el MP y por la candidata Torres habían hecho temer una jornada electoral convulsa y un conteo de votos lento y distorsionado por las impugnaciones. Pero no fue así. El voto se ejerció sin problemas en la totalidad del país, el conteo en el total de 24,427 mesas de votación no registró apenas conflictos. A las 8 de la noche el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para su propia sorpresa —“posiblemente no vamos a dormir hoy”, dijo el presidente de la junta del distrito central, a las 6:30 de la mañana— anunció una clara tendencia a favor de Semilla con el 95 % de las actas procesadas. Tres horas después, ya con el 100 % escrutado, se confirmó el triunfo: Arévalo obtuvo el 58 % de los 4.2 millones de votos válidos registrados, mientras que Torres se quedó con el 37.2 %. Una diferencia de 874,189 votos.
Pese a las dudas engendradas por la polarización política, las encuestas lo habían predicho con bastante precisión. Al final Semilla amplió el dominio que ya había mostrado en 2019 en el voto urbano y conurbano, con un respaldo aplastante del 79.6 % de los votos en la ciudad de Guatemala. En el resto del departamento capitalino, que incluye ciudades satélites como Villa Nueva y Mixco, obtuvo un 74.9 %. En Quetzaltenango, la ciudad más grande del occidente del país, llegó al 68.8 %.
El crecimiento de un 46 % en el voto a favor de Semilla —el partido logró un 11 % en primera vuelta— se basa sin embargo en mucho más que la complicidad citadina y el apoyo de las clases más ilustradas del país. Los votos nulos, que en primera vuelta llegaron al 17 % del total emitido y eran una evidente protesta por los síntomas de corrupción del mismo TSE y a la dudosa eliminación de hasta tres candidatos críticos con las élites locales y el gobierno de Alejandro Giammattei, se desplomaron casi 14 puntos que representan 819 mil votos, prácticamente la diferencia final entre Semilla y la UNE. Arévalo, tal vez ayudado por su talante moderado y sin duda catapultado por los ataques en su contra, que le terminaron de perfilar como un desafío para el sistema, logró dar rumbo a la ira de cientos de miles de votantes de distintas edades, estrato social y prioridades.
“Yo decidí anular en la primera vuelta porque vi que estaban quitando candidatos y eso no me gustó”, decía este domingo al mediodía en Chinautla, un municipio de la periferia de la capital, una mujer de alrededor de 50 años que solo quiso identificarse como Marta. “Yo no había visto a este señor Arévalo (en primera vuelta), pero ya para esta vez con mi familia nos decidimos más fácil para apoyarlo”.
Samuel, un electricista de 61 años, dice que en primera vuelta anuló porque “no tenía por quién votar” entre las 22 posibles candidaturas que había en la papeleta. En las últimas semanas descubrió a Arévalo, se indignó por la campaña negra y clamores de fraude repetidos por Torres —”Ella siempre iba a andar con cosas, porque ya estaba derrotada”— y este domingo bromeaba con el detalle cabalístico de que el 20 de agosto es tanto San Samuel como San Bernardo.
También los votos en blanco disminuyeron de 7 % al 1.3 %. Aun así, más de la mitad de los guatemaltecos no se presentó a votar. Un 55 %, justo el promedio de las últimas diez elecciones de segunda vuelta presidencial.
El dominio de Semilla se extendió a 17 de los 22 departamentos del país. Su conquista de una parte importante del voto proveniente de poblaciones indígenas y campesinas fue evidente en departamentos como Huehuetenango, feudo tradicional de la UNE donde el partido de Torres y el oficialista Vamos, de Giammattei, se habían impuesto en primera vuelta. Hace dos meses Semilla solo logró ser cuarto. Esta vez, y pese a que el partido no había conseguido tener fiscales en todas las mesas de votación, Arévalo obtuvo 105 mil votos, cinco mil más que su adversaria. En San Marcos, otro territorio tradicionalmente ligado a la UNE, Semilla venció por dos puntos porcentuales. La UNE solo logró vencer en cinco departamentos del norte del país.
Aupado también en las urnas por el voto joven, que Semilla ha cultivado con una cuidada campaña de mensajes desinhibidos y un uso cada vez mayor de las redes sociales, Arévalo promete sanear las instituciones e impulsar una “nueva primavera democrática”, en referencia a la revolución guatemalteca de 1944 y las protestas masivas contra la corrupción de 2015. Para romper los pactos entre actores políticos y económicos corruptos, incluida la corrupción del Ejecutivo y el Órgano Judicial que en los últimos dos años han empujado al exilio o llevado a la cárcel a una treintena de los principales fiscales, jueces y periodistas del país, necesitará forjar amplios consensos en un país polarizado, empobrecido y desigual.
Su llegada a la segunda vuelta ya retó a posicionarse a los principales actores económicos y políticos del país, y parece haber redibujado esas posibilidades de consenso.
Instantes después del primer anuncio de resultados por parte del TSE, el presidente de la poderosa gremial del Cacif, Ignacio Lejárraga, declaró a El Faro su apertura a acompañar al nuevo gobierno: “Mientras se mantenga en el orden constitucional y de respeto a la ley nosotros estaremos tranquilos y caminaremos con él”, dijo. “Encontrar los mínimos comunes denominadores va a ser importante. Consideramos que la libre empresa es la forma de lograr el desarrollo en este país y creemos importante que él lo tome en cuenta. Pero por lo que hemos podido conversar con él, sí lo considera de esa manera.”
Respaldo a los resultados
Para llegar a la presidencia, Bernardo Arévalo ha derrotado a Sandra Torres, una política con décadas de trayectoria que fue primera dama del 2008 al 2011, durante el gobierno de su exmarido Álvaro Colom. Acreedora de un fiel pero insuficiente voto cautivo, es la tercera vez consecutiva que Torres no alcanza la presidencia pese a encabezar los resultados en primera vuelta. En 2011 también intentó ser candidata, pero las autoridades se lo impidieron aduciendo un fraude de ley por su reciente divorcio del expresidente Álvaro Colom para evadir la prohibición de participar a familiares del presidente en el cargo. A inicios de su carrera se identificó como socialdemócrata, pero en los últimos años se ha acercado a los sectores políticos más conservadores del país y, tras pasar por la cárcel acusada de financiamiento electoral ilícito, fue cómplice legislativa de Giammattei los últimos años. Durante esta campaña llegó a lanzar insultos homofóbicos a Semilla y acusó a Arévalo de anticristiano e izquierdista radical.
“Hemos vivido un proceso electoral marcado por la polarización, que en esta segunda ronda electoral ha llegado a radicalización de algunos actores”, dice Eduardo Núñez, director para Guatemala del Instituto Nacional Demócrata. Núñez señala la importancia de que la UNE reconozca su derrota, algo que no ha ocurrido. “Una aceptación efectiva de los resultados generaría que se descompresione social y políticamente el país”, dice.
La candidata derrotada es la única que no ha avalado las cifras del tribunal. Preguntada múltiples veces seguidas este domingo sobre si aceptaría un resultado electoral desfavorable, Torres respondió tres veces: “No me quiero anticipar”. Anoche, su partido emitió un comunicado en el que afirma que fijará “una postura definitiva cuando se establezcan los resultados con total transparencia”. En el resto de actores nacionales e internacionales, es total la coincidencia en que la elección fue limpia y los resultados inapelables.
El presidente Alejandro Giammattei, probablemente el actor político que, por las abundantes sombras de corrupción sobre él, más podría temer un gobierno de Arévalo, le llamó la noche del domingo para felicitarle antes de hacerlo en público y proponer un “proceso de transición”. El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y el mexicano Andrés Manuel López Obrador también llamaron al presidente electo. La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, también hizo públicas sus felicitaciones.
En un gesto político llamativo, la candidata opositora a la vicepresidencia de El Salvador Celia Medrano, que aspira a medirse en las urnas con la enorme popularidad de Bukele en febrero de 2024, saludó la victoria de Arévalo e invocó la posibilidad de que el sorpresivo crecimiento electoral de Semilla cambie “la noción de muchos salvadoreños de lo que realmente es posible”.
Los gobiernos de Estados Unidos, Noruega y Canadá, entre otros, han aplaudido la eficacia del recuento y reconocido ya la victoria de Arévalo. “La UE felicita al pueblo de Guatemala por la celebración pacífica de las elecciones presidenciales y por su firme compromiso con la democracia durante todo el proceso”, escribió Josep Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea. “Felicito al candidato presidencial ganador, Bernardo Arévalo, y a Karin Herrera”.
El magistrado del TSE Gabriel Aguilera se refirió al tema en la misma conferencia de prensa en que se hizo pública la ventaja de Arévalo: “Hacemos una invitación a los partidos políticos a que con madurez política acepten los resultados electorales”, dijo. “Guatemala demostró hoy que somos una democracia que se va consolidando”. La presidenta del Tribunal, Irma Palencia, hizo una referencia indirecta a la judicialización del proceso electoral, impulsada por el MP y sectores ultraconservadores del país, y que requirió la intervención de la Organización de Estados Americanos para garantizar que la segunda vuelta electoral se realizase: “Las elecciones, reafirmamos, se ganan en las urnas”, dijo.
“Las previsiones que teníamos, de que (el resultado) pudiera retrasarse por impugnaciones, por fortuna se vieron superadas, no hubo un número significativo de ellas”, dijo a El Faro Gustavo Berganza, uno de los voceros de la MOE-GT.
También el presidente del Cacif, avaló los resultados: “Confío en el sistema de transmisión de datos que ha utilizado el TSE. Nosotros tenemos, a través de nuestro programa de observación, mecanismos por los cuales hacemos una segunda prueba sobre los resultados, y por lo que he podido ver los datos son los que son”, dijo Lejárraga. Varias gremiales, incluida la Cámara del Agro, considerada la más conservadora del sector privado, han emitido comunicados felicitando al nuevo presidente electo y abriéndose de forma más o menos explícita al diálogo.
“Es un gobierno que arranca con una situación difícil desde el punto de vista del Congreso”, señaló Lejárraga. “No tiene una mayoría y lo que puede lograr con alianzas [legislativas] tampoco le permitirá hacer mucho, así que tendrá que saber unirse con toda Guatemala para lograr hacer los cambios que desea.”
Arévalo y Herrera también lanzaron mensajes conciliatorios en su primera aparición pública alrededor de las 10 de la noche del domingo, tras saberse ganadores: “Reconozco a Sandra Torres, mi contendiente. Tenemos enfoques distintos en política pero a ella y a sus electores les garantizamos que sus derechos como ciudadanos serán promovidos y protegidos sin distinción alguna”, dijo Arévalo. “En el gobierno de la nueva primavera, sepan que no serán olvidados y marginados y que a partir de hoy trabajaremos por el bienestar unido de nuestro querido país”.
Hubo un guiño también para el enorme abstencionismo: “Sepan todas las personas que no pudieron votar que en mi gobierno también vamos a trabajar por ustedes y por garantizar instituciones que ganen su confianza en el Estado y en la democracia”, dijo el presidente electo. Cuando El Faro le preguntó en conferencia de prensa si el mensaje de Semilla no había logrado seducir a los escépticos de la democracia, Arévalo se escudó en los números: “Estamos dentro de los parámetros normales (...) La segunda vuelta tiene proporciones menores que la primera vuelta”, dijo. En 2019, la participación en segunda vuelta fue del 42.7%. Este año subió al 44.9%.
El futuro presidente de Guatemala fue uno de los fundadores de Semilla y es diputado desde 2020. Ha sido consultor de Naciones Unidas y dirigió el programa para Latinoamérica de la organización internacional Interpeace. Habla hebreo, inglés, francés y portugués, y tiene un doctorado en sociología política de la Universidad de Utrecht en Países Bajos. Aunque registrado de inmediato en la embajada de Guatemala, nació en Uruguay durante el exilio de su padre, Juan José Arévalo Bermejo —presidente de Guatemala entre 1945 y 1951—, lo que se convirtió en motivo de ataque para Torres y de broma entre sus seguidores, que la noche del domingo coreaban “uruguayo, uruguayo” durante la celebración en las calles. Ha publicado numerosos libros sobre seguridad democrática, resolución de conflictos e historia militar.
Secretario general de su partido desde mayo de 2022, la noche del domingo afirmó simbólicamente que él y Karin Herrera se habían quitado ya de la solapa la insignia de Semilla y se habían puesto la de Guatemala. El que durante los últimos años ha sido su principal asesor en el Congreso y en la campaña, el ahora diputado electo José Carlos Sanabria, defendió ante El Faro que al mismo tiempo Semilla es “el primer partido en la historia reciente de Guatemala que no está construido alrededor de una figura”.
Sanabria insistió también en que el gobierno de Arévalo es consciente de sus limitaciones, con un Congreso en el que apenas serán la tercera fuerza política, cercados por los ataques de la Fiscal General Consuelo Porras y necesitados de acuerdos con sectores con los que tienen profundas diferencias ideológicas. “Tenemos una visión progresiva de la construcción del Estado que queremos”, dijo. “Aspiramos a que uno de los acuerdos finales al cierre de nuestros mandato sí sea, por ejemplo, que necesitamos una reforma fiscal, pero en este momento no hay condiciones para poder hacerla”.
“Vamos a consensuar y a discutir con quien sea. Nuestro gobierno hará las negociaciones que se requieran, alrededor de los distintos temas, con los actores que tengan que estar involucrados”, dijo Arévalo a El Faro en una entrevista una semana antes de la elección.
Este domingo, en un evidente exceso de atribuciones, incluso la magistrada del TSE Blanca Alfaro llamó desde la mesa presidencial del Tribunal a la reconciliación, destacando que el Gobierno entrante debería entablar un “diálogo nacional de reconstrucción y reconciliación” con pluralidad de ideas y amplios consensos.
Silvio Gramajo, profesor de comunicación política en la Universidad Landívar, es optimista: “Esta posibilidad de hacer un cambio histórico en la función ejecutiva puede abrir pasos posteriores para tener un Estado más abierto, más democrático, un Estado donde se respeten los derechos”, plantea.
Varios operadores de justicia en el exilio reaccionaron emocionados a la victoria de Arévalo. La exfiscal general Claudia Paz y Paz tuiteó un verso del Popol-Vuh: “y de esta manera fueron vencidos los señores de Xibalbá, al ver tantas flores juntas”. Desde Washington otra exfiscal general, Thelma Aldana, posteó un video en el que aparece junto a otros fiscales y jueces exiliados celebrando con banderas de Guatemala el resultado electoral.
La directora del medio independiente Agencia Ocote, Alejandra Gutiérrez Valdizán, cree que la elección de Arévalo “es un aire importante”, en términos de libertad de prensa y respeto a actores críticos. “Abre una fisura para que entre la posibilidad de que empiece a retroceder esto que ha avanzado a pasos muy acelerados”, dice. Pero matiza: “[Arévalo] ha prometido el regreso del exilio pero no tiene injerencia en el sistema de justicia. ¿Qué va a pasar con [el encarcelado exdirector del desaparecido diario elPeriódico, José Rubén] Zamora? ¿Y qué va a pasar con la cooptación del sistema? De pronto no va a ser este el paraíso donde todo mundo regresa de un día para otro porque las persecuciones ahí están en el Ministerio Público”.
La crisis se queda
Existen pocas dudas de que, aunque Arévalo logre superar posibles obstáculos por parte de la fiscalía guatemalteca a su toma de posesión en enero, hay una amenaza real de que las autoridades judiciales cancelen la personería jurídica de Semilla mediante un proceso espurio, dejando sin bloque en el Congreso a sus 23 diputados electos, una minoría en la cámara de 160 congresistas.
El jueves 17 el Ministerio Público anunció que ha extendido la investigación contra Semilla que ya anunció tras la primera vuelta, por supuesta falsificación de firmas en el proceso de formación del partido hace seis años. Con esa base, un juez penal, ahora sancionado por Estados Unidos por ello, ordenó suspender al partido el pasado 12 de julio. Aunque el TSE y las altas cortes defendieron el derecho del partido a no ser suspendido en el transcurso de una elección, este fuero terminará el 31 de agosto, cuando se cierre legalmente el proceso electoral.
Mientras tanto, se espera que el Ministerio Público siga investigando a Semilla y acosando a sus dirigentes. “No descartamos allanamientos, órdenes de captura o solicitudes de antejuicio después del 20 de agosto”, dijo el jueves el fiscal Rafael Curruchiche, aliado cercano de la fiscal general Consuelo Porras.
Arévalo respondió el domingo por la noche a esas amenazas: “Sabemos que hay una persecución política en curso, a través de fiscalías e instituciones que han estado cooptadas corruptamente. Quisiéramos pensar que la contundencia de esta victoria [electoral] va a hacer evidente que los intentos de descarrilar el proceso electoral no van a tener lugar, ya que el pueblo de Guatemala ha hablado contundentemente”, dijo. Sobre el caso contra Semilla, agregó: “Fue un intento de intimidar. Estamos tranquilos”.
Justo Pérez, su jefe de campaña, dijo a El Faro que están ya esperando nuevos ataques legales: “El resultado [de las urnas] va a ser judicializado”.
“Son batallas políticas con instrumentos legales”, señaló Ricardo Barrientos, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, por la mañana de la jornada electoral. También cree que, tomando en cuenta el amplio margen de victoria de Arévalo y la aceptación local e internacional de los resultados, “habría menos apoyo al uso de esas herramientas”.
Núñez, del Instituto Nacional Demócrata, se muestra menos optimista: “Hoy por hoy hay más dudas sobre cómo se va a portar la Corte de Constitucionalidad. Puede que digan, ‘Adelante con la cancelación de Semilla, pero no toquen a Arévalo’”.
En Guatemala, todo actor político parece estar bajo algún tipo de amenaza o coacción en este momento. La mañana de la elección, minutos después de abrirse las urnas, ante consultas de El Faro, la magistrada Blanca Alfaro anunció que planea su renuncia, que dijo que haría efectiva este martes 22, tras haber recibido amenazas contra ella y su familia. “Todo mundo dice que hay acciones penales en nuestra contra como magistrados y hay que facilitar el trabajo”, dijo el domingo a primera hora. “A partir del día martes estoy considerando presentar al honorable Congreso de la República a su disposición y someterme a cualquier juicio que esté en investigación como ciudadana común y corriente”.
Alfaro denunció en 2022 ante la embajada de Estados Unidos que el presidente Giammattei había pagado sobornos a los cinco magistrados del TSE. Un día antes de la votación también denunció amenazas al magistrado Gabriel Aguilera.
“El ministro de Gobernación me ha llamado ayer y de alguna manera me ha ofrecido seguridad. Las amenazas vienen como desde hace tres meses, tengo los chats, mensajes, y me dicen que lo que le pasó a ex fiscal Virginia Laparra es lo que me va a pasar. Han dejado papeles en mi carro, siempre dicen lo mismo, decían que yo estaba lista para ir a la cárcel”, dijo Alfaro este domingo
Sandra Torres insistió por la tarde en exigir a ese mismo Tribunal “objetividad, imparcialidad e igualdad de condiciones” y lanzó críticas al sistema informático de transmisión de datos preliminares para el conteo de votos, conocido como el TREP. El Tribunal defiende el mecanismo y recuerda que los resultados finales de la elección se validará tras la revisión de las actas físicas de los centros de votación. “El TREP lo que nos da es una tendencia”, dijo a El Faro este domingo David de León, vocero del TSE. “Es un dato preliminar, no es el dato oficial”.
A finales de julio, una cuenta de acoso cibernético vinculada a la ultraderecha militar guatemalteca anunció que el MP estaba buscando supuestos digitadores vinculados al partido Semilla. Según De León, el Tribunal exige que cualquier digitador contratado renuncie a sus afiliaciones políticas. Sobre la solicitud del Ministerio Público agregó: “Se pudo verificar que ninguno de los digitadores formaba parte de una organización política, ni una ni la otra”.
Aun así, Torres insistió el domingo en que el sistema es falible. “Si yo miro una institución como el MP denunciando que hay digitadores afiliados al partido de Semilla, obviamente nos llama la atención. Por ahí va circulando el nombre de una persona. Creo que son tres o cuatro, dijo el fiscal”.
“Puede haber un par de factores de incertidumbre”, analiza Núñez, “entre ellos en qué medida la candidata de la UNE decida conceder el resultado o prefiera esperar a que se den las audiencias de revisión o quisiera aprovechar el amparo que la Corte Suprema de Justicia otorgó ayer para pedir una verificación como la que se hizo en la primera vuelta. Eso podría retardar el proceso un poquito”.
“Si no reacciona como queremos, salimos a la calle”
El TSE inauguró la jornada electoral con un corte de cinta en el parque Erick Barrondo, en la zona 7 de la capital, con música de marimbas y un amplio escenario con motivos tradicionales. Un escenario de contraste con su crisis de imagen por los reportes de sobornos, la salida del país del Registrador de Ciudadanos, víctima de acoso judicial, y la denuncia de las amenazas contra la magistrada Alfaro.
En el Colegio Evangélico La Patria, de la zona 2 capitalina, Karin Herrera condenó esas amenazas. “Es lamentable, no se debería vivir eso en una democracia”, dijo mientras acompañaba a Arévalo a emitir su voto, entre una multitud de periodistas. “Madre, si pudiera, me tomara la foto que me está pidiendo… pero no puedo”, susurraba Arévalo a una anciana que se coló entre los periodistas para intentar sacar una selfie.
Otras pequeñas irregularidades generaron tensión al inicio del domingo. A media mañana, se supo que en San José del Golfo, un municipio a una hora de la capital que repetía la elección municipal y de diputados tras supenderla en julio por disturbios, faltaban papeletas en los dos únicos centros de votación. “La administración del TSE no ha estado nada bien, siempre hay acarreo de personas y las autoridades prefieren ignorarlo”, criticó Gabriel López, candidato a alcalde por el partido Bien, en un centro custodiado por un fuerte dispositivo policial y militar.
Catalino Catalán, un hombre de mediana edad, logró votar en el centro escolar Nito Palencia pero cuando intentó firmar el padrón descubrió que alguien más había firmado por él. “Eso no puede ser ¿cómo va a ser? ¿Cómo va a ser que el TSE va a haber trabajado bien si mire lo que pasa?”. Catalán no votó en la primera vuelta, porque no encontró a ningún candidato que le convenciera. Con la repetición, vio una segunda oportunidad “Pero por eso es que la gente no viene, mire lo que pasa”, se quejaba. Catalán tuvo que permanecer largas horas en el centro de votación, después de haber votado hasta que alguien en la Fiscalía tomó su denuncia.
El fiscal de Semilla en ese centro de votación, Hugo Camey, también estaba molesto porque otra persona había intentado votar por segunda ocasión, y a un tercero le pasó lo mismo que a Catalán. Camey tenía que pasar de un centro de votación a otro porque Semilla no logró voluntarios suficientes para tener presencia en todas las mesas y centros del país. “Tenemos el 85 % del territorio cubierto con fiscales, en el resto no pudimos poner gente pero creemos que la votación ahí no afectará tanto”, explicó Andrea Reyes, diputada electa y fiscal suplente nacional de Semilla.
Que el partido de Arévalo lograra poner fiscales en la mayoría de centros de votación habla aun así del enorme arrastre de un partido que hace dos meses no tenía planeada una campaña de segunda vuelta. En la primera no tenían más que 400 fiscales propios y una alianza con los partidos Winaq y URNG les brindó 200 más. Pero para el balotaje, el número se multiplicó por treinta: llegaron a 19,000. Fue así como se dieron cuenta de que a nivel nacional había acciones sospechosas como personas induciendo al voto por la UNE, o regalando comida, supuestamente a nombre de Semilla. Según Reyes, hubo tres capturas por eso.
Sebastián, un fiscal voluntario de Semilla en el Club Los Arcos, zona 14 de la capital, contó que él había decidido alistarse cuando vio las convocatoria en redes sociales de Semilla. El 25 de junio, había estado a punto de votar por Edmond Mullet, candidato del partido Cabal, pero terminó marcando a Arévalo y Herrera “por coherencia”. “La única razón para apoyar a Mullet era neutralizar el pase de Zury Ríos (hija del dictador Ríos Montt) a segunda vuelta”, dice.
En el Club Los Arcos, segundos antes de las 6 p.m. los miembros de las mesas comenzaron un conteo regresivo y a la hora en punto celebraron, aplaudieron y gritaron por el cierre de urnas antes de ponerse a la labor del conteo de votos. En la zona 14 de la capital, familias acomodadas viven rodeadas de centros comerciales de alto nivel. Semilla ganó aquí en la primera vuelta pero solo gracias a que el voto de derecha se atomizó entre varios candidatos. La UNE de Torres quedó entre los últimos puestos.
— Los dos candidatos que están ahorita no eran mis opciones. Pero creo que la vez pasada nos dejamos llevar por un candidato que nadie conocía. Me decían, ‘Votá por él’, y yo por eso voté por el presidente anterior— dice Jorge Mejía, que asistió a votar con su hija de tres años.
—¿Y esta vez cómo resolvió?
— Ahora investigué y leí. A una ya la conocemos desde hace tiempo y al otro… tuvimos que investigarlo. Desde hace ocho años venimos con la misma historia, de votar por el menos peor.
—¿Arévalo es el mal menor?
—No lo sabemos aún.
Minutos después, iniciado el conteo y la tendencia a favor de Semilla era inapelable: por cada tres votos de Semilla aparecía uno para la UNE.
A pocas cuadras, el comando de campaña de Semilla estaba ya reunido en el Hotel Las Américas y la sensación de celebración se respiraba en el ambiente. En el sistema de cámaras de seguridad del hotel iban quedando registradas las escenas de la celebración en los pisos reservados para el partido, inalcanzables para medio centenar de periodistas que se agolpaban en uno de los salones de la primera planta. En el circuito cerrado de televisión se veía a Arévalo en círculo con su gente, todos de pie, y también el momento en que se comenzó a tomar fotografías con los empleados del hotel. Abajo, los reporteros solo escuchan los gritos de júbilo, como mantras. “¡Sí se pudo!”, “Viva Arévalo”, “Viva Karin”, “Viva Guatemala”.
Para cuando, a las 8 de la noche, ya la certeza del triunfo de Semilla era inevitable muchos periodistas no disimularon su alegría. Algunos se abrazaban mientras otros dejaban ir lágrimas de emoción. Arévalo no bajaría a hablar con la prensa sino hasta las 10 de la noche. Mientras, fuera del hotel, la gente comenzó a llegar con cornetas, banderas de Guatemala, pitos y gritos de celebración. La Avenida Las Américas se convirtió en una pista de baile entre los carros para celebrar el triunfo de Semilla. Los pitos de los carros, el rugido de las motos, y cada vez más gente.
“Teníamos otro candidato antes, pero con la propuesta que Arévalo trajo y la esperanza que tenemos con la historia de su papá, esperamos que tengamos un cambio”, dijo Jordán Joaquín, de 30 años, con su bebé de tres meses en brazos y su esposa frente al hotel. Vinieron desde San Pedro Sacatepéquez, un bastión de Semilla, a 15 kilómetros de la capital, para celebrar pero también advertirle al gobierno entrante: “Si no reacciona como nosotros queremos, vamos a salir a la calle de nuevo, para que rinda cuentas. Así como lo estamos celebrando, así vamos a exigir”.
Arévalo bajó entonces a la primera planta y posó para su primera foto como ganador. Anunció que daba inicio el “gobierno de la nueva primavera”. A un kilómetro de allí, en la plaza del Obelisco, una multitud celebraba ya en un acto improvisado e inédito. “Estamos celebrando en la calle. Eso refleja la recuperación de la esperanza”, dijo Arévalo a la prensa.
En Las Américas, las banderas de Guatemala se vendían a 20 quetzales. Hubo otras fiestas espontáneas en la Plaza de la Constitución y en otras plazas centrales del país como en Totonicapán y Xela.
Terminada la conferencia, el equipo de Semilla subió de nuevo a las entrañas del hotel, pero ante la escena de la celebración callejera decidieron improvisar un discurso en una terraza. Desde abajo, alcanzaba a distinguir a Arévalo por su porte grandulón. Extendió su brazo y lo ondeó de un lado a otro en un saludo que se quedaba corto para abarcar la multitud. “Buenas noches, pueblo decente de Guatemala. Muchas gracias, gracias en nombre del país porque con su entrega le están dando una nueva vida a Guatemala”, dijo. “Gracias por no perder la esperanza, gracias por no rendirse ante los corruptos”.
Y la muchedumbre se activó en gritos de victoria. Y el grueso de personas, incluyendo los diputados de Semilla, caminaron hacia el Obelisco. Parecía un pequeño desfile de triunfo. Eran las 11 de la noche y la fiesta no quería terminar. A las 5 de la mañana del lunes 21 de agosto, mientras amanecía, los petardos seguían reventando.